Si algunos estados asiáticos aparecieron desunidos antes de comenzar las negociaciones climáticas de la capital danesa, ahora parecen pronunciarse al unísono para hacer que el mundo industrializado acceda a sus reclamos.
«Los países asiáticos mostraron menos cooperación en el pasado, pero el cambio climático parece haberlos unido», dijo Rajesh Mehta, activista climático de India que trabaja para ActionAid International, una organización mundial que lucha contra la pobreza.
Los países pobres quieren que los ricos se comprometan a reducir fuertemente sus emisiones de gases de efecto invernadero, y que los ayuden a abordar los impactos del recalentamiento planetario que estos causan.
Otro asunto polémico que ha surgido en la ronda final de la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 15), que finalizará este viernes en Copenhague, es cuándo deberían las naciones pobres comenzar a reducir sus emisiones.
Este punto parece haber profundizado la discordia entre los dos grupos de países.
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«Los países industrializados son reticentes a reconocer el derecho del mundo en desarrollo un espacio» para generar sus propias emisiones, señaló el embajador y negociador chino Qingtai Yu en un debate organizado la semana pasada por la independiente Climate Change Media Partnership (Asociación de Medios sobre el Cambio Climático), al que estuvieron invitados delegados de países industrializados y en desarrollo.
La discusión se centró en las posiciones opuestas de esos dos grupos de naciones en torno al acuerdo sobre el cambio climático. Por ejemplo, representantes de las economías emergentes de Asia, China e India, afirmaron que deberían tener la oportunidad de desarrollarse económicamente, expresando que están en contra de reducciones vinculantes de las emisiones de carbono.
Las naciones industrializadas han insistido en que los países emergentes también deben asumir obligaciones en este sentido.
«Lo que ellos nos dicen es: Lo que es mío es mío, y lo que he tomado de ustedes, tengo el derecho a quedármelo. Pero ustedes no tienen ese derecho», ilustró Qingtai, dirigiéndose a los representantes de las naciones ricas durante el foro.
«Nuestro espacio de emisiones está ocupado, y queremos recuperarlo», agregó.
El negociador indio Chandershakher Dasgupta dijo que los países en desarrollo reclaman una «justicia climática» que permita que sus economías crezcan. Pese a que la Convención Marco fue ratificada por cerca de 200 países, no ha sido efectiva, opinó.
«La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático requería que los países del Anexo 1 (del Protocolo de Kyoto, o industrializados) redujeran (un promedio de) 5,2 por ciento sus emisiones de gases de efecto invernadero en relación a los valores de 1990, pero no pudimos ver que ocurriera nada de eso, incluso cuando la Convención está en vigor desde hace una década», enfatizó.
«Los habitantes de los diferentes países asiáticos estamos sufriendo de modo casi similar, así que ¿cómo podemos darnos el lujo de tener diferencias?», dijo a IPS el negociador nepalés Purushottam Ghimire.
Todos los sudasiáticos están unidos en materia climática, aseguró.
Pero no mencionó la evidente falta de cooperación entre los estados de Asia meridional hace tres meses, cuando se realizó una conferencia climática regional en Katmandú.
En esa ocasión, la baja concurrencia de delegados oficiales consternó a los presentes. «De los ochos países participantes de la región, sólo tres enviaron a sus ministros de Ambiente, mientras que el resto sólo mandó a sus representantes, como secretarios, vicesecretarios y subsecretarios», dijo un funcionario sudasiático, que pidió no ser identificado, en una entrevista anterior con IPS.
El acontecimiento, titulado «De Katmandú a Copenhague: Una visión para abordar los riesgos y oportunidades del cambio climático en la región del Himalaya», buscó negociar una posición regional sobre los impactos de este fenómeno y cómo afrontarlo.
En Copenhague, las delegaciones de los estados asiáticos más pequeños y más pobres también parecen estar generando un consenso en cuanto a que India y China deberían liderar la campaña por garantizar que el mundo en desarrollo obtenga un compromiso justo y equitativo de parte de los estados industrializados.
Se espera que más de 100 líderes mundiales, entre ellos el presidente estadounidense Barack Obama, se reúnan en Copenhague para la conclusión de la COP 15.
«India es un país importante de la región. Por lo tanto, tiene una responsabilidad ante sus vecinos también», dijo el delegado bangladesí Manzoor-ul-Hanan Khan en entrevista con IPS.
India y China se niegan a un acuerdo que las obligue legalmente a cumplir objetivos de reducción de gases contaminantes. Tal posición las ha enfrentado con los países industrializados e incluso países asiáticos pobres, que están ansiosos por lograr que de la COP 15 surja un tratado vinculante.
«Ustedes hablan sobre el derecho a contaminar la atmósfera. Lo esencial es que yo no sé (si hay) algún derecho a contaminar ya sea para los países industrializados o los países en desarrollo. Necesitamos asegurarnos de que se use una tecnología más limpia para el desarrollo», dijo Karl Falkenberg, un delegado de la Unión Europea que participó en el foro.
Pero el principal negociador de Bangladesh, Qaumurl Islam Chowdhary, dijo que el evidente desacuerdo entre India y China por un lado y las naciones en desarrollo por otro no significaba que existiera una división en filas asiáticas.
«El bloque del Grupo de los 77 (G-77, integrado por más de 130 países en desarrollo) y China es bastante unido y sólido como una piedra», dijo, agregando que las diferencias ni siquiera eran en el plano regional.
Los países pobres no podrán afrontar el cambio climático sin un instrumento legalmente vinculante que permita que sus preocupaciones colectivas sean abordadas de modo adecuado, agregó Chowdhary.
«Nosotros, especialmente los países menos adelantados, no podemos crear una capacidad de abordaje (del cambio climático) a menos que se logre un acuerdo robusto», expresó.
También citó la necesidad de enmendar la Acción Cooperativa a Largo Plazo, que detalla el grado de reducción de las emisiones que se espera cumpla el mundo industrializado, y de producir un nuevo acuerdo «que fije las responsabilidades de los contaminantes».
Pese a los debates que tienen lugar entre países grandes y pequeños en Copenhague, Chowdhary dijo que todavía espera «que se llegue a un consenso».
El negociador indio Chandershakher Dasgupta compartió el cauto optimismo de Chowdhary.
«Los avances han sido más bien decepcionantes en la primera semana, pero tenemos esperanzas de que prevalezca el sentido común para alcanzar un acuerdo», declaró.