Cuando el estadounidense Evan Haigler inició su proyecto de mejora de cocinas a carbón, su sueño era que fueran eficientes y emitieran menos humo.
Seis años después, esa idea se concretó, y una cocina hábilmente diseñada y construida con arcilla y acero se vende en Ghana, Uganda y Bangladesh.
La arcilla se ubica en el centro compacto del aparato, que contiene y concentra más calor a partir de una cantidad de carbón más pequeña que la de una cocina estándar.
Estos artefactos también mejoran la calidad del aire en espacios interiores, produciendo menos carbono negro u hollín derivado de una combustión ineficiente.
Las cocinas a carbón tradicionales producen grandes cantidades de este contaminante. Esto es particularmente peligroso para la salud de mujeres y niños, que pasan muchas horas en las cocinas africanas.
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En el mundo, la contaminación del aire de los hogares a partir de la quema de biomasa en cocinas humeantes e ineficientes causa casi tres millones de muertes prematuras cada año, según David Hanrahan, ex director de programas ambientales en el Banco Mundial y actualmente director de operaciones en el independiente Instituto Blacksmith.
Haigler y otros científicos hablaron de los beneficios de usar las cocinas mejoradas a carbón en la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 15), que tiene lugar del 7 al 18 de este mes en Copenhague.
Su organización, Impact Carbon, promueve la energía limpia para todos ayudando a la gente a adquirir estas cocinas. Él dijo estar feliz de que su proyecto esté llegando a las comunidades, brindando una tecnología simple que reduce las emisiones de carbono.
Titular de un master en Ciencias de la Salud Ambiental de la Universidad de California en Berkeley, Haigler halló apoyo financiero de JP Morgan Climate Care para lanzar un proyecto llamado Ugastoves, que buscaba manufacturar su diseño en Uganda.
«Las cocinas reducen 30 por ciento el uso de carbón. Éste es la principal fuente de energía en África, así que los Ugastoves aspiran no sólo a reducir las emisiones de carbono, sino también la tala de árboles para obtener el carbón», explicó.
Hasta ahora, los Ugastoves han llegado a 300.000 familias de los principales pueblos de Uganda. Según Haigler, ahora cada una de ellas ahorra unos 80 dólares anuales en carbón, suma suficiente para comprar una bicicleta.
En Ghana, un proyecto similar fabrica e instala cocinas de alta eficiencia para reemplazar las piedras usadas tradicionalmente para sostener las ollas sobre el fuego. En 2008 se vendieron 68.000 nuevas cocinas en Accra, a un precio de entre 30 y 50 dólares la unidad. Esto permitió que en las cocinas hubiera aire más limpio para 400.000 mujeres y 160.000 niños.
Las Cocinas Gyapa de Carbón y Madera reducen entre 40 y 45 por ciento el hollín de los hogares. Desde 2002, Enterprise Works Ghana, la Fundación Shell y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) han trabajado para crear una red de artesanos y empresarios locales que puedan manufacturar de modo rentable las cocinas de metal y sus revestimientos de cerámica.
Haigler dijo que si estos artefactos fueran subsidiados, muchos más pobres podrían acceder a ellos, se podría salvar a la Tierra y proteger la salud de mujeres y niños.
La demanda va en aumento, guiada por una campaña de concientización sobre los efectos sanitarios de cocinar directamente sobre el fuego.
Para fin de año, lo que comenzó como una pequeña idea habrá vendido por lo menos 100.000 de estas cocinas mejoradas solamente en Ghana, y otros miles en Uganda y otras partes del mundo.