VENEZUELA: Pervive huella criminal de los viajeros de Indias

Si un indígena encadenado por el cuello a una hilera de otros cautivos se cansaba en la marcha, Ambrosio Alfínger no se molestaba en desatarlo: de un tajo cortaba la cabeza del desdichado. Eran los tiempos de la conquista española en el norte del territorio que ahora ocupan Venezuela y Colombia.

En la Venezuela actual, agobiada por los delitos sangrientos, ha vuelto a editarse "Los viajeros de Indias", del psiquiatra Francisco Herrera Luque (1927-1991), quien busca la raíz del flagelo en la sobrecarga criminal heredada de la conquista, en un estudio de 600 páginas nutrido con historias como la del sanguinario Alfínger (1500-1533), de origen alemán pero al servicio de España.

El nudo de la tesis de Herrera Luque es que taras presentes en los conquistadores europeos, como oligofrenia, esquizofrenia, epilepsia y psicosis, predominaron en la población venezolana que fue formándose con el mestizaje y pervivieron por 12 o 14 generaciones, hasta nuestros días.

Al publicar por primera vez su ensayo, en 1961, utilizó estadísticas de la década inmediatamente anterior, cuando Venezuela ostentaba una tasa de homicidios de 16 por cada 100.000 habitantes, entonces 32 veces mayor que la de algunos países europeos y superior a la de la mayor parte de Asia, África y América Latina.

En los últimos años la tasa de homicidios en Venezuela estuvo entre 44 y 50 por 100.000 habitantes y criminólogos han dicho a IPS que este año puede ser mayor. En todos los sondeos de opinión, más de la mitad de los encuestados señalan a la criminalidad como el problema número uno del país.

"El ensayo cobra actualidad por la situación que vivimos, pero la reedición de ‘Los Viajeros de Indias’ obedece a los cíclicos pedidos de universidades y otros centros de estudio por la literatura de Herrera Luque", dijo a IPS María Margarita Terán, viuda del autor y cabeza de la fundación consagrada a difundir la obra del psiquiatra.

Herrera Luque se hizo muy conocido en los años 70 y 80 en Venezuela por sus historias noveladas como "Boves, el Urogallo" (1972), acerca del popular caudillo realista José Tomás Boves (1782-1814), o "En la casa del pez que escupe el agua" (1975) y "Los amos del valle" (1979), acerca de los tradicionales dueños del poder en el país.

La aparición de "Los Viajeros…" despertó polémicas conducidas principalmente por quienes, desde el campo marxista, sostenían que la criminalidad es un fenómeno que obedece principalmente al entorno social, concretamente derivado de la pobreza y la marginalidad.

"En Venezuela, en los últimos años se ha reducido la pobreza, según cifras oficiales, de más de 40 por ciento al entorno de 25 a 28 por ciento de la población, y la miseria de más de 20 por ciento a menos de 10, pero la criminalidad ha ido en constante aumento", dijo a IPS el general retirado Pedro Rangel, quien preside un centro de estudios sobre seguridad.

El estudio de Herrera Luque tiene una abundante descripción de la personalidad y correrías de los conquistadores, comenzando con el descubridor Cristóbal Colón, y del genocidio de pueblos enteros en islas del Caribe y en tierra firme. También, de cómo, en plena conquista, los españoles se mataban entre ellos sin demasiados escrúpulos.

Abona su tesis con descripciones del sur de España a fines del siglo XV y del XVI, pues fue la cantera de individuos desalmados que hicieron de conquistadores, y de su tendencia extremadamente prolífica, pues embarazaban a decenas y decenas de mujeres indias, y luego también negras, tomadas a la fuerza o de buen grado.

Aunque se apoyó en decenas de estudios clínicos de hospitales psiquiátricos en Venezuela, Herrera Luque no podía demostrarlo sólo con las tesis en "Los Viajeros." la persistencia genética de la sobrecarga criminal a lo largo de muchas generaciones.

Además, la casi totalidad de aquellos a quienes estudiaba no podían saber de sus ancestros más que en el último par de siglos, a lo sumo.

Entonces publicó en 1969 un segundo estudio, "La huella perenne", en el que describe enfermedades mentales padecidas y demostradas con sus violencias por los integrantes de cinco monarquías europeas, a las que les hizo un seguimiento por más de 20 generaciones.

Son las peripecias de los monarcas ingleses, desde Juan Sin Tierra en 1199 hasta la actual soberana Isabel II, españoles desde Don Pelayo de Asturias (699-737) hasta Pedro el Cruel de Castilla (1334-1369), franceses desde San Luis IX (1214-1270) hasta Enrique III (1551-1589) y la genealogía de portugueses, borbones y habsburgos que va desde Pedro el Cruel de Portugal 1320-1367) hasta Carlota de México (1840-1927).

Allí Herrera Luque recogió casos de locura, epilepsia, debilidad mental acentuada, estados melancólicos severos, psicosis, elaboró un listado de criminales excepcionales y perversos sexuales, y presentó dos conclusiones, la primera de las cuales fue la existencia de una sobrecarga de enfermedades mentales en esas casas reales.

Otra fue "la ininterrumpida sucesión de anormalidades entre ascendientes y descendientes a todo lo largo de 40 generaciones estudiadas".

Pero, ¿por qué la carga genética de los conquistadores pudo afectar más a la población de Venezuela que a la de otras naciones de la América española?

"Porque el esfuerzo civilizatorio español se centró en las colonias que le ofrecían mayor riqueza y ventajas estratégicas. Venezuela fue una colonia de tercera en comparación con los virreinatos o con Cuba y Santo Domingo", comentó a IPS el psiquiatra Eloy Silvio Pomenta, estudioso de la obra de Herrera Luque.

Tales hechos "pueden verse hasta en la arquitectura española tan dedicada en México, Quito, La Habana, Cartagena o Lima, en comparación con las cuales Caracas era un caserío, o en el demostrado hecho de que en ningún otro territorio la guerra de independencia fue tan cruenta como en Venezuela", añadió Pomenta.

Sin embargo, Pomenta apela al neurobiólogo estadounidense Eric Kandel, ganador en 2000 del premio Nobel de Medicina, según quien la "expresión genética" no se conforma sólo por la presencia de determinados genes, sino por el modo como interactúan en el cerebro, es decir, que la herencia no es fatalista y el ambiente puede modificarla.

Así, "si variaciones colonizadoras, con el énfasis en otras colonias en cuestiones como la religión y normas sociales, pudieron atenuar la expresión genética del español psicópata, en la Venezuela marginal se engendró una población agresiva y anárquica".

Para Herrera Luque, "el venezolano es locuaz, niega lo trascendente con su actitud de bromista crónico, bajo una pretendida efusividad esconde la envidia y la desvalorización de quienes se destacan" y, además, tiene "esa extraña afición al alcohol que despierta una agresividad feroz y una violencia destructiva".

Las falencias señaladas por Herrera Luque "no se traducen necesariamente en la apelación al crimen o en una enfermedad más que evidente, sino en trastornos de conducta, peligrosos para el entorno por la facilidad con que, dadas ciertas condiciones, se puede pasar de la trasgresión blanda a la morbosa", señaló a IPS Luis José Uzcátegui, profesor de posgrado en Psiquiatría en varias universidades del país.

Las personalidades psicopáticas que describe Herrera Luque "se aprecian en estilos, en un comportamiento social nocivo, en el cinismo, la mentira, la irresponsabilidad y la avidez enfermiza por el poder y la riqueza", según Uzcátegui.

Más aún, el "venezolano histórico, aguerrido, ahora se ha hecho 100 por ciento dependiente del petróleo, con lo que se refuerzan los vicios y se niega la posibilidad transformadora", opinó.

Tiene su propia clasificación de los "venezolanos típicos", que serían irresponsables, pícaros o pendejos (tontos), o una combinación de esas características.

La propensión a actuar bajo tales patrones de desorden "permanece y se repetirá seguramente dentro de 20 o 30 años. Por eso, Herrera Luque fue también un visionario, cuando planteó el concepto de historia detenida: lo que ocurrió hace 100 o 200 años, volverá a suceder", concluyó Uzcátegui.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe