Marta, de siete años de edad, vivía en el altiplano central de Guatemala cuando la atacó una fiebre alta, combinada con respiración agitada.
En el centro médico de su localidad le diagnosticaron neumonía severa, le administraron una dosis de antibióticos y le recomendaron a su abuelo conducirla al hospital más cercano, distante a unos 30 kilómetros.
Gracias al diagnóstico acertado, la acción rápida y los medicamentos adecuados, Marta derrotó a la enfermedad. Pero 1,8 millones de niños y niñas del mundo en desarrollo habrán muerto de neumonía al cabo de este año.
"En Estados Unidos, el bajo costo de los antibióticos vuelve raras las muertes infantiles por neumonía. Pero en el Sur en desarrollo, apenas uno de cada cinco niños reciben medicinas", dijo Mary Beth Powers, quien conduce la campaña "Survive to 5" (sobrevivir a los cinco años) de la organización no gubernamental Save the Children International.
El primer Día Mundial contra la Neumonía sirvió, el lunes, para urgir a gobiernos, profesionales de la salud y el público a tomar medidas contra esta crisis mundial que mata a 1,8 millones de menores de cinco años cada año, mucho más que el sarampión, el paludismo (malaria) y el sida juntos, según la Coalición Mundial contra la Neumonía Infantil.
[related_articles]
"La neumonía es el mayor asesino de niños que hayamos conocido", dijo el médico Orin Levine, de la Escuela Bloomberg de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins.
El Plan Acelerado de Desarrollo e Implementación de Vacunas Neumocóccicas (PneumoADIP) de la Escuela, del cual Levine es director ejecutivo, integra la coalición, al igual que un centenar de instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales como CARE, la Alianza Global por la Vacunación y la Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés) y Save the Children.
Esta red está dedicada a facilitar a los países en desarrollo vacunas y antibióticos contra la neumonía, así como entrenamiento a los trabajadores de la salud para diagnosticar con facilidad y tratar la enfermeda. Las vacunas contra los gérmenes Streptococcus pneumoniae y contra los virus de la influenza de los tipos b o Hib ya han sido desarrolladas y probadas en el mundo en desarrollo, pero no al nivel requerido para reducir la alta mortandad infantil por neumonía.
"La neumonía afecta a niños y familias de todo el planeta, pero su mayor impacto en mortalidad se registra en Asia meridional y África subsahariana, donde se registran 98 por ciento de las muertes por esta causa", dijo Levine.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) atribuye la mortandad en Asia a la alta población y al limitado uso de vacunas, mientras en África inciden la falta de estos fármacos, la alta tasa de infecciones con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH, causante del sida) y las carencias del sistema de sanitario del Estado.
La vacunación es habitual en los países de ingresos altos y medio-altos, pero comenzaron a distribuirse en el Sur en desarrollo hace poco tiempo.
Esto está cambiando, gracias a la acción de la GAVI, organización de alcance mundial que recibe fondos de la Fundación Bill y Melinda Gates, entre otros donantes. La alianza ofrece a los países de bajo ingreso vacunas por 15 centavos de dólar cada dosis.
"Ruanda fue el primer país africano en lanzar una campaña de vacunación", dijo a IPS Levine. "Están desarrollando un programa basado sobre las comunidades para que el tratamiento se acerque lo más posible al hogar de los niños."
Doce países han solicitado ayuda a la GAVI y esperan por sus vacunas. "Si se entregaran a todos los países en condiciones de obtener la ayuda, la vacuna podría salvar la vida de más de 440.000 niños para 2015", dijo el gerentea general de la alianza, Julian Lob-Levyt.
El próximo paso en la lucha contra la neumonía es la implementación del Plan de Acción Global para la Prevención y el Control (GAPP) lanzado el lunes por la OMS y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Este programa de seis años incluye la creación de un ambiente saludable para los niños promoviendo el amamantamiento, la alimentación adecuada y la higiene, la vacunación y el tratamiento con antibióticos adecuados administrados en clínicas comunitarias y hospitales.
El ex senador estadounidense William Frist, médico y pionero en transplante cardiopulmonar, afirmó que su país está comprometido en la inversión en la salud materna, infantil y perinatal.
Un proyecto hoy a estudio del Congreso legislativo de Estados Unidos "ampliaría el alcance de herramientas que salvan vidas como vacunas, antibióticos y capacitación de trabajadores" en beneficio de madres y bebés de los países pobres, dijo el ex legislador.