Activistas de Nepal presionan para que la nueva Constitución consagre, contemple y garantice el respeto de los derechos ambientales de todos los ciudadanos de este país del Himalaya.
Las comunidades dalits y janajatis, entre otros pueblos indígenas, deben tener derechos de uso y conservación de los recursos naturales de los hábitat que ocupan así como a participar en las decisiones que los afecten, remarcó Min Biswakarma, activista ambiental e integrante del comité que redactó una carta magna provisoria, vigente desde 2007.
Hace tres años, este país puso fin a una sangrienta guerra civil de una década entre guerrillas maoístas y fuerzas gubernamentales que causó la muerte de unas 16.000 personas.
Tras un alzamiento popular en abril de 2006, los maoístas pasaron a actuar junto a los partidos políticos, y en noviembre de ese año suscribieron un acuerdo de paz.
En enero de 2007 se promulgó un texto constitucional provisorio y en abril del año siguiente fueron elegidos los 601 integrantes de la Asamblea Constituyente, que tiene plazo hasta mayo de 2010 para presentar el proyecto definitivo.
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En su primera sesión, el órgano declaró la República Federal de Nepal y abolió la monarquía hindú que gobernó esta nación del Himalaya durante 240 años.
La Asamblea Constituyente tiene 11 comités temáticos que preparan los documentos que presentarán al Comité Constitucional, responsable de redactar el proyecto definitivo.
Activistas e integrantes del Comité de Recursos Naturales, Derechos Económicos y Distribución de Ingresos tratan de incluir los derechos ambientales en la nueva Constitución.
El proyecto ya tiene artículos que contemplan la utilización sustentable de los recursos, su conservación y una distribución equitativa y, específicamente, aboga por un desarrollo sin contaminar el ambiente.
"Desde 2007 estamos trabajando sobre la Constitución provisoria, un documento de entendimiento entre las partes enfrentadas", explicó Biswakarma.
Más de 85 por ciento de los más de 28 millones de habitantes de Nepal dependen de los recursos naturales, señaló Naryan Belbase, de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Son comunidades vulnerables que sufren las impredecibles variaciones climáticas, las sequías prolongadas y las inundaciones, acentuadas por el cambio climático, apuntó.
Los sectores sociales más pobres no suelen recibir la cuota parte que les corresponde de los recursos que protegen ni pueden tomar decisiones sobre ellos, añadió Belbase.
"Cuestiones como el cambio climático y la protección y el derecho a utilizar los recursos son asuntos importantes a escala mundial, pero también local", indicó Nimesh Regmi, integrante del Foro de Periodistas Ambientales de Nepal (Nefej, por sus siglas en inglés).
"En Nepal es muy importante porque estamos delineando un nuevo mapa del país y escribiendo una nueva Constitución", subrayó Regmi.
"Muchas comunidades montañosas son vulnerables al desborde de los lagos glaciares, lo que se agrava con el cambio climático", apuntó. Pero quizá piensen en ese fenómeno después de redactar la Constitución, se lamentó Regmi.
Las consecuencias de no consagrar en la Constitución los derechos de las comunidades locales pueden ser peligrosas, según los especialistas.
"Surgen pequeñas disputas en los parques nacionales, en las comunidades selváticas y en las que están asentadas a lo largo de los ríos por los recursos y los beneficios" de éstos, indicó Regmi.
"Cuando se redefinan los límites territoriales, esos problemas se agravarán. Por eso los constituyentes tienen que comprender que es importante escuchar a los indígenas e incluirlos en el proceso de toma de decisiones", añadió.
Hay otros artículos del proyecto de ley que prevén indemnizaciones por daños ambientales y la necesidad de preservar y proteger los conocimientos tradicionales. También se promueve la creación de un comité constitucional para la protección de recursos naturales y del ambiente, independiente del Ministerio a cargo de esa área.
"La Constitución de una nación se trata de contemplar los derechos de todos los ciudadanos y los estados. Un país no puede escribir una y otra vez la ley fundamental, ésta tiene que ser integral", subrayó Biswakarma.
Pero hay activistas que sostienen que no basta con garantizar los derechos ambientales de sectores específicos de la población.
El secretario general de Nefej, Tika Ram Rai, señaló que es importante considerar el asunto desde una perspectiva general. La nueva Constitución debe ser intuitiva y capaz de predecir cuestiones que puedan surgir en el futuro.
Rai recordó el límpido río Bagmati que recorría el valle de Katmandú y donde la gente se podía bañar y hasta bebía el agua fresca. Pero "ahora es un vertedero de aguas residuales hediondas que lleva desperdicios a la llanura", señaló.
Además de tratar de que la nueva Constitución responda a las necesidades cambiantes de la nación, los constituyentes deben apuntar a que los ciudadanos desarrollen una actitud más responsable hacia el ambiente, reclaman activistas.
La responsabilidad humana frente al ambiente estará contemplada en uno de los artículos más importantes de la ley fundamental, indicó Ravi Shrama Aryal, uno de los seis especialistas que redactan el borrador del Comité de Recursos Naturales.
"Es fácil otorgar derechos a la gente, pero también es importante que las personas asuman su responsabilidad en la protección del ambiente y de los recursos naturales", subrayó.
El proyecto de ley fundamental se presenta como el documento legal más inclusivo y beneficioso para la población, señaló Aryal, pero reconoció que no refleja totalmente la voz de todos los habitantes del país.
Él atribuye el hecho al "complejo e incomprensible" cuestionario que usaron los constituyentes para consultar a la gente de sus respectivos distritos sobre el contenido de la Constitución.
"Con el elevado analfabetismo que tenemos fue todo un desafío lograr que la gente comprendiera qué son los derechos ambientales", explicó Aryal. "Salvo por sugerencias para una reforma agraria, realmente no hemos podido incluir gran cosa de sus opiniones", reconoció el especialista.
Pero los ambientalistas que observan el proceso constituyente son optimistas y sostienen que hay mucha discusión e intercambios con expertos.
"Si el texto constitucional no es justo, estamos lo suficientemente organizados como para presionar a la Asamblea Constituyente para que revise el documento antes de su aprobación", indicó Regmi, de Nefej.