MADERA: Menos papel y más energía

Las actividades del sector forestal en los 56 países miembros de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE) mejorarán en 2010, tras el enorme descenso registrado en 2008 y 2009, aunque todavía no se puede hablar de una recuperación plena.

Troncos cortados Crédito: Mauricio Ramos/IPS
Troncos cortados Crédito: Mauricio Ramos/IPS
Sin embargo, el rubro de la pulpa y el papel se aparta de esa tendencia y los pronósticos indican que en 2010 continuará decayendo, aclaró a IPS el especialista en productos forestales de la división de comercio y madera de la CEPE, Ed Pepke.

En realidad, el único segmento indemne a la actual crisis económica y financiera mundial ha sido el de madera empleada en la producción de energía, a causa del estímulo de los gobiernos a las fuentes renovables, en el marco de políticas para abatir emisiones contaminantes.

El mercado de la energía originada en la madera sigue creciendo a pesar de la caída de los precios del petróleo en más de 50 por ciento con relación a los valores de 2008, subrayó Pepke.

Los programas oficiales de apoyo a la energía renovable se canalizan en América del Norte a través de la producción de biocombustibles líquidos para el transporte, obtenidos de cultivos agrícolas como el maíz.
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En cambio, los países europeos favorecen más el empleo de las energías renovables como fuentes de calor y de electricidad.

América del Norte (excepto México) y Europa conforman la CEPE junto con los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que pertenecieron al dominio de la desaparecida Unión Soviética.

Aun cuando el sector de la madera atraviesa dificultades, los expertos de la agencia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) advierten de que está llamado a ocupar cada vez mayor protagonismo, no solo económico sino también político, por el valor que entraña la absorción de carbono, gas esencial en los compromisos internacionales para mitigar el cambio climático.

Las actividades forestales pueden atravesar una transformación estructural a partir de 2012, opinó Pepke. Todo dependerá de las ambiciones que tenga el nuevo acuerdo internacional que sucederá al primer período de compromisos del Protocolo de Kyoto, precisó.

En ese aspecto, las negociaciones que la comunidad internacional sostendrá en diciembre en Copenhague pueden "determinar cambios dramáticos", consideró.

Algunas de las propuestas sobre la mesa indican la polémica inclusión de la forestación y la reforestación en los esquemas de absorción de dióxido de carbono que podría contemplar el nuevo tratado, mediante mecanismos de estímulo económico.

Mientras tanto, la realidad expuesta por la CEPE ubica en 8,5 por ciento el descenso del consumo de productos forestales registrado cuando comenzó la crisis en 2008, la contracción más severa soportada por el sector desde que en la década de 1970 se produjo el primer estremecimiento en la industria petrolera mundial.

El pronóstico para 2009 prevé un desplome del consumo de ese sector, con la excepción anotada de las maderas destinadas a generar energía.

Sin embargo, guiándose por los indicadores de la madera aserrada, la CEPE vaticina una recuperación en 2010, con aumentos del consumo de hasta 27,9 por ciento en la CEI, 2,5 por ciento en Europa, y 5,5 por ciento en América del Norte.

En conjunto, el consumo de madera aserrada durante 2010 crecerá 4,3 por ciento en los territorios de los países de la CEPE, que se extienden desde Asia central, en el este, hasta Alaska, en el oeste.

Los expertos de la ONU advierten de que aun cuando el mercado recupere su vitalidad, la capacidad de producción demorará en estabilizarse pues muchas plantas han cerrado, con efectos desastrosos en la fuerza de trabajo.

En la caída de la producción de pulpa y de papel intervienen tanto los efectos de la presente crisis económica y financiera mundial como la declinación propia del sector de publicaciones impresas, estimó Pepke.

El experto observó un detalle en apariencia contradictorio porque en el sector del papel se contrae el consumo destinado a periódicos, libros y otras obras, pero también corre la misma suerte la demanda de papel para embalaje, un rasgo más relacionado con la actividad económica general.

Las estimaciones indican que durante 2009 la producción de papel y cartón se reducirá nueve por ciento en Europa y cuatro por ciento en América del Norte. En el caso de la pulpa de papel, las pérdidas son parecidas en las dos regiones.

Pepke opinó que la propagación del trabajo electrónico reduce el empleo del papel, especialmente por la mayor conciencia ecológica de las generaciones jóvenes que evitan las impresiones superfluas.

En el campo del papel, las dos regiones, Europa y América del Norte, figuran como las mayores consumidoras. China todavía no ocupa una posición relevante, aunque domina las importaciones de papel usado que recicla para la producción.

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