LETRAS-ZIMBABWE: La ruta del outsider

Dambudzo Marechera murió en 1987. Tenía apenas 35 años, pero el puñado de novelas breves, cuentos y poemas que dejó este escritor de Zimbabwe continúan cosechando fanáticos en toda África.

Dambudzo Marechera Crédito: Ernst Schade
Dambudzo Marechera Crédito: Ernst Schade

Marechera ganó el premio británico Guardian de Ficción por su libro de cuentos «The House of Hunger» («La casa del hambre»). Su narrativa volátil, repleta de monólogos interiores, contrastaba con el realismo sobrio de sus contemporáneos.

Vivió como escribió. Su figura perturbaba las imágenes que despertaba la lectura de su obra, según el también escritor Memory Chirere, profesor de la Universidad de Zimbabwe. «Comienzo a darme cuenta de que la gente se siente ahora más cómoda con la literatura de Marechera pues él no está vivo», evaluó.

Hoy se lo enseña en las escuelas, pero cuando regresó de Gran Bretaña a la Zimbabwe liberada, en 1982, su libro «Black Sunlight» («Rayo de sol negro») estaba en la lista de obras prohibidas.

Vivió en las calles sus últimos cinco años, antes de morir a causa del sida. Escribía sin cesar pero en ese periodo apenas un libro más, «Mindblasts» («Estallidos de la mente»), colección de poemas, cuentos cortos y pasajes de diario personal.

En esta entrevista, Chirere reflexiona sobre la domesticación de la obra de una de las mentes más salvajes de África.

IPS: ¿Qué es lo más leído de Marechera hoy?

MEMORY CHIRERE: Los estudiantes universitarios tienden a preferir «The House of Hunger», tal vez porque figura en los cursos. Otros sin tanta instrucción tienden a preferir «Mindblast», algunos entre ellos por la pura novelería que representa su título y la amplia variedad de géneros literarios que incluye.

IPS: ¿Los libros de Marechera son difíciles de entender?

MC: Si tomas en cuenta la intensidad de lenguaje, su imaginería, lo intrépido y abierto de textos como «The House of Hunger» y «Black Sunlight», podrías decir que la lectura de Marechera es difícil. Pero si lees «The House of Hunger» en el contexto de Rhodesia (nombre del territorio de Zimbabwe cuando fue colonia británica, hasta 1980), te abre una ventana a esa época.

[related_articles]Tal vez «Black Sunlight» sea su libro más oscuro… No se concentra en un escenario, una personalidad o una sensibilidad específicos. Se nota que Marechera intentaba escribir una obra internacional… Por su parte, «Scrapiron Blues» («Blues de la chatarra») es menos combativo.

IPS: ¿Cree que a Marechera se lo entiende mejor ahora que en vida?

MC: El personaje Marechera y su literatura tienden a unirse. Ahora es posible apreciar su literatura porque él no anda por aquí.

El poeta más antologizado de Zimbabwe, Musaemara Zimunya, dijo una vez que Marechera «escribía como vivió y vivía como escribió». Todos los lectores parecen coincidir en que se sienten más cómodos con sus libros ahora que se libraron de su «problemática» presencia.

IPS: ¿Por qué cree que Marechera concita tanta atención después de muerto?

MC: Por la intensidad y la belleza de su lenguaje, la complejidad del entorno que describe y por la independencia que representa su personalidad. Marechera regresa tenazmente una y otra vez.

IPS: ¿En qué enfatiza usted cuando da clases sobre «The House of Hunger?

MC: En la trama y en la manera que el libro retrata la Rhodesia de los años 70, década en que fue concebido y escrito. «The House of Hunger» ilustra la perversión de un estado policial y la pobreza imperante entonces.

IPS: ¿Cuál es la influencia actual de Marechera sobre los escritores y lectores comunes?

MC: Ya alcanzó el estatus de figura de culto en Zimbabwe, en especial entre los escritores jóvenes. Cuando doy cursos sobre cualquier escritor de Zimbabwe, la clase está en calma. Pero cuando presento a Marechera, explico su época y leo algún tramo de «The House of Hunger», especialmente aquél en que un hombre golpea a su esposa y la viola en frente de una muchedumbre, los estudiantes enloquecen.

Días después, noto que algunos comienzan a usar dreadlocks (rulos al estilo rastafari, como los que lucía Marechera), a beber, a fumar… y a escribir sus primeros poemas y cuentos.

[pullquote]1[/pullquote]Algunos adoptan conductas antisociales. No entregan sus tareas en el plazo indicado, no son puntuales, no toman notas. Parece que siguieran la tradición de Marechera, que cada uno se creyera un pequeño Marechera.

Su imagen puede ser muy destructiva. Destruyó a mucha gente. Hay estudiantes que ni siquiera se gradúan, porque lo imitan.

IPS: ¿Las mujeres sienten esa influencia?

MC: En general, los que siguen a Marechera son los estudiantes varones. Unas cuantas estudiantes mujeres creen que su literatura es machista y un poco insultante, en especial cuando describe actos sexuales violentos.

IPS: ¿Qué pensaría o escribiría Marechera sobre el Zimbabwe actual si estuviera vivo?

MC: Cuando se formuló esa misma pregunta en mayo, en un seminario sobre él en Oxford, las opiniones se dividieron. Algunos dijeron que Marechera habría protestado como lo hizo el opositor Movimiento para el Cambio Democrático. Otros creen que es imposible saberlo. En algunas entrevistas que le hicieron en los años 70 se manifestó claramente nacionalista, con simpatía hacia el presidente Robert Mugabe y la guerrilla independentista.

Mucho después, en «The House of Hunger», él escribió que el Zimbabwe independiente no tendría gabinete sino ataúd. Pero algunos amigos suyos fueron ministros de Mugabe.

IPS: ¿Se hace lo suficiente para preservar el legado de Marechera?

MC: Sí, creo que ocupa un lugar privilegiado en la literatura de Zimbabwe. Es muy estudiado y sus anécdotas se han vuelto parte del folklore nacional. Sus manuscritos y cartas están preservados en una sección de los archivos oficiales.

IPS: A medida que la vida de Marechera llegaba a su fin, ¿cuáles fueron los cambios más notables en su estilo de vida y en sus convicciones?

MC: Creo que él, hasta cierto momento, maduró. En una entrevista que le hicieron cuando se acercaba su muerte, manifestó que se había reconciliado consigo mismo. Dijo, incluso: «Ahora quiero dinero.»

Por esos días intentaba conseguir empleo como profesor en alguna universidad privada en Harare. Hay una inusual fotografía suya, escribiendo en un pizarrón frente a un aula llena. Llegó a manifestar deseos de graduarse y a pedirle a su ex compañero de clase Musaemara Zimunya que le consiguiera trabajos docentes en la Universidad de Zimbabwe.

Pero no volvió a trabajar. No tuvo tiempo: se convirtió de nuevo en el viejo Marechera.

IPS: Muchos creen que él estaba loco. ¿Cómo se formó esa imagen?

MC: Tal vez ésa sea una impresión producida por su personalidad y por su forma de escribir, a pesar de su elevado nivel académico. El texto de «The House of Hunger», por ejemplo, tiene una apariencia desarticulada y sus descripciones son muy intensas.

Otra razón para esa imagen es su conducta ampulosa y exhibicionista, su extraversión… Siempre terminaba peleando, incluso con aquellos que trataban de ayudarlo. Y trabajaba mucho: en todas sus obras, en todas sus páginas hay alusiones y referencias a la literatura rusa, griega, romana y estadounidense, entre otras.

Marechera es hoy una figura de culto. Conocerlo es casi un rito de iniciación. Leerlo o hacerse ver con uno de sus libros en la mano es considerado una señal de prestigio cultural. Los fanáticos han convertido en tradición el robo de sus libros, incluso a sus propios familiares.

IPS: ¿Por qué llegó a vivir y a escribir al aire libre en Harare?

MC: Esto es algo pocas veces visto en África: que un artista manifestara el deseo de ser un «outsider». Marechera creía que para producir un arte que valga la pena, el artista debe permanecer en los márgenes de la sociedad, sin atarse al amor, a la familia o a las burocracias. Estaba conscientemente casado con su arte.

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