Pocos arriesgan un pronóstico tras la reunión del jueves en Ginebra sobre el desarrollo nuclear de Irán entre delegados de éste y otros seis países, incluido Estados Unidos. Muchos observadores avizoran, sin embargo, un posible avance diplomático.
Eso depende de que Irán cumpla con su compromiso de abrir paso en un plazo de dos semanas a inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) a su central nuclear en la ciudad de Qom.
Se prevé que el director general de la AIEA, Mohammed El-Baradei, llegue este fin de semana a Teherán para afinar los detalles.
Pero lo más prometedor, según analistas en Washington, fue que Irán estuvo de acuerdo con embarcar la mayor parte del uranio empobrecido que ha acumulado en los últimos años en sus instalaciones en Natanz a Rusia y Francia. Allí se lo reciclará en combustible a utilizar en un pequeño reactor que fabrica isótopos para medicina nuclear.
"Si se cumple, será una gran medida de creación de confianza", dijo Gary Sick, experto en asuntos iraníes de la Universidad de Columbia que asesoró a la Casa Blanca durante las presidencias de Gerald Ford, Jimmy Carter y Ronald Reagan.
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"El actual 'stock' de uranio empobrecido" de Irán despierta "alertas de que el país se acerca peligrosamente a "la capacidad de fabricar una bomba" nuclear, escribió Sick en su blog este viernes.
"Pero por el acuerdo de Ginebra podría convertirse tres cuartos de ese uranio de su actual forma gaseosa en barras sólidas, que son extremadamente difíciles de usar como material en armas", agregó el experto.
Si la mayor parte del uranio empobrecido de Irán es embarcado fuera del país, se aliviaría la tensión regional, alimentada por las reiteradas amenazas israelíes de atacar las centrales nucleares del régimen islámico, según prevén la mayoría de los observadores en Estados Unidos.
Eso daría más tiempo a las negociaciones entre Irán y el grupo de sus seis interlocutores, integrado por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Alemania.
Al mismo tiempo, se diluirían las crecientes presiones de Israel y de sus simpatizantes de derecha en Estados Unidos por la aprobación de "sanciones abrumadoras" contra Irán, multilaterales, si es posible, o unilaterales, de ser necesario.
Neoconservadores expresaron un fuerte escepticismo ante la valoración del presidente Barack Obama de que el diálogo en Ginebra representaba un "comienzo constructivo" hacia un "compromiso serio y significativo".
"La evidencia insiste en que el régimen no tiene intención de frenar un programa nuclear que lo fortalecería en la región y le daría nuevos elementos para presionar a Estados Unidos", advirtió en un editorial el diario neoconservador The Wall Street Journal.
Es de prever, según el periódico, que "Irán siga el modelo norcoreano, dando falsas esperanzas a Occidente, mintiendo y arrancándole acuerdos sorprendentes sólo para renegar de ellos y volver a empezar".
El reactor de Qom podría ser apenas una isla "en un archipiélago de pequeñas instalaciones encubiertas en todo el territorio de Irán", especuló The Wall Street Journal.
De todos modos, aun los analistas más optimistas observaron que lo de Ginebra sería, a lo sumo, apenas el primer paso de un arduo y largo camino.
"Una golondrina no hace verano. Sería un error pensar que el resultado de las reuniones en Ginebra sean más que el primer paso de un bebé en un peligroso e impredecible sendero", según Sick.
El jueves, se reunieron en Ginebra durante 45 minutos el subsecretario de Estado (vicecanciller) estadounidense William Burns, y el jefe de la misión iraní, Saeed Jalili, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de su país.
En la ocasión consideraron muchos asuntos, incluidos los derechos humanos y la seguridad regional. Fue el intercambio público de mayor nivel entre Washington y Teherán desde la ruptura de relaciones hace 30 años.
Analistas observaron que ambas partes parecían más dispuestas a ser flexibles que en el pasado.
Estados Unidos "acepta tácitamente que Irán tiene derecho, según el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, a enriquecer uranio, lo cual siempre fue un asunto clave para este país", dijo el presidente del consejo Nacional Estados Unidos-Irán, Trita Parsi.
"Los iraníes han indicado que, si se les reconoce ese derecho, mostrarán mayor flexibilidad. Vimos la primera señal el jueves, cuando acordaron en principio" la derivación de su uranio empobrecido, agregó Parsi.