De los antiguos superhéroes con poderes excepcionales a los actuales «superhumanos», que no dudan en llorar y desnudar su alma, la evolución del mundo de las historietas se muestra en un festival internacional en esta ciudad del sur de Brasil.
La exposición dedicada a Batman ocupa una de las galerías principales del Sexto Festival Internacional de Quadrinhos, historietas en portugués, que se celebra desde el martes 6 hasta el lunes 12 de octubre en Belo Horizonte.
No es para menos. El supermurciélago del bien cumple 70 años, y la exposición que lo homenajea, del coleccionista brasileño Ivan Freitas Da Costa, muestra 200 piezas, incluyendo unos 120 originales de 80 dibujantes que lo inmortalizaron.
"Además de estar en forma, como siempre, Batman es el único superhéroe cuyo único superpoder es su intelecto, su mente", dijo la presidenta de la Fundación Municipal de Cultura, Thais Cougo Pimentel.
Batman no tendrá poderes especiales, pero sin duda tiene más que los del pingüino de aliento de pescado, uno de los personajes extraídos del mundo mágico y absurdo del historietista argentino Ricardo Liniers.
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A diferencia de otros dibujantes que ilustran las últimas páginas de los periódicos, Liniers no solo desafía la regla del "cuatro por cuatro", cuatro cuadros por tira: él hace cinco o más y no necesariamente cuadros, y además tampoco tiene un personaje reiterativo, como es tradición, sino varios o ninguno.
De su universo sobresalen figuras como Fellini, un gato existencialista y demandante de afecto de su dueña, Enriqueta, un robot sensible, pingüinos poéticos, una aceituna llamada Oliverio, que sufre con el canibalismo humano que invariablemente la termina llevando a platos de pizza o "drinks", y duendes de sombreros altos, al mismo tiempo fantásticos y realistas.
"Yo hacía los dibujos para mí mismo… nunca me imaginé que alguna vez sería prolífico", dijo el autor a IPS. En el festival, Liniers lanzó en portugués su libro "Macanudo", que publicó en países como Canadá y Francia, entre otros.
Liniers recordó cuando surgió la humorista argentina Maitena, con sus "Mujeres alteradas". "Pensaba que era lógico que su lenguaje fuera universal porque mujeres alteradas hay en todo el mundo", dijo.
"En cambio, yo pensaba que la fama de mis dibujos no superaría las cinco cuadras de mi casa, porque yo los hacía con cosas de muy adentro mío, que me causaban gracia solo a mí. A diferencia de Maitena, yo no sabía cómo eran todos los hombres", ironizó.
Uno de los directores artísticos del festival, Roberto Ribeiro, de la editorial Casa 21, se refirió al fenómeno "humano" de los nuevos narradores de comics.
Sus personajes, a diferencia de los héroes del pasado, no tienen miedo de contar sus problemas, sus cosas de la infancia, hasta su vida sexual, reflexionó Ribeiro al mencionar nombres también presentes en el festival, como el estadounidense Craig Thompson, la italiana Gabriella Giandelli o el francés Olivier Tallec.
En esa línea está el canadiense Guy Delisle, quien acompaña a su mujer en sus viajes como integrante de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras y aprovecha para relatar en historietas lo que ve en lugares como Birmania, Corea del Norte y China.
Humanismo o "superhumanos", los personajes de historietas pertenecen a un mundo que, lejos de morir, renace cada día en nuevos lenguajes, según el socio de Ribeiro, el ítalo-brasileño Giuseppe Emanuele Landi.
El editor definió la nueva tendencia que estaría surgiendo en el mundo de las historietas, de la que hace parte Delisle, como un "reportaje gráfico", que describe la realidad de una manera periodística, pero en formato de cómic, parafraseando al estadounidense Will Eisner, quien habló por primera vez de la historieta como de una "novela gráfica".
Esa renovación hoy se expresa en la diversidad de países que exportan a sus artistas: Polonia, Albania, China, Israel, Serbia.
"Es increíble verificar la calidad de algunos trabajos que vienen de tantos países, de la riqueza de creaciones producidas a nivel mundial, cuando antes veíamos historietas solo de los grandes centros económicos: estadounidense, europeo o de Japón", observó Ribeiro.
Esa historia de las historietas bien la conoce el artista brasileño Renato Canini, otro de los homenajeados del festival y considerado uno de los mejores dibujantes del mítico papagayo Zé Carioca, de los Estudios Disney, en los años 60 y 70.
Canini dio al papagayo una identidad marcadamente brasileña que inclusive hizo que lo despidieran por "exagerar" y no atender las reglas estrictas de uniformización de Disney.
En entrevista con IPS, Canini recordó que lo único que no le quitó al papagayo fue su sombrero de paja, pero para volverlo más brasileño lo fue "desvistiendo" hasta dejarle sólo una camisa liviana que se "podía cambiar".
Canini fue también uno de los pioneros en "humanizar" a los personajes del cómic. Aunque Disney insistía en que no se debía "mostrar pobreza", Canini usaba y abusaba de los paisajes de las favelas de Río de Janeiro.
"Dibujar para otros es lo peor que hay", dijo. "Hoy hago mis trabajos con libertad", subrayó el dibujante al definir su estilo como de "realismo mágico".
A diferencia de los cargados personajes de Disney, Canini es famoso por sus dibujos que con pocas líneas definen contornos y expresiones, en un estilo considerado "minimalista".
La exposición trajo a otros artistas, como el brasileño Adão Iturrusgarai, cuya Aline, una chica que vive con sus dos novios, fue humanizada en carne y hueso por la televisora Globo, con una serie inspirada en su tira.
Iturrusgarai es también famoso por otros comics, como "En el diván con Iván", donde cuenta con pelos y señales hasta las obsesiones sexuales de sus personajes, condenados por su psicoanalista a castigos como "100 años de diván".
También forman parte del universo del festival otros historietistas e ilustradores, como el alemán Reinhard Kleist, los chinos Benjamin y Xiao Pan, y los hermanos brasileños Fábio Moon y Gabriel Bá.