La mexicana Catalina Sánchez vio en el cultivo y la venta del nopal, una cactácea originaria de México, una opción para obtener ingresos y mejorar sus condiciones de vida.
A comienzos de esta década, Sánchez propuso junto a otras dos habitantes de la comunidad de Ayoquezco de Aldama, con 5.200 pobladores ubicada en el sureño estado de Oaxaca y a unos 550 kilómetros de la capital mexicana, la cosecha formal del nopal a la no gubernamental Fundación para la Productividad en el Campo (Fuproca).
Años después, esa idea primigenia floreció en la organización Mujeres Envasadoras de Nopal de Ayoquezco (MENA), fundada en 2001 por 120 cultivadoras de esa planta, y la empresa Procesadora de Alimentos Nostálgicos de Oaxaca (PANO).
"Aquí no hay muchas opciones de trabajo, entonces uno tiene que mantenerse en el campo. Eso nos hizo pensar en hacer algo y formamos un grupo para vender el nopal en el mercado", relató a IPS Sánchez, quien ya sabe lo que es ser una inmigrante indocumentada en Estados Unidos, al igual que su esposo.
El proyecto de PANO es el único mexicano de los 13 finalistas del Concurso Experiencias en Innovación Social que cada año organizan desde 2004 la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la estadounidense Fundación W. K. Kellogg para premiar la creatividad de las organizaciones en la esfera social.
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La fase final del certamen se escenificará del 11 al 13 de noviembre en la sede de la estatal Universidad de San Carlos en Guatemala. De los 13 finalistas, cuatro provienen de Argentina, tres de Brasil, dos de Perú, uno de México, Costa Rica, Chile y Uruguay sobre temas como educación, salud, nutrición, conservación ambiental y equidad de género.
"Al inicio, recibieron capacitación y asesoría técnica. Luego, se contrató a un técnico y él trabajó el cultivo con las productoras", explicó a IPS, Roberto Ramírez, presidente de Fuproca.
Esa fundación posibilitó el contacto entre las campesinas y la organización independiente "Migrantes por Ayoquezco, Oaxaca" (Migpao), formada por nativos de esa zona y que radican en la sudoccidental ciudad estadounidense de San Diego.
Además del protagonismo femenino, otro aspecto que se destaca del proyecto es su vinculación con Migpao.
Un grupo de 82 mexicanos oriundos del norteño estado de Baja California, del central México y de Oaxaca formaron en 2004 la empresa Chapulín Distributors Inc. para comercializar el nopal orgánico envasado, mole (una salsa de 20 ingredientes que forma parte de la gastronomía mexicana) y chocolate de PANO y otros productos del país.
De hecho, los emigrantes originarios de la región de Ayoquezco financiaron con sus ahorros la construcción de la planta, que empezó a operar en julio de 2008, y contribuyeron con una parte de los 1,2 millones de dólares del capital social de la empresa.
Cada año, unas 500.000 personas se mueven desde México hacia Estados Unidos, donde viven entre 10 y 12 millones de personas de origen latinoamericano, buena parte de ellas sin permiso de residencia.
Pero los emigrantes no sólo pusieron dinero en la obra, sino que continuaron con el envío de remesas a sus parientes en la comunidad. En el primer semestre de este año, México captó 12.912 millones de dólares de esta procedencia, pese a que este sector caerá en 11 por ciento al finalizar este año por el impacto de la crisis económico-financiera global, según previsiones oficiales.
MENA posee 62 por ciento de las acciones de PANO, Chapulín ostenta 33 por ciento y el cinco por ciento restante está en manos de la Fundación para la Productividad en el Campo.
Un conjunto de 160 productores cosecha en unas 16 hectáreas. El nopal al natural, se vende en el mercado doméstico, mientras que el complejo industrial procesa unas dos toneladas mensuales. PANO factura unos 10.000 dólares al mes. Además, la compañía abastece de mole y chocolate a una cadena nacional de restaurantes.
María Elisa Bernal, directora del proyecto Experiencias en Innovación Social de la Cepal, destacó ante IPS la dinámica de las mujeres en el proyecto, el cambio de destino de las remesas, de gasto para el consumo a inversión productiva, la asociación con los emigrantes y la capacidad de tomar decisiones empresariales.
"Rescatamos como elementos de una gran innovación, el modelo de asociatividad que desarrollan las mujeres mediante el cual crean la empresa y la forma en que se articulan, como socias, con la empresa Chapulín", destacó la funcionaria de origen colombiano.
El nopal cuenta con 114 especies, de las cuales cinco se utilizan para fruta y tres para verdura, entre ellas la variedad nopalea, muy común en Ayoquezco de Aldama.
A esta cactácea le toma tres meses crecer, momento en que ya está apta para el consumo. Y entre más se le poda, más se eleva.
La Fundación, surgida en 1996, empezó a trabajar con la comunidad de Ayoquezco, que en lengua zapoteca significa "lugar de tortugas", en un proyecto de cultivo de flores en invernadero, que no prosperó. Pero la experiencia fue más allá de lo material, pues aprendieron las bondades de la organización y las formas de superar el próximo intento.
Las primeras labores fueron posibles gracias a financiamiento concedido por las fundaciones Panamericana para el Desarrollo, creada en 1962 por un acuerdo entre el gobierno de Estados Unidos y la Organización de los Estados Americanos, e Interamericana, una entidad de Washington de ayuda externa para financiar programas innovadores en América Latina y el Caribe.
Un grupo de 52 productoras cuenta con el certificado de producción orgánica extendido por la estadounidense Asociación para la Mejora de los Cultivos Orgánicos (OCIA por sus siglas en inglés). Asimismo, a PANO le interesa sumarse al esquema de comercio justo en México.
Mediante MENA, las productoras obtienen unos 400 dólares mensuales por la venta de sus productos, en comparación con los aproximadamente 75 dólares que solían ganar al mes antes del nacimiento de la empresa.
"Las personas entregan su producción y reciben su dinerito, el proyecto está ayudando", dijo Sánchez, que tiene tres hijos viviendo en Estados Unidos y uno más que volvió a la comunidad a causa de una enfermedad.
PANO aún cuenta con posibilidades de expansión, pues la procesadora opera a sólo 25 por ciento de su capacidad instalada.
"Hemos roto varios prejuicios, como que el traspatio no es opción productiva y sólo genera pobreza, que las mujeres no pueden administrar proyectos sociales", puntualizó Ramírez.
Funproca planea desarrollar un proyecto de telefonía móvil en Ayoquezco y repetir la experiencia de PANO en el sureño estado de Puebla, pero con cultivo de aguacate criollo.
En los dos últimos años se han presentado al concurso 1.300 iniciativas de toda la región. En la edición 2008-2009, el ganador del certamen recibirá 30.000 dólares, el segundo obtendrá 20.000, el tercero se hará acreedor a 15.000, el cuarto a 10.000 y el quinto a 5.000 dólares.