COSTA DE MARFIL: Productores de piña esperan más apoyo

Karim Diabaté observa sus 20 hectáreas de cultivos de piña en esta sudoriental localidad de Costa de Marfil. «Me pregunto si podré obtener a tiempo el dinero necesario para los insumos y así mantener mi plantación», comenta.

Durante dos meses, este agricultor de 35 años ha realizado varios viajes entre su plantación y la oficina local de la Organización Central de Productores y Exportadores de Piñas y Bananas (OCAB, por su acrónimo en francés) en Bonoua, a 50 kilómetros de Abidjan, la capital económica de este occidental país africano.

"Tuve la suerte de obtener un financiamiento inicial gracias al proyecto piloto de la organización, pero no es suficiente. Todavía necesito cerca de un millón de francos CFA (poco más de 2.000 dólares) para obtener los insumos y garantizar un buen rendimiento de mis plantaciones", explicó a IPS.

Su amigo Arouna Konaté se encuentra en una situación parecida.

"En 2003 dejé de cultivar piñas porque no hemos estado recibiendo asistencia y tenemos grandes deudas. Regresé esperando que las cosas hubieran mejorado, pero parece que no", afirmó.
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"Cuando lo costos de los insumos aumentan 300 por ciento, y el precio de un kilo de piñas en el mercado internacional disminuye, ¿cómo esperamos recibir algún tipo de retorno de nuestra inversión?", preguntó Konaté. "Desde hace mucho tiempo a esta parte, el lobo ha estado a la puerta".

Hace siete años, tratar una hectárea de tierra con pesticidas costaba entre 225 y 680 dólares. Hoy Konaté necesita entre 680 y 1.100. A esto debe añadir el precio de las cajas de cartón para guardar las piñas, los costos de transporte a la ciudad y, finalmente, los salarios de los empleados.

La OCAB señala que la variedad marfileña de piña cotiza a entre 79 y 86 centavos de dólar por kilo en el mercado internacional.

El distrito de Bonoua, principal área de cultivo de piñas, hoy tiene apenas 1.500 productores, contra los 30.000 que había en 2000. Produce 80 por ciento de las piñas exportadas por Costa de Marfil, según la OCAB. El país ha sufrido una disminución en sus ventas debido a los altos costos de producción y la caída de los precios internacionales.

Según la OCAB, unas 214.000 toneladas de piñas fueron exportadas en 1999. El año pasado, la cifra cayó 70 por ciento, a 60.000 toneladas. Una de las razones fue la discontinuación del financiamiento de los donantes luego de la crisis política de 2002.

El presidente de la organización Plantadores Unidos de Piña y Banana de Costa de Marfil, Mario Adiko, dijo a IPS que los cultivadores marfileños han perdido su lugar en el mercado internacional.

"Cuando asistimos a las reuniones, se nos dice que nuestra capacidad de producción ahora no tiene sentido, porque 60.000 toneladas para una demanda de mercado cercana al millón de toneladas es algo insignificante", indicó.

Hace pocos meses, los productores recibieron a una delegación de la Unión Europea y del Ministerio de Agricultura marfileño.

"Les explicamos nuestras dificultades para que pudieran ayudarnos, porque los bancos son renuentes a darnos crédito", afirmó Anassa Julien, de la cooperativa de agricultores.

Su colega Eugène Yocoli dijo a IPS: "Hoy podemos decir que el cultivo de piñas está aún vivo gracias al proyecto piloto que estamos llevando a cabo en Bonoua y Adiaké".

Explicó que el proyecto ha sido financiado con 909.000 dólares del Fondo Europeo para el Desarrollo.

"A comienzos de este año, mientras aguardábamos por los donantes, esperábamos que el gobierno nos apoyara, y afortunadamente sucedió", dijo entusiasta.

En julio, el gobierno marfileño presentó un plan de rescate por unos 45,4 millones de dólares para impulsar la producción de piñas, gracias al cual se beneficiarían unos 300 pequeños agricultores.

"No sé cuántas hectáreas usarán estos 300 cultivadores, pero los números parecen pequeños. Representan sólo un quinto del total de productores. Otros dependerán de sí mismos", dijo Konaté.

"Para mí, la ayuda no salvará totalmente a la industria. Sólo puede mantenerla en su presente estado por un tiempo. Necesitamos un programa mucho más grande", afirmó.

Para Konaté, el hecho de que el programa beneficie sólo a 300 cultivadores de los 1.000 solicitantes no deja en claro si Costa de Marfil podrá regresar a su antigua gloria como productor de piña.

El economista Martinien Gadou, de Abidjan, dijo a IPS que los productores tendrán que arreglárselas con lo que les provea el gobierno.

"Hablamos de un plan de rescate porque es una emergencia. El Estado ha tenido en cuenta la postura de la industria, así como del mercado internacional, y ha mostrado el apoyo que tiene a disposición. No debería haber quejas", afirmó.

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