La mortalidad materna e infantil y la desnutrición crónica son variables sanitarias en las que Chile puede mostrar avances ejemplares. Pero hay un grave problema social que queda en segundo plano y no cede: la maternidad adolescente.
"A una le da miedo, vergüenza hablar de sexo con los padres y profesores. Tampoco puedes ir a los consultorios a pedir anticonceptivos porque ahí todos te conocen", relató a IPS Maura Escobar, una chilena que a los 15 años fue madre de María, ahora de cuatro meses.
Cuando supo que estaba embarazada, intentó abortar por varios medios. Bebió infusiones, tomó clases de artes marciales y hasta pensó en comprar misoprostol, un medicamento paras las úlceras gástricas con efectos abortivos. Pero no tenía dinero.
Con cinco meses de gestación, una amiga la llevó a Chile Unido, una fundación privada sin fines de lucro que entrega apoyos concretos a mujeres con embarazos indeseados, para evitar que aborten.
Este país austral es uno de los escasos en el mundo que penaliza cualquier tipo de interrupción inducida del embarazo, inclusive si la vida de la madre está en riesgo.
[related_articles]
Durante sus últimas semanas de embarazo, la adolescente debió ser hospitalizada por diversas complicaciones y su hija nació prematura.
La de Escobar es una historia repetida en Chile y América Latina, la región que tiene una de las mayores tasas de embarazo adolescente del mundo. Del total de nacidos vivos en Chile, cerca de 15 por ciento corresponden a madres menores de 19 años. La mayoría de ellas pertenecen a los sectores más pobres.
"Son mujeres que deben cambiar sus proyectos de vida, que tienen pocas posibilidades de terminar una carrera profesional y de trabajar, porque la mayoría se quedan cuidando a sus hijos, lo que no sucede con los padres adolescentes", comentó a IPS Claudia Dides, directora del Programa de Género y Equidad de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) Chile.
Además de ser un riesgo para la salud de las adolescentes, la maternidad antes de los 19 años suele reproducir la pobreza y la desigualdad de género, sostienen los expertos.
En la populosa comuna La Pintana de la capital chilena, se registró en 2006 una tasa de 80,9 hijos de madres de 15 a 19 años por cada mil mujeres, mientras que en la rica comuna de Vitacura, que dobla a la primera en Índice de Desarrollo Humano medido por ingresos, se registró una tasa de sólo 6,8 nacimientos en este grupo.
En un trabajo conjunto, Flacso y el Fondo de Población de las Naciones Unidas identificaron 10 desafíos en salud sexual y reproductiva en Chile, en el marco del Plan de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El Cairo y los Objetivos de Desarrollo del Milenio, acordados en 1990 para ser cumplidos en 2015.
"El primero de ellos justamente tiene que ver con el embarazo en la adolescencia", indicó Dides. Los otros se relacionan con carencia de educación sexual y servicios de salud sexual y reproductiva (SSR) para jóvenes, aumento de las infecciones de transmisión sexual en adolescentes y déficit de estadísticas sobre aborto.
A ellos se suman los problemas en el acceso y entrega de la anticoncepción de emergencia, la falta de pertinencia étnica en programas de SSR y VIH/sida y la baja participación de los hombres en el cuidado de los procesos reproductivos, entre otros.
EMBARAZO ADOLESCENTE RESISTE
Entre 2000 y 2005, la cantidad de nacidos vivos en el país bajó de 248.694 a 230.831, en consonancia con el envejecimiento de la población. Pero la tasa de fecundidad adolescente no ha disminuido con la misma velocidad que la de las mujeres mayores de 19 años. Preocupa especialmente lo que está sucediendo con las menores de 15.
Entre los quinquenios 1990-1995 y 2000-2005, la maternidad en jóvenes de 15 a 19 cayó 9,5 por ciento, mientras que entre aquellas de 20 a 24 años bajó 30,6 por ciento. En tanto, la tasa de hijos de madres menores de 15 años por cada mil nacidos vivos bajó apenas de 4,2 a 4,1 entre 2000 y 2005.
En términos absolutos, a principios de la actual década nacieron 1.054 hijos de madres menores de 15 años y 39.216 de mujeres de 15 a 19 años, cifra que se redujo progresivamente hasta 2004, cuando hubo 906 y 33.522 nacimientos, respectivamente.
Pero desde ese momento se observa un repunte. En 2005, hubo 953 nacimientos de madres de 10 a 14 años y al año siguiente 954. Lo mismo sucedió en el tramo de 15 y 19 años: en 2005 se registraron 35.143 nacimientos, y 36.819 en 2006.
VOLUNTAD POLITICA
Entre 1991 y 2007 se han realizado 40 estudios sobre embarazo adolescente en Chile. "Hay evidencia científica para tomar decisiones políticas", concluyó Dides.
Los expertos coinciden en que el persistente embarazo adolescente está relacionado con el bajo uso de métodos anticonceptivos, sobre todo en sectores pobres, con la ausencia o débil educación sexual y con la falta de servicios de salud especializados para las más jóvenes.
La última gran apuesta del gobierno es el Plan Participativo de Actividades de Educación en Sexualidad y Afectividad, incluido en la política del sector para el quinquenio 2005-2010. El Ministerio de Educación aseguró a IPS que se han ido cumpliendo sus objetivos.
Pero Dides tiene otra visión. "Desde 1993 se vienen planteando una serie de programas sobre sexualidad adolescente, pero ninguno logra transformarse en una política pública persistente en el tiempo. Lo que se hace son pequeños intentos pilotos, que dependen de las voluntades políticas de los ministros de turno", afirmó.
Según esta experta, el Ministerio de Educación "ha sido uno de enclaves más retrógrados en el campo de la educación sexual. Yo me atrevería a decir que han sido muy poco responsables con la juventud chilena, por cuestiones ideológicas".
Desde la restitución de la democracia en 1990, Chile es gobernado por la centroizquierdista Concertación de Partidos por la Democracia, una coalición que incluye al conservador Partido Demócrata Cristiano.
Desde el próximo año el Ministerio de Educación también gestionará "un proceso de diálogo con expertos, entidades de formación de docentes y organizaciones vinculadas a la educación en sexualidad y afectividad" para definir una "trayectoria educativa" en esta área, explicaron sus portavoces a IPS.
Además, se pretende lograr una mayor articulación con el Ministerio de Salud para intervenir de mejor forma en el ámbito local. Pero el futuro es incierto, porque en marzo de 2010 finalizará el gobierno de la socialista Michelle Bachelet, gran impulsora de políticas sociales de vanguardia y con perspectiva de género.
ESPACIOS CERCANOS
Las jóvenes que se atienden diariamente en el Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente de la Universidad de Chile relatan que no pueden hablar con sus padres sobre sexualidad, comentó a IPS la asistente social Electra González, subdirectora de esta institución con 28 años de experiencia.
Entonces, las precauciones que ellas logren tomar dependen del grado de autonomía y de las habilidades que hayan desarrollado personalmente, apuntó.
"Faltan servicios que sean atingentes a las y los jóvenes y adolescentes, servicios que se caractericen por calidad en la atención, y sean hechos para ellas y ellos, con ellas y ellos, porque, como hemos visto en varios estudios, las jóvenes siguen yendo a donde va la mamá, la abuela, y ahí hay problemas", puntualizó Dides.
En este sentido, se destacan los "Espacios Amigables" que desde este año se están abriendo para los jóvenes en los servicios primarios de salud, en horarios diferenciados y atendidos por un partero o partera y un psicólogo o asistente social.
Esos mismos equipos están yendo también al "encuentro con la comunidad en terreno", aseguró a IPS Paz Robledo, encargada nacional del Programa de Adolescentes y Jóvenes.
Ese proyecto se enmarca en la Política Nacional de Salud de Adolescentes y Jóvenes 2008-2015. Este año se implementaron 54 espacios en 54 comunas y en estos momentos se está discutiendo el presupuesto para contar con 277 centros en 2010.
En tanto, en el parlamento duerme un proyecto de ley sobre Información, Orientación y Prestaciones en Materia de Regulación de la Fertilidad, presentado por Bachelet para garantizar la entrega gratuita y confidencial de todos los métodos anticonceptivos, incluidos los de emergencia, a todas las mujeres mayores de 14 años.
Esto obedece a que el Tribunal Constitucional prohibió en 2008 la distribución de la llamada píldora del día después en los servicios públicos de salud, acogiendo un recurso presentado por diputados conservadores contra un decreto dictado en 2007 por Bachelet. Según Robledo, el país está en deuda con sus casi 4,3 millones de adolescentes y jóvenes, que representan 25,7 por ciento de la población del país.
A su juicio, falta discutir "¿cuál es el adolescente y joven que queremos para nuestro país?, ¿cuál es la institucionalidad más eficiente para coordinar los esfuerzos sectoriales tendientes a generar protección social para este grupo poblacional?" y qué nivel de recursos son destinado a esta tarea.
Mientras esto se define, Maura Escobar ve "muy esperanzada" su futuro, una suerte excepcional según los expertos. Su madre ahora la apoya totalmente, puede seguir sus estudios y aunque perdió el contacto con el padre de su hija, un joven de 23 años, no duda de que ella y María saldrán adelante. Eso sí, "mi vida cambió para siempre", reflexionó con su bebé en brazos.