CAMBIO CLIMÁTICO: África forma un frente común

Mientras representantes de los gobiernos de África discutían en Etiopía una posición común hacia la conferencia mundial sobre cambio climático de diciembre en Copenhague, la ONU advirtió que ese continente sufrirá las peores consecuencias del fenómeno.

Las proyecciones sugieren "una creciente escasez de agua, una disminución de tierras cultivables, una expansión de los desiertos y daños en la infraestructura costera" de África, señala un estudio, publicado en septiembre pero difundido oficialmente por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) esta semana.

África "suele ser considerada un continente donde el cambio climático puede llegar a intensificar u originar conflictos", indica el estudio de 34 páginas, titulado "El cambio climático y sus posibles repercusiones para la seguridad".

Representantes de los gobiernos africanos se reunieron en Adis Abeba para definir una posición común hacia la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 15), que intentará, entre el 7 y el 18 de diciembre en la capital danesa, delinear un tratado de reducción de emisiones mundiales de gases invernadero.

El nuevo convenio tendrá vigencia desde 2012, cuando concluya el primer periodo de compromisos asumidos en el Protocolo de Kyoto, que obliga a los 37 países industriales que lo ratificaron a reducir sus emisiones para ese año a volúmenes 5,2 por ciento inferiores a los de 1990.
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El primer ministro etiope Meles Zenawi, elegido para encabezar la delegación africana que viajará a Copenhague, amenazó con abandonar las negociaciones en la capital danesa si no se atienden las necesidades del continente.

La coordinadora de política climática para África del no gubernamental Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Hawa Sow, mostró comprensión hacia la advertencia de Zenawi.

"Si la COP 15 no responde a las expectativas de las naciones africanas en materia de adaptación al cambio climático y si no hay un compromiso de financiación, aporte de tecnología y de capacidades, África debería considerar la posibilidad de no suscribir" el nuevo tratado, declaró Sow a IPS.

Un mal acuerdo puede ser peor que no tener uno, dijo a Sow, quien observó el desarrollo de la reunión de Etiopía, al ser consultada sobre el posible perjuicio que sufrirían las negociaciones por una retirada africana.

La reunión de Adis Abeba fue organizada por la Unión Africana (UA), la Conferencia Ministerial sobre Ambiente, la Comisión Económica para África de la ONU (CEPA, por sus siglas en inglés) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Pero agencias de la ONU y otros expertos no coinciden con Sow. La falta de un acuerdo podría tener consecuencias perjudiciales para África, según ellos.

Ese continente "tiene por delante un verdadero desafío en materia de cambio climático", señaló Gabriel Odima, presidente del no gubernamental Centro para la Paz y la Democracia en África, con sede en Estados Unidos.

Las dificultades de África para hacerle frente al fenómeno tienen que ver con la falta de gobernanza, de democracia, de voluntad política y de un marco institucional.

"Pero no es sensato amenazar con retirarse de las negociaciones", acotó Odima.

La UA y los gobernantes africanos deben, en primer término, ordenar su casa, revisar su armario y elaborar un plan viable para poder hacer frente a las consecuencias del cambio climático antes de culpar a Occidente de sus problemas, remarcó.

África tiene una limitada capacidad de adaptación al recalentamiento planetario, según la CEPA y el Pnuma.

"Los sectores económicos clave de la región son vulnerables al cambio climático, lo que se agrava por problemas existentes como la pobreza, los desastres y los conflictos", indica una declaración conjunta de ambas agencias de la ONU.

La falta de un acuerdo en Copenhague tendría "consecuencias nefastas para África", añade el texto.

África es vulnerable a los conflictos porque depende de sectores supeditados a los vaivenes climáticos, como la agricultura, por los últimos enfrentamientos étnicos y políticos y por la fragilidad institucional de sus países, según la declaración de la CEPA y el Pnuma.

Este continente es uno de los más afectados y en muchos sentidos está menos preparada que otras regiones para hacerle frente a las consecuencias del cambio climático, señaló Sow, de WWF.

"Ya se observan muchos cambios en los patrones climáticos que se ajustan a las predicciones científicas en relación con los impactos" del fenómeno, indicó.

Entre esas transformaciones figuran sequías, precipitaciones extremas, aumento del nivel del mar, erosión costera y derretimiento de los glaciares.

Además, "hay más migraciones y refugiados a causa de los desastres naturales, y el cambio climático empeorará cada vez más la situación", añadió.

"Nos gustaría que se decida una ayuda y un trato especial" para el continente y las otras regiones más vulnerables", respondió Sow al ser consultada sobre la consideración que debería dársele a África en Copenhague.

"Pero en el estado actual de las negociaciones, no tenemos mucha confianza de que la asistencia vaya a ser significativa", apuntó.

El Plan de Acción de Bali, elaborado en la Conferencia de las Partes realizada en esa isla indonesia en 2007, identifica el grupo de países más vulnerables, entre los que están los 49 menos avanzados, la mayoría de los cuales están en África.

Los otros dos grupos son los pequeños estados insulares en desarrollo y los propensos a sufrir sequías e inundaciones, categoría en la que, nuevamente, se encuentran los países africanos.

Si la COP 15 reconoce la situación de esos países deberá adoptar disposiciones especiales que apunten a implementar formas de adaptación, señaló Sow.

Es especialmente problemática la tendencia actual a marginar el Protocolo de Kyoto, remarcó.

Cuando los países industrializados hablan de matar el tratado están infringiendo el Plan de Acción de Bali, subrayó.

Preocupa la posibilidad de que las naciones ricas reduzcan sus compromisos aun más, lo que puede significar menos apoyo para África.

"Las sugerencias de que podemos seguir sin el Protocolo de Kyoto y de que puede ser reemplazado por un instrumento totalmente nuevo no conducen a nada en este momento", añadió Sow.

"Va a insumir demasiado tiempo y no hay forma de saber en qué quedará. Es muy probable que el proceso termine en una disminución de los compromisos" de reducción de emisiones de gases invernadero, advirtió Sow.

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