«En Egipto, las mujeres no han logrado los mismos niveles de carrera que sus pares hombres. Son principalmente contratadas como funcionarias públicas, empleadas en pequeñas empresas familiares o como mano de obra en el sector agrícola».
Así lo explicó Amany Adour, presidenta de la Asociación de Empresarias Egipcias.
Las políticas privatizadoras a comienzos de los años 90 crearon nuevas oportunidades para las empresarias. Sin embargo, el desmantelamiento de las empresas del Estado también implicó menos puestos de trabajo para las mujeres, ya que la mayoría de los empleadores privados evitan tener que gastar en beneficios por maternidad, que sí son concedidos por las compañías públicas.
Asfour se recibió de pediatra y abrió su propia firma de suministros médicos en los años 80. Su experiencia como empresaria es la base de su convicción de que la "independencia financiera para las mujeres les da poder de elección y voz".
IPS habló con Asfour sobre los desafíos de las egipcias frente a los negocios, así como sobre el equilibrio que deben lograr entre la carrera y la familia.
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IPS: Las mujeres representan apenas 25 por ciento de la fuerza laboral de Egipto, contra un promedio de 45 por ciento en la mayoría de los países de América del Norte y Europa. ¿Qué está impidiendo que las mujeres tengan un mayor papel en la fuerza laboral?
AMANAY ASFOUR: Esas son cifras oficiales, pero no tienen en cuenta el sector informal. En el privado hay microempresas dirigidas por mujeres, aunque no están registradas y no aparecen en las estadísticas.
Cuando las mujeres pueden acumular suficiente capital como para abrir un negocio, por lo general lo hacen sobre una base informal. Pueden comenzar con un comercio, fabricar artesanías o desarrollar un producto. Lo que impide que estas mujeres se integren al sector formal es que para hacerlo deben afrontar la tarea de la contabilidad, pagar impuestos, tratar con bancos, y muchas no tienen las habilidades o el coraje para manejar estas cosas.
Y estas son habilidades que queremos darle a las mujeres. Necesitamos estimularlas para que se hagan más responsables financieramente, superen sus temores y tengan una buena relación con el Estado.
IPS: Muchas egipcias tienen empleo, pero relativamente pocas ocupan cargos de alto nivel. ¿Qué puede hacerse para reducir la brecha de género?
AA: Quizás las mujeres no ocupan 50 por ciento de los altos puestos en el gobierno y en el sector privado, pero están bien representadas en un segundo escalón. La pregunta ahora es cómo podemos potenciar a las mujeres para que estén más calificadas. Necesitamos capacitar a las mujeres para que tengan habilidades técnicas y de toma de decisiones requeridas para estos altos puestos.
Si una mujer egipcia está calificada no puedes impedirle que ascienda porque tenemos un buen sistema aquí, similar al de los militares, en que a las personas calificadas se las asciende. Si me toca dirigir un departamento, lo hago. Al menos es así en el sector público.
En el sector privado, el primer desafío para las mujeres es poder tomar decisiones. Una de las razones por las que encuentras menos mujeres en altos puestos del sector privado es porque tienden a carecer de educación y coraje para afrontar a sus pares masculinos. Necesitamos promover a las mujeres en los papeles de toma de decisiones, pero esto implica que estén calificadas. El sector privado no discrimina entre un hombre y una mujer por el género. El empleo se basa en cualificaciones. Al final, los negocios se tratan de ganancias, no de caridad.
IPS: ¿Hay una mayor brecha en educación?
AA: Ahora la situación está mucho mejor que antes. En el pasado hubo una gran brecha en la inscripción de mujeres en la educación, pero las últimas cifras muestran que la participación de las mujeres en la educación primaria llegó a 95 por ciento. La brecha se produce en la secundaria y terciaria, donde las jóvenes por lo general abandonan porque no quieren continuar debido a razones familiares o porque se casan.
Se debe convencer a los padres que la educación es clave para el futuro de sus hijas, no sólo para sus hijos. Pero mucho ha cambiado, y los padres ahora se están dando cuenta de eso. De hecho, estamos viendo más mujeres que hombres en muchas instituciones educativas superiores, y están superando a sus pares masculinos porque están decididas a probarse a sí mismas.
IPS: ¿Cómo reconcilian las egipcias su carrera y la familia?
AA: Siempre hay prioridades en nuestras vidas, pero es importante encontrar el equilibrio entre el trabajo y la familia. Para mí, la familia es lo más importante. Creo que potenciamos a las mujeres por el bien de la familia. El eslogan de nuestra organización es "la independencia financiera da poder de voz y de elección". Intentamos potenciar económicamente a las mujeres para que tengan opciones. Quizás quieran comenzar un negocio o ser administradoras de una empresa, o quizás prefieran quedarse en casa y criar una familia: es su elección.