Con capacidad para generar apenas 190 megavatios, la represa hidroeléctrica de Dak Mi 4, que se construye en la central provincia vietnamita de Quang Nam, es pequeña según los estándares internacionales.
Sin embargo, le está causando importantes dolores de cabeza al gobierno vietnamita.
La construcción de la represa viene provocando la feroz oposición de los residentes locales, que se quejan de que desviará la corriente de un río, el Vu Gia, hacia otro, el Thu Bon. Esto impedirá que el agua fluya naturalmente hacia la oriental ciudad costera de Da Nang, sostienen.
A fines de agosto, el Ministerio de Comercio e Industria rechazó una petición del Comité Popular de Da Nang exigiendo que el proyecto se interrumpiera, diciendo que no perjudicará el suministro hídrico, como muchos temían.
La petición argumentó que el proyecto de la represa, de 269 millones de dólares, impactará seriamente el flujo hídrico hacia la ciudad costera, y dejará a Da Nang "sin suficiente agua dulce".
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El sistema de los ríos Vu Gia-Thu Bon se origina en la cadena montañosa de Truong Son en el occidente del Vietnam central, y abastece de agua dulce a una serie de áreas bajas y comunidades locales.
La construcción de la planta de Dak Mi 4 se inició en 2007, y su finalización se prevé para 2010.
El conflicto en torno a la represa resulta ilustrativo de las preocupaciones más amplias sobre cómo equilibrar preservación ambiental y desarrollo hidroeléctrico en un país como Vietnam, cuyo producto interno bruto (PIB) aumentó promedialmente 7,6 por ciento entre 2000 y 2007.
Aunque esta cifra se ha reducido debido a la crisis financiera mundial, se proyecta que este año el PIB sea de 4,5 por ciento y se recupere en los próximos años.
Si bien en el país hay algunos proyectos hidroeléctricos enormes, como la norteña represa de Son La —de 2.700 megavatios—, la mayoría de ellos son de pequeña escala, generando entre 10 y 30 megavatios.
Se planea construir 68 plantas hidroeléctricas principalmente modestas aunque de varios tamaños, solamente sobre los ríos de la provincia de Quang Nam, incluidos el Vu Gia y el Thu Bon.
También hay otros en construcción o proyectados para otras vías fluviales en todo el país.
Oficialmente, estos proyectos se crean para satisfacer la creciente demanda energética de Vietnam, que es superior a la oferta, particularmente en la estación calurosa.
El gobierno sitúa el aumento de la demanda eléctrica en 15 por ciento anual, y Vietnam importa energía de la vecina China.
Las preocupaciones de Vietnam son tales que el gobierno planea tener su primera central nuclear en cinco años, y obtener 10 por ciento de su energía de fuentes nucleares para 2030.
Pero casos como el proyecto de Dak Mi también han alentado el debate sobre las diferentes maneras de administrar esta demanda y de evaluar el impacto de la construcción de las represas, incluso las pequeñas.
Por ejemplo, Nguyen Quoc An, asistente del presidente de la Asociación de Energía de Vietnam, dijo que el total de energía generada por plantas hidroeléctricas de pequeña escala es insignificante en comparación con las necesidades nacionales.
Esto se debe a que estas centrales operan principalmente en la estación lluviosa, cuando hay menos demanda de electricidad. "Invertir en plantas hidroeléctricas de pequeña escala en este momento puede no ser la mejor opción", declaró a IPS.
A muchos inversores de plantas hidroeléctricas en la norteña provincia de Lao Cai ya les resulta difícil vender su producto a Energía de Vietnam, único comprador de electricidad en el país, dijo An.
Sus plantas están demasiado lejos de la red eléctrica nacional, y no tienen la capacidad financiera de construir líneas de transmisión que las conecten con los consumidores.
Pero funcionarios del Ministerio de Comercio han declarado que el sector eléctrico está dispuesto a utilizar plenamente los recursos hídricos del país, y a superar la excesiva dependencia vietnamita de la electricidad generada a partir del carbón y el gas, que representa 60 por ciento.
"En muchos otros países, entre 80 y 90 por ciento de la energía se genera a partir de la hidroeléctrica", declaró a la revista Saigon Marketing Weekly Ho Sy Du, director del departamento de hidroelectricidad en la Facultad de Irrigación de Hanoi.
"En Vietnam hemos usado apenas entre 30 y 40 por ciento (de la energía hidroeléctrica). Por lo tanto debemos usar mucha más en el futuro", dijo.
De todos modos, realizando una concesión ante la postura de los habitantes de Da Nang, funcionarios del Ministerio de Industria y Comercio dijeron haber pedido a los inversores del proyecto de Dak Mi que calcularan cuánta agua suministrará realmente el río a la comunidad cuando se hayan completado las obras.
También continúan en pie los planes de construir represas en diferentes partes del país. La montañosa provincia de Lao Cai tiene 21 proyectos hidroeléctricos en ciernes, con una capacidad total de 465 megavatios.
A los inversores en plantas hidroeléctricas de pequeña escala no se les pide que presenten informes de impacto ambiental para que el gobierno central los apruebe, volviendo más fácil su implementación. Solamente necesitan que sus proyectos sean aprobados por las autoridades de la comunidad o la aldea.
En el balance que hacen países como Vietnam en un momento en que hay muchos proyectos hidroeléctricos en diferentes partes de la región del Mekong, los analistas sostienen que a menudo se ve a las represas como una fuente más limpia que el carbón o la energía nuclear.
Pero también señalan que los proyectos pequeños mal concebidos pueden causar un daño ambiental mayor, agregando que el impacto acumulativo de más de un proyecto en el mismo río también plantea otras preocupaciones.
La construcción de la represa hidroeléctrica de Dak Mi 4 y los otros proyectos planeados para los ríos Vu Gia y Thu Bon son algunos ejemplos.
"La construcción de tantas plantas hidroeléctricas sobre el mismo río afectará el flujo de agua corriente abajo", dijo Huynh Van Thang, vicepresidente del Departamento de Desarrollo Agrícola y Rural de Da Nang.
Severas sequías y la invasión de agua de mar en las áreas bajas están entre los efectos adversos de varias plantas hidroeléctricas mal concebidas, construidas a lo largo del sistema fluvial, señaló.
"No alcanza con evaluar los impactos de cada planta hidroeléctrica en un tramo del río", dijo a la prensa Ruth Matthews, del Fondo Mundial para la Naturaleza.
"Debe estudiarse toda la cuenca para que los planificadores y funcionarios tengan un punto de vista exhaustivo sobre los impactos acumulativos de todos los proyectos sobre un río", agregó Matthews.