Las aulas superpobladas y la escasez crónica de útiles escolares amenazan al sistema educativo de Gaza, cuando decenas de miles de niñas y niños inician un nuevo año de estudios.
El hermético bloqueo israelí a la franja, como parte de una estrategia contra Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), ha impedido el ingreso de libros de estudio, cartuchos de tinta, artículos de papelería, uniformes escolares, portafolios y computadoras, así como sus repuestos.
"A través de nuestro sistema educativo, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) está difundiendo el mensaje de respeto universal por los derechos humanos, coexistencia pacífica y tolerancia, en una atmósfera que desde el bloqueo se ha vuelto cada vez más desesperada y radicalizada", dijo el portavoz de esa entidad, Chris Gunness.
"La mejor manera de que Israel nos impida difundir ese mensaje a los 200.000 niños de Gaza en nuestras escuelas es bloquearnos el ingreso de suministros educativos", dijo Gunness a IPS.
"En los campamentos de verano que realizamos en julio y agosto pudimos hacer ingresar toda clase de suministros escolares y, a consecuencia, los campamentos funcionaron sin contratiempos. Pero ahora las autoridades israelíes están limitando nuevamente el ingreso de mercaderías. La psicología del bloqueo es confusa. Estamos hablando de educar niños", agregó.
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Jala Halayil, de 15 años, cursa el décimo grado en la Escuela Secundaria Ahmed Shawki, en el barrio gazatí de Rimal. Todo esto también la confunde.
"¿Por qué se nos niega una educación y la capacidad de estudiar y de ganarnos la vida en el futuro? ¿Cómo es que esto amenaza la seguridad de Israel? No tengo ningún cuaderno, y los pocos libros de estudio que poseo se doblan como los cuadernos. Tengo que confiar mucho en mi memoria", expresó.
May Adali, la directora de la escuela, mostró a IPS informes que escribía en el lado posterior de una hoja usada.
"Los estudiantes no pueden sacar fotocopias ni imprimir, dado que no tenemos cartuchos de tinta. Y los libros de estudio que usamos están desactualizados", agregó Adali.
Los uniformes escolares son otro tema serio. "Algunos estudiantes están demasiado avergonzados de venir a la escuela, porque no tienen uniformes debido a la escasez de telas en Gaza. Otros no pueden pagar los pocos que hay disponibles", dijo a IPS Nadia Kishawi, una profesora de inglés.
El Ministerio de Educación de Gaza ahora permite que más niños y niñas asistan a la escuela sin pagar.
Los cortes de luz y la escasez de electricidad que causa el embargo israelí han vuelto difícil estudiar por las noches. Esto le ocurre, por ejemplo, a Nadia Daoud, compañera de clases de Halayil.
"A veces, cuando oímos a los aviones israelíes volar sobre nuestras cabezas tenemos miedo de que nos bombardeen de nuevo, y eso hace que sea difícil estudiar", dijo Daoud a IPS.
Además, "en Gaza no tenemos ni cines ni centros comerciales ni otras formas de entretenimiento o lugares para relajarnos, como en otras partes del mundo", señaló.
"El desempeño de los escolares de Gaza también se ha visto afectado por la desnutrición rampante, que incluye anemia y atrofias, así como muchas casos de estrés post-traumático", dijo a IPS Basil Kanua, quien trabaja como asistente de seguridad alimentaria para Oxfam en Gaza.
Kishawi indicó que muchos de sus alumnos se volvieron antisociales y agresivos luego de la Operación Plomo Fundido, la campaña militar que Israel llevó a cabo contra la franja entre el 27 de diciembre de 2008 y el 18 de enero de este año.
Las aulas de Gaza se encuentran severamente superpobladas, albergando a menudo a hasta 40 estudiantes o más.
Esto ha obligado a la mayoría de las escuelas de la UNRWA y del gobierno a trabajar en dos y hasta tres turnos. Es que 56 por ciento de los 1,5 millones de habitantes de la franja tienen menos de 18 años.
La ya reducida infraestructura educativa de Gaza se vio aun más afectada durante la guerra, cuando fueron bombardeadas escuelas. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) de la Organización de las Naciones Unidas informa que 18 escuelas fueron completamente destruidas, y que otras 280 resultaron dañadas.
La American School de Gaza fue una de las víctimas. Antes de la guerra era un centro de tranquilidad y aprendizaje, con una biblioteca, instalaciones deportivas y recreativas, algo poco común en Gaza.
Actualmente, todo lo que queda es un montón de escombros, y parece haber pocas posibilidades de que el colegio vuelva a abrir sus puertas en el futuro cercano.
"Los materiales de construcción necesarios para reparar los daños causados solamente por (la Operación) Plomo Fundido incluyen 25.000 toneladas de acero y 40.000 toneladas de cemento. La prohibición al ingreso de materiales como parte del bloqueo ha impedido la reconstrucción, rehabilitación o expansión de las escuelas", señala el informe de la OCAH presentado en agosto.
El Ministerio de Educación de Gaza indicó que es necesario construir 105 nuevas escuelas para albergar a la creciente cantidad de estudiantes. Hasta la fecha, Israel ha permitido ingresar a la franja palestina apenas algunos camiones cargados con material de la construcción.
Aunque muchos estudiantes gazatíes logren superar los obstáculos que enfrentan a la hora de completar su escolaridad, fomentar su educación en el exterior sigue siendo enormemente difícil.
"Además de la escasez de instalaciones, el bloqueo ha tenido un impacto negativo en la capacidad de los alumnos de cursar estudios para obtener títulos universitarios en el exterior. Apenas 70 estudiantes salieron de Gaza a través del cruce de Erez, entre julio y septiembre de 2008, dejando a otros cientos atrapados a consecuencia del recién instaurado requisito de escolta diplomática, mandatado por las autoridades israelíes", señaló la OCAH.
No obstante, Halayil y Daoud están determinadas a completar su educación.
"Somos fuertes y superaremos esta situación, y de algún modo obtendremos una educación para poder ayudar a nuestro pueblo y a nuestra comunidad", afirmó Daoud.
"Cuando termine la escuela quiero estudiar en la universidad para ser periodista, a fin de poder informarle al mundo sobre nuestro sufrimiento y sobre lo que hemos soportado", dijo Halayil a IPS.