EDUCACIÓN-BRASIL: Arte es la llave de la era posindustrial

Un inmenso laboratorio, fragmentado en organizaciones dispersas en Brasil, la mayoría no gubernamentales, viene desarrollando técnicas sociales y nuevos conceptos que apuntan a la construcción de una sociedad de gente más sensible y apta para aprender.

El grafiti es una de las disciplinas empleadas en proyectos artísticos y sociales Crédito: Mario Osava/IPS
El grafiti es una de las disciplinas empleadas en proyectos artísticos y sociales Crédito: Mario Osava/IPS
Ballet y danzas populares, música erudita y popular, teatro, circo, capoeira, moda, artes visuales y audiovisuales, los lenguajes más diversos son herramientas de proyectos que nacieron con diferentes objetivos, pero que convergen en aspectos educativos y sociales, al dedicarse con preferencia a la niñez pobre de este país de 190 millones de habitantes.

La enseñanza escolar vigente, basada solo en la razón iluminista y estructurada para servir a la sociedad industrial, ya no responde a los desafíos actuales, especialmente a las inquietudes de los jóvenes, sostiene la Escuela de Danza e Integración Social para la Niñez y Adolescencia (Edisca).

Por eso su propuesta es una "Educación Interdimensional", que combina con equilibrio las dimensiones del pensamiento, el sentimiento, el deseo y la trascendencia, correspondientes a los principios griegos logos, pathos, eros y mythus.

El arte, la danza en este caso, ocupa un lugar central de esta pedagogía, porque "dialoga con esas distintas dimensiones del ser humano integral", explica Madeline Fontoura, psicóloga educacional que trabaja en Edisca desde 2001.
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Esta organización no gubernamental sistematizó en 2004 su experiencia hasta entonces de 13 años en el libro "EDISCA – El arte en la construcción del humano", donde identifica "la crisis de una época" y del dominio de la razón, calificada como analítica-instrumental pues fragmenta el conocimiento y sirve de instrumento al poder y al progreso.

La "Pedagogía del Deseo", del Proyecto Axé, y la "Pedagogía de la Rueda", del Centro Popular de Cultura y Desarrollo (CPCD), son fórmulas en las que se destacan la estética, la ética y el placer en el aprendizaje. "El arte es educación" en sí misma, y mucho mejor si no se la emplea como simple accesorio sometido a fines escolares, concluyen.

CREATIVIDAD

"El arte desafía a las personas a buscar distintas respuestas para un mismo problema, estimulando miradas y pensamientos divergentes", al contrario de la enseñanza formal, que impone una "convergencia hacia la solución única", observa Idelli Nichele, coordinadora del Polo Regional del Proyecto Gurí en Jundiaí, cerca de la sureña São Paulo.

Proponer soluciones alternativas en la escuela significa equivocarse y desviarse de la única respuesta correcta, en un proceso que mata la creatividad. "El pensamiento único no es pensamiento" ni reflexión, sino reproducción de ideas, añade la pedagoga y ex directora "desencantada" de escuelas convencionales.

La música es una probada herramienta del raciocinio lógico, pero fomenta la búsqueda de variaciones, una actividad en la que "el jazz es fantástico", concluye Nichele, que también ha dictado clases de educación artística en la universidad.

El resultado es la creatividad, cada vez más importante en la economía y en la vida de las personas, pero que la enseñanza formal tiende a trabar, pues promueve la producción en serie de técnicos y profesionales, tal como la industria basada en la línea de ensamblaje de Ford.

Otra virtud del arte es que permite superar el creciente desinterés que genera la enseñanza oficial, sobre todo en los adolescentes.

Una reciente investigación de la Fundación Getulio Vargas, de Río de Janeiro, constató que el desinterés motivó en 2006 la evasión escolar de 40,3 por ciento de los jóvenes brasileños de 15 a 17 años, con mayor incidencia en las zonas más ricas, como São Paulo. En cambio, la necesidad de trabajar, que se suponía la causa principal, terminó siendo responsable de sólo 27,1 por ciento de las deserciones.

Esto contrasta con la adhesión de los niños y adolescentes a los proyectos que IPS visitó para esta serie de reportajes "Arte es la mejor educación", una adhesión que en muchos casos puede más que el hambre, varias horas de autobús o largas caminatas. "Aquí aprendemos más que en la escuela y de forma más divertida" fue el testimonio más reiterado.

"El encanto del arte despierta el interés y aguza los canales sensoriales, facilitando el aprendizaje de cualquier cosa", según la psicóloga Fontoura, de Edisca. La escuela pública, en cambio, destruye la autoestima y por ende la capacidad de aprender, generando rechazo, compara.

Pitágoras, el niño pobre del coro de Araçuaí que a los 11 años no había visto un piano, pero se hizo pianista, tenía muchas dificultades con la matemática. Después de que el profesor le mostró las relaciones entre música y matemática "despegué", dijo.

Educar para la vida, para el respeto a los otros, para aceptar las diferencias, la convivencia armónica, la paciencia y el conocimiento del propio potencial, son otros efectos de las artes colectivas, como la música y la danza, según alumnos e instructores entrevistados.

FUNCIÓN EDUCATIVA

Estas iniciativas surgieron en general con objetivos de inclusión o rescate social, o de prevención de la violencia y la marginación, aunque algunos, como Axé y el CPCD, tenían desde sus inicios propósitos explícitos de reformar, mediante innovaciones, la enseñanza pública.

Varios hacen parte de la Red Latinoamericana de Arte para la Transformación Social y de la Red Avina Arte y Transformación Social, nombres que evidencian su orientación.

Todos consideran indispensable la escolaridad formal, pese a sus duras críticas a la baja calidad de la enseñanza pública en este país. Por eso exigen a los participantes que asistan con frecuencia o que retomen la escuela, como el Proyecto Axé que acoge a niños en riesgo social que abandonaron la educación regular.

Estas experiencias cumplen la función de complementar a las escuelas oficiales, al ofrecer actividades extracurriculares y a veces refuerzo de las tareas escolares. Sus estudiantes disfrutan así de educación a tiempo completo, un sueño perseguido hace mucho por educadores y gestores escolares, con experiencias aisladas y discontinuadas principalmente por razones económicas.

POLÍTICA PÚBLICA

Reconocer ese papel e incluir las iniciativas relevantes en el presupuesto y en el sistema escolar sería una forma de convertirlas en políticas públicas, una ambición que tienen varias organizaciones no gubernamentales, como Axé, cuyo fin es conseguir que sus métodos sean asumidos por el poder público y entonces extinguirse.

El Ministerio de Cultura estableció una vía para apoyar las iniciativas de la sociedad civil. Se trata de un proceso selectivo, por medio de licitaciones, que reconoce a las organizaciones relevantes como Puntos de Cultura y les aporta pequeñas sumas durante tres años para potenciar sus actividades e interconectarlas en una red nacional.

Pero Axé y Edisca, referencias entre las organizaciones no gubernamentales que actúan en educación y artes, y muchas otras, enfrentan actualmente una grave crisis financiera por el retiro de patrocinios importantes y por la apreciación de la moneda brasileña frente al dólar, que desvaloriza las donaciones extranjeras.

Axé lanzó una campaña de captación de fondos de personas y empresas nacionales, incluyendo pequeñas y medianas. "La sociedad tiene que reconocer los beneficios y apoyar a Axé", arguye Serguem Jessui da Silva, encargado de ese esfuerzo financiero.

El proyecto es costoso, casi 4,5 millones de reales (2,3 millones de dólares) por año, sobre todo por los gastos de transporte y alimentación ofrecidos a niñas, niños y adolescentes de diferentes barrios suburbanos de Salvador, capital de la norteña Bahia, y por la necesidad de sostener la calidad de sus actividades artísticas, según Ená Benevides, coordinadora general de Axé.

Disponer de recursos del presupuesto educativo público podría fortalecer a las organizaciones, pero el riesgo es "perder independencia" y, sin garantías de un aporte estable, sufrir nuevas caídas abruptas de recursos, advierte Jessui da Silva, señalando que "hace dos años no hay contribuciones estatales" para Axé.

Dora Andrade, la fundadora y directora de Edisca, también considera "peligroso poner nuestra sustentabilidad a depender del gobierno", y prefiere buscar nuevas fuentes de ingresos para superar las dificultades actuales. Los aportes personales y la transmisión remunerada del conocimiento acumulado a través del proyecto "Partija" son alternativas que ya están en marcha.

La Edisca también puede profesionalizar a su cuerpo de baile, que ha realizado aplaudidos espectáculos, para obtener ingresos, asegurar los sueldos de sus bailarines y "una visibilidad que ayuda a atraer financiadores", acota Andrade.

No se trata de descartar eventuales aportes gubernamentales, pero depender totalmente del Estado sería una actitud "kamikaze", opina. Las organizaciones sociales ya conquistaron legitimidad con los beneficios que prestan, ahora se trata de conseguir ser rentables para sostenerse, afirma.

En el Nordeste pernambucano, la Fundación de la Banda Sinfónica Niños de São Caetano, uno de los proyectos musicales exitosos que fue retratado en un filme, trata de convertirse en escuela técnica de capacitación profesional. El gobierno estadual de Pernambuco prometió dar ese paso hace tres años, pero el proceso está paralizado.

En el Ministerio de Educación ya hubo avances en el aporte de "saberes de la comunidad" y en las actividades educativas complementarias de las organizaciones, según Beatriz Azeredo, presidenta del Centro de Estudios de Políticas Públicas y ex directora del área social del estatal Banco de Desarrollo Económico y Social.

"No partimos de cero", pero convertir la acción del tercer sector, o sociedad civil, en políticas públicas exige un movimiento "en los dos lados", una convergencia de las distintas "lógicas" de las organizaciones sociales y del poder público, que tienen "demandas a veces conflictivas", observa.

Las organizaciones no gubernamentales quieren recursos para la enseñanza de música o danza, en busca de la excelencia y limitando el número de sus beneficiarios a unos cientos, ejemplificó. Las políticas públicas, en cambio, aspiran a la universalidad, una escala infinitamente mayor, casi siempre en desmedro de la calidad, lo que pasa en el caso del estadual Proyecto Gurí, que atiende a unos 40.000 niños.

Con todo, hay "un escenario favorable", el tercer sector maduró mucho y está presionado por la crisis económica, pero será necesario un proceso largo de negociaciones con el Ministerio de Educación y los gobiernos estaduales y municipales, prevé Azeredo.

El resultado debería ser "una nueva cultura de conducción de políticas públicas" y la definición del "lugar de las organizaciones sociales en esas políticas", que no puede ser de simple venta de servicios, concluyó.

"Este artículo es parte de la serie de reportajes El Arte es la Mejor Educación. El proyecto que dio origen a este trabajo fue el ganador de las Becas AVINA de Investigación Periodística. Los abonados que lo reproduzcan deben incluir los logos correspondientes. La Fundación AVINA y la Casa Daros, socia en la categoría Arte y Sociedad, no asumen responsabilidad por los conceptos, opiniones y otros aspectos de su contenido".

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