En vísperas del discurso esta semana del presidente iraní Mahmoud Ahmadineyad ante la Asamblea General de la ONU, dos organizaciones no gubernamentales pidieron a los medios internacionales que aprovechen la oportunidad para hacerlo responsable por la violencia desatada tras las elecciones en su país.
También le pidieron a la ONU (Organización de las Naciones Unidas) que designara un enviado especial para estudiar la situación de derechos humanos en Irán.
En conferencia de prensa el lunes, la organización Human Rights Watch (HRW) y la Campaña Internacional por Derechos Humanos en Irán realizaron en Nueva York una conferencia vía telefónica desde Turquía con Ebrahim Sharifi, iraní de 24 años arrestado el 22 de junio por agentes de seguridad vestidos de civil. Estuvo detenido durante una semana, y denunció haber sido torturado y violado.
Sharifi abandonó Irán después de que funcionarios de seguridad que estaban a cargo de investigar sus denuncias lo amenazaran. Es una de los varias personas detenidas tras los comicios y que aseguran haber sido torturadas y violadas en prisión.
El gobierno iraní y el comité especial creado por el nuevo jefe del Poder Judicial, el ayatolá Sadeq Larijani, negaron las acusaciones de violaciones a detenidos.
[related_articles]
Desde las disputadas elecciones presidenciales del 12 de junio, más de 4.000 personas han sido arrestadas, incluyendo al menos 250 prominentes figuras políticas, periodistas, académicos, líderes estudiantiles y activistas por los derechos humanos. Casi 400 personas permanecen en prisión.
"La actual crisis en Irán requiere de una urgente atención de la comunidad internacional, y la visita de Ahmadineyad a la ONU es la oportunidad para hacerlo responsable por los crímenes que su gobierno ha cometido para defender su proclamada victoria en las últimas elecciones", dijo a IPS el director de la Campaña por los Derechos Humanos en Irán, Hadi Ghaemi.
"Debe responder por los asesinatos, las torturas y las violaciones cometidas contra el pueblo iraní", afirmó.
La directora ejecutiva de la División de HRW para Medio Oriente y África del Norte, Sarah Leah Whitson, dijo a periodistas: "Algunos de ustedes podrían tener la oportunidad de sentarse en una conferencia de prensa (este miércoles) con el presidente Ahmadineyad, y si lo hacen, espero que aprovechen la oportunidad para preguntarle directamente si el gobierno iraní y las fuerzas de seguridad usaron municiones reales contra manifestantes pacíficos, entre los cuales, según cifras del gobierno, hubo al menos 30 muertos".
"¿Por qué el gobierno atacó las oficinas de (los líderes reformistas Mehdi) Karroubi y (Mir Hossein) Mousavi, y confiscaron su material investigativo que documentaba violaciones, torturas y ejecuciones extrajudiciales?",añadió.
Whitson también preguntó: "¿Cuándo el gobierno iraní permitirá que una organización internacional independiente realice su propia investigación sobre la situación de derechos humanos en ese país?".
Los activistas señalaron que el gobierno iraní ha ocultado los asesinatos de manifestantes obligando a los familiares a declarar que las muertes se produjeron por causas naturales. Las organizaciones han recolectado declaraciones de las familias de las víctimas señalando que agentes del gobierno las presionaron para que no revelaran la verdad.
El padre de una víctima muerta a tiros por las fuerzas de seguridad durante una manifestación, y quien prefirió no revelar su nombre, dijo a HRW: "Cuando insistí ante las autoridades de seguridad y me devolvieron el cadáver de mi hijo, me prohibieron hacer entrevistas con los medios, señalando que así pondría en riesgo a mi familia".
"Me amenazaron además diciendo que si continuaba con el asunto, la vida de mi otro hijo estaría en peligro. También me prohibieron hacer un funeral", añadió.
El 22 de junio, agentes de seguridad detuvieron a Ebrahim Sharifi durante una semana.
La víctima denunció haber sufrido golpes reiterados, simulacros de ejecuciones y ataques sexuales. Cuando intentó presentar una demanda ante las autoridades judiciales, los agentes lo amenazaron a él y a su familia, obligándolo a esconderse. La narración completa de Sharifi está detallada en un nuevo informe de 14 páginas elaborado por la Campaña Internacional por los Derchos Humanos en Irán, titulado "Acelerado deslizamiento hacia la dictadura".
"Siempre pensé que cuando uno era arrestado había cierto grado de maltrato, e incluso tortura, pero nunca a este nivel", dijo Sharifi a periodistas. A ninguna organización internacional de derechos humanos se le ha permitido trabajar dentro de Irán. Varios grupos han sido proscritos o sufren constantes amenazas e intimidaciones.
Expertos en derechos humanos han pedido varias veces ingresar al país, pero el gobierno de Ahmadineyad se los niega.