Cuando los líderes del mundo se reúnan para la conferencia internacional sobre cambio climático a fines de este mes en la sede de la ONU, las conversaciones estarán más centradas en la política que en las finanzas.
"No se esperan nuevos compromisos financieros durante la cumbre para respaldar los esfuerzos en los países en desarrollo", adelantó Janos Pasztor, director del Equipo de Apoyo para el Cambio Climático de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
"Pero sí se espera que haya un nuevo marco" para acuerdos sobre financiamiento, añadió con cautela.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el mayor impulsor de la cumbre, dijo confiar que más de 100 líderes mundiales participen de la reunión de un día prevista para el 22 de este mes.
"Espero que demuestren su liderazgo político, que jueguen su papel como dirigentes mundiales, afrontando los desafíos que requieren liderazgo mundial y solidaridad global", afirmó.
[related_articles]
El Estudio Económico y Social Mundial 2009, divulgado la semana pasada por la ONU, estima que entre 500.000 millones y 600.000 millones de dólares se necesitarán anualmente para afrontar algunos de los problemas causados por el cambio climático, y que estarán en la agenda de la próxima conferencia internacional sobre el tema a realizarse en diciembre en Copenhague.
El año pasado, el primer ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown, reveló la "Hoja de Ruta a Copenhague", que incluye una propuesta para recolectar 100.000 millones de dólares al año para financiar medidas de mitigación y adaptación ante el recalentamiento planetario, especialmente en los países más pobres que sufren sequías, inundaciones, deforestación, aumento en su nivel del mar y contaminación.
Pero esos fondos, aportados principalmente por donantes occidentales, no serían suficientes para alcanzar las metas trazadas por la ONU.
"Se necesitarán miles de millones de dólares en financiamiento público", subrayó Ban. "Debe haber más dinero, no sólo la asistencia oficial al desarrollo en un nuevo paquete".
"Si podemos rescatar los bancos, sin duda podemos encontrar los fondos para proteger millones, si no miles de millones de personas y sus medios de subsistencia", sostuvo.
En una entrevista con IPS, el jefe de la Unidad de Estrategias de Desarrollo y Análisis de Políticas del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, Richard Kozul-Wright, señaló que los temas de finanzas deben ser parte integral del debate sobre cambio climático.
"Creo que la cumbre puede tener un impacto muy positivo. El secretario general ha insistido en la necesidad de una visión, urgencia y liderazgo sobre el tema del cambio climático", destacó.
IPS: Con el marco de la actual crisis financiera mundial, ¿cuáles son las posibilidades de que las naciones ricas incrementen sus fondos para combatir el cambio climático?
RICHARD KOZUL-WRIGHT: Hablando estrictamente, las oportunidades no tienen nada que ver. Los gobiernos han aceptado (en las anteriores reuniones sobre cambio climático en Kyoto, Japón, y Bali, Indonesia) cumplir con las metas adicionales de costos financieros en sus esfuerzos de mitigación y de adaptación.
Más aun, los países industrializados, incluyendo ahora a Estados Unidos y Australia, han aceptado la evidencia científica de que la actividad humana está detrás del ya peligroso aumento de las temperaturas mundiales, y que si las naciones en desarrollo no siguen su ejemplo, las consecuencias serán graves para todos.
La actividad ha sido localizada, predominantemente, en los países ricos. De hecho, el desarrollo en base a carbón de esas naciones está detrás tanto de los desafíos climáticos como de las grandes brechas de ingresos que caracterizan el panorama económico mundial.
La buena noticia es que su éxito también implica que esos países tienen los recursos para vencer el cambio climático tanto en sus propios territorios como en las naciones en desarrollo.
IPS: ¿Hay nuevas fuentes potenciales de financiamiento?
KW: El Estudio Económico y Social Mundial sugiere varios mecanismos para movilizar nuevos recursos con estos propósitos, incluyendo el redireccionamiento de los gastos del gobierno como militares o subsidios a servicios energéticos en base a carbónpara atender las amenazas del cambio climático en el país o en el exterior.
Incluso, una de las cosas que ha demostrado la crisis financiera es que, si existe voluntad política, los gobiernos con determinación pueden rápidamente movilizar fondos a gran escala en respuesta a un golpe al sistema, hasta billones de dólares.
Uno por ciento del producto interno bruto mundial (entre 500.000 millones y 600.000 millones de dólares), que el Estudio sugiere como cifra aproximada para afrontar los desafíos del cambio climático en los países en desarrollo, es por supuesto la cifra que Estados Unidos comprometió en el Plan Marshall para ayudar a reconstruir Europa luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Por aquel entonces, muchos en Estados Unidos arguyeron que el país no tenía dinero o que sería malgastado, pero de hecho fue un factor importante no sólo para reconstruir Europa y derrotar el extremismo políticosino también para promover los intereses económicos estadounidenses en el exterior.
Nuestro caso actual puede verse en términos similares, pues provee un escenario en que tanto el Norte como el Sur ganarían, y el ejemplo dado en el capítulo uno del estudio (de la ONU) intenta mostrar que un gran empuje de inversión a la escala que estamos sugiriendo es consistente con un fuerte crecimiento mundial, incluyendo en los países industrializados.
IPS: ¿Qué debería tener prioridad en la batalla contra el cambio climático: los esfuerzos políticos o los económicos?
KW: Al final de cuentas, es la continuación del crecimiento sostenible lo que importa para cualquier esfuerzo financiero de esos países. De hecho, ante la crisis, el cambio en la dinámica de inversiones pasando de las especulativas a las más productivas a largo plazo en servicios de energía renovables, transporte, etcétera es precisamente lo que todos los países necesitan hacer para crear una economía mundial más estable y equilibrada.
Esto no significa que no se requiera de esfuerzo político de los líderes de países avanzados para lograr un financiamiento a gran escala. Pero uno espera que, tras haber persuadido a sus ciudadanos de que era necesario usar su dinero para salvar comunidades de bancos de la extinción, pueden ser igualmente persuasivos para convencerlos de que otras comunidades incluyendo posiblemente toda la raza humanano deben sufrir ese destino.
IPS: ¿Cuánta confianza tiene en la propuesta de crear un fondo mundial de energías limpias? ¿Cuáles serían los principales objetivos de un fondo así?
KW: Obviamente la necesidad de un fondo surge de la lógica de la importancia de un gran empuje (económico) y del reconocimiento de que los mecanismos financieros bilaterales y multilaterales existentes desde el Plan Marshallno han sido diseñados para proveerlo.
Los países donantes han comenzado a aceptar que la arquitectura de asistencia internacional no ha funcionado muy bien, en parte porque está demasiado fragmentada y politizada, y que el financiamiento multilateral no logró apoyar los ajustes necesarios para un crecimiento inclusivo y sostenible en los países en desarrollo.
Esto podría proveer la base para una franca y abierta discusión sobre si la misma arquitectura puede funcionar efectivamente cuando el cambio climático se añada a los existentes desafíos del desarrollo. El enfoque de un fondo sería en inversiones a gran escala para expandir la capacidad de los servicios de energías renovables.
*RICHARD KOZUL-WRIGHT, jefe de la Unidad de Desarrollo de Estrategias y Análisis de Políticas de la ONU