El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, confía en que los líderes mundiales confieran un alto perfil político a la crisis ambiental que amenaza con causar una devastación global en las próximas décadas.
"El cambio climático es el mayor desafío que enfrenta esta generación y las futuras", advirtió Ban, uno de los principales promotores de la cumbre sobre este fenómeno que tendrá lugar el 22 de este mes en el foro mundial.
"Si queremos evitar las consecuencias catastróficas para la población y el planeta, tenemos menos de 10 años para frenar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero", agregó.
A la cumbre asistirán unos 100 gobernantes, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su visita inaugural a la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Pero en esa reunión no se adoptará un plan de acción ni se aprobará una declaración política, como suele ocurrir con la mayoría de las cumbres de la ONU.
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Tampoco es una conferencia para recaudar entre 500.000 millones y 600.000 millones de dólares que se necesitan anualmente para frenar el cambio climático, con medidas como reducir las emisiones de gases invernadero, interrumpir la deforestación, detener la degradación de los suelos, combatir el aumento del nivel del mar y prevenir sequías e inundaciones.
En definitiva, se espera que el secretario general elabore un "resumen" de la cumbre que refleje las declaraciones políticas de los líderes mundiales.
El encuentro es una oportunidad única para que los gobiernos muestren que están comprometidos a alcanzar un acuerdo en la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se realizará en diciembre en Copenhague.
Así lo declaró Kim Carstensen, líder de la Iniciativa Climática Mundial en el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), al ser consultada sobre si la cumbre resultará un ejercicio político inútil.
Se espera que la reunión de la capital danesa sirva para negociar un nuevo régimen climático vinculante para reducir las emisiones humanas de carbono, el principal gas de efecto invernadero.
"Si los líderes realizan declaraciones fuertes y claras que se reflejen en un resumen elaborado por Ban Ki-moon, eso puede ayudar a generar el impulso político que necesitamos tan desesperadamente en las actuales negociaciones de la Convención Marco", dijo Carstensen a IPS.
"Esperamos palabras firmes de las autoridades, que muestren claramente la perseverancia de sus representantes en las negociaciones climáticas de la Convención Marco", agregó.
Janos Pasztor, director del Equipo de Apoyo para el Cambio Climático de la ONU, dijo la semana pasada a la prensa que la cumbre se centrará en cuatro áreas.
Éstas son: medidas de adaptación al cambio climático, objetivos de reducción de gases invernadero por parte de todos los países; financiamiento para apoyar los esfuerzos de mitigación y adaptación; y estructuras de gobernanza necesarias para un régimen climático nuevo y efectivo.
Pasztor dijo que lo más importante para la reunión de Copenhague no eran las cifras del financiamiento sino "una fórmula efectiva que reúna diferentes fuentes de financiamiento que puedan ser ampliadas según las necesidades".
"Si las cosas fueran maravillosas, no necesitaríamos una cumbre", declaró.
En su "Estudio Económico y Social Mundial 2009", difundido a comienzos de este mes, la ONU señala que, según estimaciones recientes, cada año mueren unas 300.000 personas a consecuencia del recalentamiento planetario, mientras que las vidas de otros 300 millones están seriamente amenazadas.
Culpando principalmente a las naciones industrializadas, la investigación dice que la crisis climática es el resultado de un modelo de desarrollo económico muy desigual que evolucionó en los últimos dos siglos.
"Éste permitió que los países ricos de hoy lograran sus actuales niveles de ingresos en parte por no tener en cuenta el daño ambiental que ahora amenaza el sustento de otros", señala el informe.
Carstensen opinó que los gobernantes deberían centrarse en comprender cómo la acción contra el cambio climático puede convertirse en un beneficio económico para sus países, generado crecimiento y empleos que sean amigables con el ambiente.
También deberían analizar cómo garantizar un resultado claro y obligatorio en las negociaciones de Copenhague.
"Espero que las autoridades vengan a Nueva York preparadas para decir que se comprometerán con la acción para mantener el aumento de las temperaturas mundiales por debajo de dos grados. Y que digan algo sobre cómo actuarán para que esto ocurra", expresó Carstensen.
Los países industriales deben comprometerse con fuertes objetivos a mediano plazo para reducir su contaminación y para brindar un financiamiento significativo a la acción climática en los países en desarrollo.
A cambio, las naciones pobres deben presentar planes para reducir sus emisiones de gases invernadero, incluidas las derivadas de la deforestación.
Esto significa que el tratado mundial debe ser justo, ambicioso y obligatorio, agregó Carstensen.
Entre las demandas específicas de la conservacionista WWF figura un régimen climático obligatorio para el periodo posterior a 2012 (año de expiración del Protocolo de Kyoto) estipulado en el nuevo Protocolo de Copenhague.
La organización internacional también pide garantizar que las emisiones mundiales de carbono lleguen a su tope en 2017 y luego se reduzcan rápidamente, con el objetivo de reducir por lo menos en 80 por ciento las emisiones mundiales para 2050, en relación a los registros de 1990.
WWF también reclama a los gobiernos que "descarbonicen" las economías industriales para 2050, y que, como primer paso, reduzcan en 40 por ciento sus emisiones para 2020 (con 1990 como base).
Asimismo, la entidad pide que se facilite la transición a economías libres de carbono de los países en desarrollo aportando 160.000 millones de dólares anuales a los esfuerzos de mitigación y adaptación, y brindando acceso a tecnologías limpias.
Además, WWF reclama que apoyen una acción inmediata para la adaptación al cambio climático de los países pobres y que respalden un objetivo de deforestación cero para 2020.
