El sistema de salud de la franja de Gaza pasará de una situación muy mala a otra peor de no terminarse el bloqueo contra ese territorio palestino, advirtió la OMS.
Desde que terminó el ataque israelí contra Gaza en enero, la mayoría de los servicios de salud volvieron a funcionar, señala un informe de la OMS (Organización Mundial de la Salud), divulgado en julio. Pero no puede brindar una atención integral y de calidad para los 1,5 millones de palestinos que residen en ese territorio.
"Numerosos factores contribuyen a la continua degradación del sistema de salud de Gaza", señaló el director de la OMS para los territorios palestinos, Tony Laurence.
"Se combina el aislamiento del sistema de salud a causa del sitio, la prohibición de entrar y salir del territorio, que afecta a personas y equipos, y el daño infligido a una atención ya deficiente a raíz de la Operación Plomo Fundido", dijo el funcionario a IPS.
La ofensiva israelí contra Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), que controla la franja de Gaza desde junio de 2007, incluyó artillería pesada, bombardeos aéreos y varias incursiones de fuerzas terrestres. Hubo 1.400 muertos y más de 5.000 heridos, buena parte de ellos civiles.
[related_articles]
Durante las tres semanas que duró el ataque fueron bombardeados hospitales y clínicas así como ambulancias y personal médico, además de centrales de generación eléctrica y depósitos de combustible.
La escasez de combustible y de repuestos y los cortes de electricidad impiden el buen funcionamiento de los equipos y de los generadores de emergencia de los hospitales.
Además, Israel permite el ingreso de una cantidad limitada de medicamentos y de otros suministros. Alrededor de 20 por ciento de los artículos esenciales estaban agotados en julio, según la OMS.
Cuando permiten el ingreso de fármacos, la cantidad, la calidad y la diversidad no alcanzan para cubrir la demanda, añade la organización, que advierte que de no haber un abastecimiento urgente, el número de elementos faltantes llegará a 140 en septiembre.
Los equipos médicos y la mayoría de los repuestos más necesarios no han podido ingresar a Gaza desde que Israel y Egipto impusieron un bloqueo contra la franja casi total en junio de 2007.
"Tenemos cientos de equipos que podrían funcionar bien, pero les falta una pieza. Hace más de un año que esperamos un repuesto para el tomógrafo, pero los israelíes se niegan a dejarlo ingresar", señaló el ministro de Salud de Gaza, Bassem Naem.
"Esperamos varios meses por una pieza del catéter y cuando finalmente los israelíes permitieron su ingreso a Gaza estaba tan dañada por el proceso de inspección que no servía para nada", dijo Naem a IPS.
"Ahora tenemos que vivir la misma pesadilla burocrática y esperar que dejen entrar la pieza. Gaza tiene un solo centro que hace cateterismos y esto afecta a las personas con problemas cardiacos crónicos", explicó.
"También nos comunicamos por radio con las ambulancias que están en la sede del Comité Internacional de la Cruz Roja en Jerusalén. Pero los israelíes le prohibieron que las traigan a Gaza", añadió Naem.
Los pacientes con cáncer también se ven seriamente afectados por el bloqueo.
"Sólo podemos ofrecer una cantidad limitada de tratamientos de quimioterapia. La mayoría de los pacientes con cáncer necesitan viajar al extranjero para recibir tratamiento especializado, pero Israel les niega los permisos de salida", relató el médico Abu Said Ahmed.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) de la Organización de las Naciones Unidas, señaló que la cantidad de palestinos que cruzaron el paso fronterizo de Erez, en el norte de Gaza, disminuyó 25 por ciento en julio, respecto de la cantidad registrada el mes anterior.
"Médicos, técnicos y otros profesionales de la salud no pueden participar en conferencias en el extranjero porque no pueden salir ni mejorar su formación ni intercambiar experiencias con colegas de otros países, lo que es fundamental para mejorar su trabajo", subrayó Naem.
Ahmed también denunció las demoras burocráticas que detienen durante varios meses toneladas de suministros médicos enviados por distintos países hasta que se vencen. "Además, Israel confiscó donaciones económicas para" mejorar la infraestructura, señaló.
Hospitales y clínicas dañadas o destruidas durante la guerra no han podido arreglarse ni reconstruirse porque no se puede importar el material necesario.
Las ventanas del Hospital de Shifa, el más grande de Gaza, están cubiertas con plásticos y cinta adhesiva porque no hay vidrio.
La mala gestión palestina y las luchas internas también han contribuido al deterioro general del sistema de salud, "en especial en lo que respecta al mantenimiento de los equipos y a su adecuado funcionamiento", señala el informe de la OMS.
Entre los problemas que afectan al sistema de salud está la falta de un inventario de los equipos médicos y un sistema de adquisición centralizado y basado sobre normas y procesos ineficientes y obsoletos, todo agravado por las divisiones políticas entre los gobernantes de Gaza y los de Cisjordania, añade.
Desde que ganó las elecciones legislativas en enero de 2006, Hamás tuvo varios enfrentamientos armados con el partido laico Fatah y con cuerpos de seguridad de la Administración Nacional Palestina (ANP), a la que terminó expulsando de la franja de Gaza en junio de 2007.
Hoy, la ANP sólo controla Cisjordania, y Hamás la franja de Gaza.
Los gazatíes carecen de suficiente agua potable para cubrir la demanda. Durante varias décadas, la creciente población de la franja abusó de su acuífero y éste no ha podido reponerse por la sequía, entre otros factores.
El vertido de aguas servidas a los ríos y arroyos de Gaza y el uso de fertilizantes para la agricultura son responsables de que sólo entre cinco y 10 por ciento del líquido extraído del acuífero cumpla los estándares de calidad de la OMS.
Las plantas de tratamiento no pueden potabilizar el agua por la falta de combustible y de repuestos.
Los distintos tipos de la diarrea derivada del uso de agua contaminada y la hepatitis viral siguen siendo las principales causas de la morbilidad de los gazatíes.
La pobreza crónica y el desempleo agravaron el mal estado nutricional de la población, en especial entre ancianos, embarazadas y niños y niñas.
La anemia afectó a 60 por ciento de los bebés de entre nueve y 12 meses en febrero de este año, según la OCAH.