RELIGIÓN-BAHREIN: Reinterpretando el Corán con visión de género

Mujeres de Bahrein promueven la reinterpretación de las leyes islámicas con perspectiva de género mediante una serie de talleres organizados este año y el próximo, una iniciativa novedosa para este país del Golfo Pérsico o Arábigo.

La Asociación de Mujeres para el Desarrollo de Bahrein comenzó en mayo a realizar talleres con el objetivo de propiciar un debate serio sobre el "verdadero significado" de los versos del Corán, libro sagrado del Islam, en los que se fundamenta la supremacía masculina.

"No estamos contra el Islam y no queremos promover nuestra perspectiva", explicó Asma Rajab, activista e integrante del directorio de la Asociación. "Queremos que nuestra sociedad considere a las mujeres como seres humanos completos".

El avance de la condición femenina registrado en varios países, incluido Bahrein, indica que es el momento de reinterpretar los versos coránicos, apuntó. "El Islam es una religión capaz de adaptarse a todas las situaciones y los períodos. Sus normas deben reinterpretarse a fin de ajustarse a la situación actual de las musulmanas".

Entre las normas que violan los derechos femeninos está la tutela masculina, la desigualdad hereditaria, la violencia doméstica y el menor valor del testimonio de las mujeres en los tribunales regidos por la shariá (ley islámica), así como la creencia difundida de que no pueden ser presidentas ni juezas ni legisladoras.
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Esas prácticas están reñidas con los principios islámicos, asegura la Asociación, que cuestiona a las autoridades religiosas y a otras personas que insisten en que las mujeres son inferiores a los hombres.

Los talleres sobre "Mujeres, una perspectiva renovable" se proponen corregir siglos y siglos de malentendidos que sostienen que la discriminación de género cuenta con el aval religioso. El segundo encuentro se realizó el 15 de este mes y el tercero está previsto para diciembre.

"Para cambiar las sociedades organizadas sobre la primacía masculina, el mundo musulmán debe aceptar la flexibilidad del pensamiento islámico y del Corán", remarcó Rajab.

Las mujeres son discriminadas de muchas formas.

Los tribunales de la shariá, para los que el testimonio de dos mujeres equivale al de un hombre, "no son realistas y son degradantes para la mujer y sus logros", dijo a IPS el abogado Hassan Ismail, quien también cuestionó la desigualdad de los derechos hereditarios, tema que será objeto del último taller a realizarse el año próximo.

"Antes las mujeres eran amas de casa y dependían económicamente de los hombres", indicó. "Pero las cosas cambiaron y ahora ambos comparten esa responsabilidad. Entonces por qué ellos pueden recibir el doble de una herencia", preguntó.

El religioso y jeque Ibrahim al Jufairi, quien coincide con Ismail, señaló que el Corán fue mal citado en lo que respecta a la cuestión del testimonio femenino en los tribunales de la shariá.

"Los versos que dicen que el testimonio de dos mujeres cuenta como uno no es para todos los casos, sino sólo para cuando un hombre le pide dinero a otro", explicó. "Una de ellas es testigo y la otra la ayuda a recordar algo que haya olvidado". No tienen más trascendencia que esa.

Al Jufairi integra desde hace casi 10 años la Sociedad Cultural Al Tajdid, cuyos miembros, personas con estudios y altos cargos privados y públicos, creen que el pensamiento islámico debe ser actualizado.

"Por desgracia, la mayoría de los eruditos no aceptan el testimonio de las mujeres desde que aparece la luna al comienzo del mes sagrado de Ramadán y hasta que termina con la festividad de Eid", apuntó.

"Es inaceptable", subrayó. "Las mujeres son seres humanos con ojos y pueden ver la luna igual que los hombres".

En cuanto a la tutela masculina, la profesora de la Universidad de El Cairo Hiba Eizat aseguró que en tanto creyente no puede aceptar que el Islam degrade a las mujeres y las trate como objetos propiedad de los hombres.

"Muchos versos del Corán fueron tergiversados y eso se hace evidente cuando los extremistas usan el libro sagrado para justificar sus actos inhumanos", señaló Eizat.

"Por qué tenemos que dejar que los hombres nos controlen", preguntó. "Sólo porque algunos se niegan a que las mujeres gocen de sus derechos, sean independientes y controlen sus vidas".

"El Islam promueve su desarrollo y por eso permite nuevas fatwas (decreto), pero lamentablemente los que dictan esos edictos religiosos se oponen a la evolución y a los cambios positivos", arguyó.

Si las mujeres no pueden ocupar cargos de decisión, como ser presidentas y juezas, "cómo es posible que en los primeros tiempos del Islam, antes de la muerte del profeta Mahoma, se aceptaran sus fatwas y enseñanzas religiosas", preguntó Eizat.

Los hádices (relatos atribuidos a Mahoma) fueron tergiversados adrede para controlar a las mujeres, y muchos estudiosos musulmanes son conscientes de ello, señaló el investigador bahreiní Jalal Al Ghasab.

En vez de controlar a las mujeres "para proteger la reputación del Islam, los musulmanes deben cuestionar las viejas fatwas y volver a revisar las normas islámicas y garantizar el total empoderamiento femenino", remarcó.

Pero no todos piensan igual. La conferencista Fatima Bosandal dijo a IPS que el Corán y los hádices no pueden separarse.

"El Islam es claro respecto de la herencia, la tutela y el peso del testimonio de las mujeres en los tribunales, que se justifica por la frágil naturaleza femenina. Los hombres son responsables de sustentarlas económica y emocionalmente", sostuvo.

Los intentos de hacer interpretaciones modernas del Corán obedecen a las presiones de Occidente sobre el mundo musulmán con la intención de frenar la observancia de los principios islámicos, sostuvo Bosandal.

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