Hamás (Movimiento de Resistencia Islámica), que controla Gaza, sufre los embates de la oposición política y militar en los territorios palestinos.
Combatientes extremistas de Jund Ansar Allah ("soldados de Dios") perpetraron el sábado el peor ataque contra Hamás desde que se arrogó por la fuerza el control de Gaza y expulsó a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en junio de 2007. El movimiento había obtenido la mayoría en las elecciones legislativas de 2006.
Tras la oración del viernes al mediodía, miembros de Jund Ansar Allah, con presuntos vínculos con la red extremista Al Qaeda, se atrincheraron en una mezquita de Rafah, en la frontera de Gaza con Egipto, donde había cientos de fieles reunidos.
El líder del grupo salafista Abdul Latif Musa, junto con varios hombres enmascarados y armados, incluido un atacante suicida, proclamaron la creación de un emirato islámico en la ciudad que tendría un régimen teocrático independiente de Hamás.
Hombres del movimiento islámico rodearon la zona y tras un enfrentamiento armado que duró toda la noche, y en el que murieron 22 personas, lograron restablecer el orden en Rafah.
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Seis transeúntes, seis combatientes de Hamás y 10 atacantes perdieron la vida, incluido el propio Musa, cuya vivienda fue luego destruida.
Jund Ansar Allah fue responsable de varios secuestros y atentados con bomba en salones de belleza, comercios de discos, cibercafés y zonas cristianas, por considerarlos inmorales, según autoridades de Hamás.
Por su parte, los extremistas acusan al gobierno de Hamás de no establecer la ley islámica en Gaza y de renunciar a la yihad (lucha) contra Israel al acordar un cese del fuego tras el brutal ataque del Estado judío de diciembre y enero.
La organización propone volver a lo que considera las raíces del Islam, como pregona el salafismo, promovido por los wahabis de Arabia Saudita.
La seguridad israelí sostiene que hay varios grupos vinculados a Al Qaeda en Gaza, financiados y entrenados en el exterior, cuyos combatientes ingresan a ese territorio palestino por los túneles que lo conectan con Egipto.
"No son unos pocos radicales conflictivos, es la punta del iceberg y una señal del creciente extremismo en Gaza, que sólo empeorará", indicó Samir Awad, de la Universidad de Birzeit, localidad vecina de Ramalah.
"Los israelíes se pegaron un tiro en el pie con el atroz sitio de Gaza", señaló Awad. "El sufrimiento y las dificultades vividas por los gazatíes no moderaron su posición política. Cuando la gente pierde todo y no tiene más esperanzas, opta por la venganza".
"Israel se va a arrepentir de no haber negociado con un gobierno más moderado de Hamás cuando los grupos extremistas se hagan más fuertes", apuntó.
Israel contribuyó al crecimiento de Hamás, cuando surgió como baluarte contra la Organización para la Liberación Palestina (OLP) en 1987.
Con el establecimiento de la ANP en 1994, conforme a los Acuerdos de Oslo alcanzados por la OLP e Israel, el Estado judío debilitó la administración palestina mediante ataques y detenciones masivas que contribuyeron al fortalecimiento del movimiento islámico.
Israel mantiene el asedio contra Gaza, pese a los intentos de diálogo de los dirigentes más moderados de Hamás, lo que crea condiciones propicias para el florecimiento del extremismo.
Los grupos radicales vinculados a Al Qaeda suponen una verdadera amenaza para Hamás, así como la oposición del partido laico Fatah, principal agrupación de la OLP, comandada por Mahmoud Abbas, quien preside la ANP.
Fatah perdió la mayoría en las elecciones legislativas de la ANP en 2006 a raíz de varias acusaciones de corrupción. Pero salió fortalecido de su sexto congreso realizado a principios de este mes en la ciudad cisjordana de Belén, donde se eligieron nuevas autoridades.
Alrededor de 52 por ciento de las personas entrevistadas para un estudio realizado por el Centro Palestino de Investigación y Política, con sede en Ramalah, dijeron que votarían por Abbas si las elecciones fueran ahora.
En cambio 38 por ciento dijeron preferir al primer ministro de Hamás, Ismail Haniyeh. Los encuestados también señalaron que Fatah salió fortalecido y unificado tras su primer congreso realizado en 20 años.
"La popularidad de Hamás cayó tras su decisión de prohibir que los líderes de Fatah residentes en Gaza participaran del congreso", indicó Awad, de la Universidad de Birzeit.
Tampoco lo favorece el aumento de violaciones a los derechos humanos y la represión a las libertades civiles.
Un conocido juez de Gaza y miembro de Hamás anunció en julio que a partir de septiembre todas las abogadas de ese territorio palestino deberían cubrir su cabello y llevar largas túnicas debajo de las sueltas togas características de su función.
También anunció la formulación de un código de conducta que, entre otras cosas, prohibiría que hombre y mujeres compartieran lugares públicos.
"Esa fue la opinión de un ministro que no consultó con el resto del gabinete de Hamás. La mayoría estamos en contra de la iniciativa y el asunto todavía debe ser discutido", dijo a IPS Ahmed Yusef, asesor político de Haniyeh.
La supervivencia política de Hamás depende de su capacidad para adaptarse a los desafíos prácticos y para ser más flexible en relación con la comunidad internacional y en las negociaciones con la ANP.
El movimiento islámico tiene una política y una ideología general, según Awad, y le falta capacidad para lidiar con asuntos de la vida cotidiana, para negociar con la ANP y con líderes regionales y para reconocer que la existencia de Israel es un hecho político.
"Hamás carece de buenas tácticas políticas. Usar el sufrimiento de la población de Gaza en beneficio propio es uno de sus puntos de presión. Sus dirigentes saben que la comunidad internacional no permanecerá de brazos cruzados mientras los gazatíes mueren de hambre", señaló Awad.
Los dirigentes más pragmáticos y moderados de Hamás están revisando su posición política, según el profesor Moshe Maoz, de la Universidad Hebrea, de Jerusalén.
"Hamás ha forjado ciertas relaciones con algunas figuras de la comunidad internacional y puede explorar esas opciones. Algunos dirigentes quizá también se vuelvan más pragmáticos en las conversaciones con la ANP", añadió.
