El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, visita Estados Unidos esta semana para reunirse con su par Barack Obama, con la secretaria de Estado (canciller), Hillary Clinton, y con representantes de la colectividad judía.
La oportunidad es aprovechada por activistas egipcio-estadounidenses, que llaman la atención sobre los abusos cometidos por el régimen de Mubarak e instan a Obama para que cumpla su promesa de promover la democracia y el respeto a los derechos humanos en todo el mundo.
El lunes, una coalición de grupos egipcio-estadounidenses —incluyendo a la Asamblea Copta de Estados Unidos, Voces para un Egipto Democrático, el Centro Ibn Khaldun para Estudios de Desarrollo y el Centro Coránico Internacional— emitió un comunicado denunciando a Mubarak por abuso de poder y por no respetar la democracia ni los derechos humanos.
Esta alianza, conocida como Coalición 28 de Febrero, elogió a Obama por los compromisos que asumió en su último discurso en El Cairo, pero lo instó a traducir sus palabras en acciones.
"Egipto tiene previsto realizar elecciones parlamentarias el año próximo, y en 2011 presidenciales", reza la carta a Obama. "Con dos grandes pruebas democráticas en el horizonte cercano, le escribimos a usted para que le solicite al gobierno egipcio que tome dos medidas urgentes e inmediatas, además de poner fin a la ley de emergencia y liberar a los prisioneros políticos".
[related_articles]
La coalición pidió que se realizaran inmediatas elecciones presidenciales y parlamentarias bajo una supervisión internacional y otra egipcia independiente, y que se enmiende el artículo 76 de la Constitución.
Ese artículo establece una larga lista de requisitos para cualquier potencial candidato, haciendo sumamente difícil que alguien pueda desafiar el poder de Mubarak o de su hijo, Gamal, quien se rumorea se convertiría en su sucesor.
En cuanto a libertad de cultos, el grupo llamó a acabar con la violencia sectaria y pidió "igual protección legal para todas las minorías religiosas, ratificando la ley de construcción uniforme de casas de adoración, que ha estado (sólo) en los libros desde hace tiempo, y aplicando una cuota para asegurar que no menos de 10 por ciento los coptos estén representados en todos los órganos de gobierno elegibles".
"En los últimos 28 años de gobierno de Mubarak, Egipto ha caído en todos los indicadores de desarrollo", dijo en conferencia de prensa el activista por la democracia y los derechos humanos Saad Eddin Ibrahim. "El presidente Obama había dicho durante su campaña y en su asunción que defendería los derechos humanos. Esto fue muy bien recibido por aquellos que lo apoyaban, pero ahora están esperando que lo traduzca en hechos", añadió.
Críticos del régimen de Mubarak se sintieron fortalecidos con el discurso de Obama el 4 de junio en El Cairo, en el cual prometió una política exterior que apoyara la democracia y los derechos humanos.
"Tengo una inquebrantable convicción de que todas las personas anhelan ciertas cosas: la capacidad de decir lo que piensan y opinar sobre cómo son gobernadas, la confianza en el imperio de la ley y la igualitaria administración de la justicia, un gobierno que sea transparente y no robe al pueblo, y la libertad de vivir como quieran", dijo el mandatario estadounidense ante una entusiasta multitud en la Universidad de El Cairo.
"Esas no son sólo ideas estadounidenses. Son derechos humanos, y es por eso que las apoyamos en todos lados", añadió.
En los últimos años, Egipto, bajo la presidencia de Mubarak, sufrió varios reveses en derechos humanos y se encuentra en estado de emergencia desde el asesinato en 1981 del presidente Anwar Sadat.
El estado de emergencia suspende los derechos constitucionales y ha llevado a un deterioro de las protecciones a la libertad de expresión, así como a un aumento en los casos reportados de torturas cometidas por la policía.
Mubarak, en el poder desde 1981, ha renovado continuamente el estado de emergencia a pesar de los llamados a que se deje sin efecto.
El jefe de Estado egipcio gobierna "como un monarca que actúa por capricho y cambia la Constitución cuando quiere", dijo a IPS el director de Amnistía Internacional para Medio Oriente, Zahir Janmohamed.
"Históricamente, Estados Unidos se ha mostrado lejano cuando él comete estos abusos. Obama ha sido más duro con Israel y con los palestinos (que los gobiernos estadounidenses anteriores), y esperamos que lo sea también con Egipto", añadió.
Pero la administración de Obama afronta la difícil tarea de cumplir con su compromiso de derechos humanos y democracia mientras promueve un plan de paz entre israelíes y palestinos que, seguramente, requerirá del apoyo y asistencia de Egipto.