DERECHOS HUMANOS: Remedio contra enfermedad devoradora

La enfermedad noma, que literalmente engulle los tejidos de la cavidad oral y la cara de niños desnutridos de países en desarrollo, en particular de África, interesa tanto a la medicina como a los defensores en los derechos humanos.

La mera existencia de este mal, que toma su nombre del término griego "nomein" (que devora), demuestra que el derecho a la alimentación de las poblaciones más vulnerables es violado, sostuvo Jean Ziegler, experto del comité asesor del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que concluyó este viernes su tercera sesión tras su instalación hace un año.

La noma es absolutamente espantosa, comentó Ziegler a IPS. Las familias africanas tienen vergüenza y ocultan a sus niños enfermos, agregó.

La enfermedad consiste en una devastadora necrosis que comienza como una lesión benigna en la boca, a menudo en forma de gingivitis. Si el tratamiento se demora, el mal devora aceleradamente los tejidos blandos y óseos de la cara, desfigurando "de manera horrorosa" a sus víctimas, en su mayoría niños y niñas de corta.

Entre 70 y 90 por ciento de los enfermos mueren si el tratamiento no se aplica a tiempo. El informe de Ziegler al comité asesor consignó que cada año se producen 30.000 nuevos casos de noma en el mundo.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) identificó a la enfermedad como una gangrena bucofacial, que contribuye de manera importante a aumentar la carga de morbilidad en países de ingresos bajos y medianos, especialmente de África y Asia.

Entre las causas fundamentales de la dolencia figuran en primer lugar la pobreza, la desnutrición severa y también la falta de agua potable, los hábitos sanitarios deplorables y enfermedades infecciosas como el sarampión, el paludismo y el síndrome de inmunodeficiente adquirido (sida), causado por el VIH.

Los factores de la pobreza y de desnutrición llevaron a Ziegler a proponer que el comité establezca un vínculo entre la noma el derecho a la alimentación, en el informe que debe entregar en marzo próximo al Consejo de Derechos Humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), con sede en Ginebra.

El Consejo solicitó al comité un estudio sobre la discriminación en el marco del derecho a la alimentación. Esa garantía forma parte de los derechos humanos y es una obligación vinculante reconocida por el derecho internacional, apuntó Ziegler.

La existencia del derecho a la alimentación se funda en los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el Pacto Internacional sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los pilares del sistema jurídico en esa materia, junto al Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos.

El estudio presentado por Ziegler al comité asesor menciona que los expertos que trabajan en los países afectados por la enfermedad informan que la noma es ignorada y desatendida por las autoridades de esas naciones.

El derecho a la alimentación significa que los gobiernos deben abstenerse de adoptar decisiones que ocasiones aumentos en los niveles de hambre, de inseguridad alimentaria y de malnutrición, dijo.

Eso implica que los gobernantes tienen que proteger a sus ciudadanos de las acciones de terceros que puedan violar el derecho a la alimentación, añadió el experto suizo, quien anteriormente se desempeñó como relator especial de la ONU para el derecho a la alimentación.

Ziegler sostiene que la muerte de un niño a causa del hambre es un crimen. El experto observó que más de 1.000 millones de personas sufren hambre en el mundo, lo que equivale a una sexta parte de la población total. La agricultura se encuentra actualmente en condiciones de alimentar a una población de 12.000 millones de habitantes, advirtió.

El psiquiatra y aeronauta suizo Bertrand Piccard, uno de los creadores de la Fundación Winds of Hope, que sostiene programas de lucha contra la noma, afirma que "la vacuna contra este mal sería alimentar a toda África". A su vez, la organización no gubernamental Médicos sin Fronteras relaciona el problema con los Objetivos de Desarrollo para el Milenio, establecidos por los gobierno en 2000 por la ONU, y calcula que harían falta poco menos 4.000 millones de dólares para eliminar la desnutrición severa en la infancia.

Esa cifra representa verdaderamente una fracción insignificante de los montos de los planes de recuperación económica aprobados en los últimos meses por gobiernos de todo el mundo, comentó el informe de Ziegler al comité asesor.

El organismo, que actúa como órgano de reflexión para el Consejo de Derechos Humanos, es considerado heredero de la desaparecida Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos.

Sin embargo, las organizaciones no gubernamentales especializadas y muchos de los 18 expertos independiente integrantes del comité asesor observan que el nuevo cuerpo ha perdido la casi totalidad de atribuciones de la ex Subcomisión.

El comité asesor sólo puede examinar los temas que encomienda el Consejo de Derechos Humanos y carece de la capacidad de iniciativa para encarar análisis de nuevos temas, como tenía la Subcomisión.

En la sesión de clausura de este viernes, un representante de Pakistán hizo ver que el comité sólo había recibido mandato del Consejo para ocuparse de la discriminación que sufren los enfermos de lepra y sus familiares, de las mejores prácticas ante los casos de desaparición de personas, de la educación sobre derechos humanos y el mencionado de la discriminación respecto al derecho a la alimentación.

A esos cuatro temas, el comité sumó en la presente sesión propuestas de examinar cuestiones sobre la paz en el mundo y sobre los derechos de las personas ancianas.

El delegado pakistaní reconoció la independencia del comité, pero dijo que eso no significa que pueda trabajar de la manera que quiera. Esta opinión fue rechazada por varios miembros del comité.

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