Una muy promocionada cumbre sobre cambio climático que se realizará el 22 de septiembre en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) está siendo precedida por gran controversia.
El Grupo de los 77 (G-77), integrado en realidad por 130 países en desarrollo, expresó su preocupación por lo que considera desprolijos arreglos logísticos y por la posibilidad de que varios jefes de Estado queden al margen.
Según los planes actuales, apenas una cantidad limitada de líderes hablarán en la cumbre, mientras que Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, será el anfitrión de una "cena de trabajo" que estará restringida a apenas 25 de los 192 jefes de Estado y de gobierno que se espera asistan a la cumbre.
"Aunque respetando plenamente la prerrogativa del secretario general en la preparación de esta cumbre, debemos asegurarnos de que todos los miembros de la ONU puedan participar al máximo nivel posible para que sea un éxito", dijo el embajador de Sudán, Abdalmahmood Abdalhaleem Mohamad, presidente del G-77, en una carta enviada a Ban.
En una reunión de embajadores del G-77 semanas atrás, todos los oradores criticaron el formato de la cumbre e insinuaron la posibilidad de que hubiera una agenda política oculta.
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"¿En base a qué se pide a estos jefes de Estado que hablen en la cumbre? ¿Y en base a qué criterios son invitados los 25 jefes de Estado seleccionados para la llamada cena de trabajo?", preguntó un embajador.
János Pásztor, director del equipo del secretario general de la ONU sobre el cambio climático, dijo el mes pasado a periodistas que se esperaba que la cumbre creara los cimientos necesarios de confianza entre los líderes.
"La cumbre brindará una plataforma para que jefes de Estado y jefes de gobierno consideren los asuntos políticos clave a ser abordados durante las negociaciones que conducirán al éxito" en la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se llevará a cabo en diciembre en Copenhague, señaló.
El objetivo será lograr un diálogo interactivo entre jefes de Estado y de gobierno durante las mesas redondas.
El G-77, que también incluye a China, dijo que el encuentro de la ONU de ningún modo debe intentar prejuzgar el resultado de las negociaciones que se realizarán en la capital danesa.
Como también hay programada una serie de debates en el marco de la cumbre de septiembre, el G-77 dijo al secretario general que estas reuniones deberían ser "inclusivas y abiertas a la participación activa de todos los estados miembro de la ONU, incluyendo a delegaciones que no pueden participar al nivel de jefes de Estado, e independientemente del nivel en que participen".
Según el protocolo del foro mundial, los jefes de Estado tienen preferencia por sobre los jefes de gobierno, los ministros de Relaciones Exteriores, otros altos funcionarios de gobierno y embajadores apostados en Nueva York.
Pero el G-77 se queja de que, incluso entre jefes de Estado, la inminente cumbre hará una distinción entre los participarán de las mesas redondas y los que serán invitados a la cena de trabajo.
"Dado que la cumbre será sobre cambio climático, los jefes de Estado seleccionados ¿representarán a los países más contaminantes o a los más amigables desde el punto de vista ambiental?", planteó a IPS un embajador.
En su carta al secretario general, el G-77 dijo que, "como en la cumbre no se tomarán decisiones, al Grupo le gustaría solicitar una mayor clarificación en cuanto al objetivo del encuentro y una explicación más detallada de los logros esperados".
Mientras, el secretario general propuso un desayuno de trabajo para otros 20 o 25 jefes de Estado que no figuran en la lista de invitados a la cena. Pero es improbable que esto disipe las preocupaciones de muchos.
La cumbre, a la que se espera asistan prácticamente todos los líderes occidentales, entre ellos el presidente estadounidense Barack Obama, es promovida como una reunión política de alto perfil, justo antes de la inauguración de las sesiones de la Asamblea General.
Consultado sobre el formato de la reunión, Pásztor dijo a los periodistas que, luego del plenario (que será abierto a la prensa), ésta se dividirá en cuatro pequeñas sesiones de mesas redondas en la mañana y cuatro en la tarde (todas cerradas a la prensa), co-presididas por dos jefes de Estado o jefes de gobierno.
Pero los participantes podrán ser acompañados por apenas un asesor.
En la clausura del plenario, al que podrán asistir los medios, el secretario general, como presidente de la cumbre, presentará un resumen de los debates. No habrá un resultado negociado. A fin de mantener la atención en las discusiones, no se organizarán acontecimientos colaterales, dijo Pásztor.
El objetivo de la cumbre es llegar a una visión política, aportar una dirección a las negociaciones y brindar el ímpetu necesario para hacerlas avanzar, agregó.