AGUA-INDIA: Campesinos apelan a conocimiento ancestral

En el meridional estado indio de Tamilnadu y en el septentrional de Uttar Pradesh, los aldeanos han revivido antiguos sistemas de almacenamiento de agua subterránea y superficial que les ayudan a mitigar el cambio climático.

Las iniciativas de esas comunidades rurales, ayudadas por organizaciones no gubernamentales, son apoyadas por la recién creada filial india de Oxfam, que ahora promueve estas prácticas como modelos de adaptación para el resto de India.

"Hay varios ejemplos sobre cómo los sectores pobres del medio rural pueden adaptarse al cambio climático", dijo Aditi Kapoor, especialista en justicia económica de esa organización. "Estos son modelos que el gobierno puede replicar", agregó.

Según el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), los monzones de India sufrirán modificaciones significativas, aumentando en intensidad y disminuyendo en duración.

Se pronostica que ese cambio perjudicará a los agricultores, 60 por ciento de los cuales son minifundistas.
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Tamilnadu es el más propenso a las sequías. Allí los ríos fluyen solamente durante las breves lluvias invernales, con la cuenca del Gundar abasteciendo de agua a Madurai y sus cuatro distritos circundantes.

Pero actualmente, el cambio climático ha convertido las lluvias indias en impredecibles e intensas, cuando caen, causando destructivas inundaciones y desastres relacionados.

Ahora se está reviviendo un antiguo sistema de irrigación que data del año 300 antes de Cristo al 200 después de Cristo, que canalizó estas lluvias estacionales mediante diques y canales que conducen a tanques artesanales.

Históricamente, el agua fue almacenada en diferentes sistemas de cavado en la tierra para usar en la agricultura, para beber y con fines domésticos. El suelo de Tamilnadu, que tiene base de granito, brinda una plataforma ideal para el almacenamiento, a prueba de filtraciones.

La Fundación Dhan, que opera en 12 estados indios, ahora trabaja con las comunidades locales y el gobierno para reparar y reutilizar estos antiguos sistemas de almacenamiento que funcionaron durante milenios para la mitigación de las sequías y la conservación del agua.

"Es muy significativo que los cultivadores de Gundar ya sean entendidos en materia de adaptación al cambio climático, porque los sistemas de mitigación de inundaciones y moderadores de sequías han estado con ellos desde tiempos ancestrales", dijo MP Vasimalai, de la Fundación Dhan.

Esta entidad ha organizado a las aldeas con tanques para que formen una asociación de irrigación o "Vayalagam" con miembros que paguen. Quienes usen o se beneficien de la reparación de un tanque tienen que pagar un impuesto acorde al tamaño de sus tierras.

El dinero se usa para pagar en parte la reparación de tanques y canales. El resto de los fondos necesarios se recibe o bien de programas del gobierno o bien de donantes.

"Ése es nuestro éxito: ellos pagan", dijo S. Sethuraman, presidente de la Vayalagam del antiguo tanque de Villur, en el distrito de Madurai.

El Vayalagam también tiene ahorros y un sistema de préstamos. Cuenta con un fondo de alivio de sequías de por lo menos 20.000 rupias (más de 400 dólares) a fin de usarlo para mantenimiento del tanque o para prestarlo a quienes quieran conservar el suelo y el agua.

Las reparaciones y posterior recolección hídrica han sido suficientemente efectivas para extender la superficie del tanque de 10 a 40 hectáreas, y el rendimiento del arrozal de Sethuraman aumentó 750 kilogramos por temporada.

En la aldea de Parepatti, la Fundación Dhan ha ayudado a las mujeres pobres de los sectores sociales más bajos de India para limpiar y reconstruir el antiguo tanque de Kanmoi.

Allí, Manjamma, de 54 años, organizó a las mujeres en varias asociaciones de irrigación y juntó suscripciones para la reparación de tanques. "Los hombres no se presentaron", dijo.

Pero una vez que los tanques empezaron a funcionar, "los beneficios quedaron expuestos para que todos los vieran", señaló Manjamma.

"El ganado obtuvo agua, las mujeres cultivaron verduras junto con el arroz, cuya producción se duplicó, y hubo suficiente agua para cosechar un segundo cultivo de mijo", agregó.

Hasta ahora, 400 de los 2000 tanques del distrito de Madurai han sido reparados y están nuevamente en uso, pero A. Gurunathan, de la Fundación Dhan, dijo que se necesitarán entre siete y 12 años para volver sostenible toda la cuenca. "De otro modo no funcionará", sostuvo.

El principal funcionario administrativo del distrito de Madurai, Udaya Chandran, está familiarizado con los esfuerzos de restauración de tanques de las aldeas.

Dijo que una agencia competente como la Fundación Dhan puede ayudar a crear un espíritu comunitario que puede ser aprovechado por programas del gobierno. "Ésta es un área donde todos los participantes comienzan a trabajar conjuntamente", señaló Chandran.

Miles de kilómetros al norte de Madurai, en el agreste paisaje de Bundelkhand, en Uttar Pradesh, aldeas que se encuentran dentro de un radio de 80 kilómetros han acotado con mucho éxito sus tierras secas y degradadas.

Construyeron canales de desagüe y pequeñas represas para ayudar a retener las lluvias que caigan y a su vez recargar el agua subterránea.

En las aldeas de Sunderpura y Tajpura, ahora los agricultores pueden aprovechar el agua subterránea mediante cañerías que la extraen de pozos, sin importar el estado del tiempo.

En Sunderpura, donde los cultivadores utilizan compost (abono orgánico) elaborado con estiércol de los propios establecimientos rurales, así como biopesticidas, casi 10 hectáreas de tierra ahora han sido irrigadas por primera vez.

"La ventaja es que ahora los páramos se han convertido en tierras agrícolas constructivas con un sistema de seguridad contra el cambio climático que también ha frenado la migración hacia las ciudades", dijo Anil Singh, de Parmarth, la organización no gubernamental que inició el trabajo con apoyo de Oxfam.

En la aldea de Tajpura, Ajan Singh, de 42 años, cultiva verduras con un sistema natural y de bajo costo que se ha ganado una reputación de calidad. Todo lo que produce se vende localmente a precios más elevados que los del mercado.

Singh gana como mínimo 40.000 rupias anuales (cerca de 1.000 dólares) mediante un sistema que lo sitúa en una buena posición para hacer frente a la reducción de las lluvias y el aumento de las temperaturas en la región.

"Así que no es que estas personas no sepan sobre los impactos ecológicos del cambio climático. Es innato en ellos a causa de su paisaje" seco, sostuvo Radhey Krishna.

El método agrícola que emplean los aldeanos, con compost, cultivos mixtos y semillas del lugar es tan antiguo como los tanques comunitarios de Tamilnadu, pero las políticas gubernamentales que alientan los monocultivos y el uso de productos químicos y semillas híbridas han frenado esta práctica ancestral.

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