Somalia, un país en perpetua violencia y descrito como uno de los «estados fallidos» del mundo, podría seguir el mismo camino de Iraq.
Ahmedou Ould-Abdallah, representante especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Somalia, propuso la creación de una "zona verde" en la capital, Mogadiscio, imitando el área de seguridad estadounidense en Bagdad.
"Es tiempo de que la ONU regrese a Mogadiscio", dijo a periodistas el miércoles.
Lamentando la inacción del Consejo de Seguridad, citó al filósofo británico Edmund Burke, quien una vez señaló: "Todo lo que se necesita para el triunfo del mal es que los buenos hombres no hagan nada".
Ese país africano ha estado dividido por continuas luchas en los últimos 20 años.
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El actual Gobierno Federal de Transición, actualmente cercado, es fuertemente respaldado por la comunidad internacional, incluyendo la ONU, la Organización de la Conferencia Islámica, la Unión Africana, la Liga de Estados Árabes, la Unión Europea y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo.
Sin embargo, el foro mundial ha mostrado renuencia a enviar efectivos a Somalia y consolidar una fuerte presencia en ese país, azotado por una constante violencia.
En enero de 2007, la ONU reveló un plan para conformar una fuerza de paz de 20.000 efectivos en territorio somalí. Pero nunca se concretó por razones políticas y de seguridad.
El organismo mundial y sus agencias de ayuda han estado operando en su mayoría en torno a Nairobi, la capital de Kenia.
Ould-Abdullah le dijo al Consejo de Seguridad de la ONU el miércoles que era tiempo de que el foro mundial mostrara verdadera disposición a aliviar el sufrimiento de la nación africana.
"Nuestra presencia temporal en Nairobi ha durado demasiado. Sólo podemos trabajar efectivamente por la paz con los somalíes y atender las urgentes necesidades humanitarias si estamos cerca de las víctimas del hambre de la violencia y de diferentes abusos", dijo.
El enviado especial de la ONU dijo que las agencias del foro mundial, las organizaciones humanitarias y la comunidad diplomática, la mayoría ubicadas fuera de Somalia, deberían trasladarse a Mogadiscio.
La creación de una "zona verde", sostuvo, facilitará este proceso.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo en diciembre pasado que había prácticamente renunciado a toda esperanza de enviar una fuerza de paz al territorio somalí.
"El peligro de la anarquía en Somalia es claro y presente. También lo es la necesidad de actuar", dijo.
"He hablado a líderes de 50 países en tres organizaciones internacionales sobre formar una fuerza multinacional. Ni una sola nación se ha ofrecido para liderarla", aunque algunas han aceptado proveer soldados, añadió.
Desde entonces, la situación no ha sufrido cambios significativos, porque una fuerza regional de paz, la Misión de la Unión Africana en Somalia (Amisom), afronta dificultades para conseguir efectivos y equipos.
La fuerza africana, creada en enero de 2007, cuenta con 8.000 uniformados. Pero sólo se ha desplegado 54 por ciento de este contingente. Las tropas están formadas en su mayoría por soldados de Burundi, Ghana, Nigeria y Uganda, y Sierra Leona y Malawi han prometido contribuir en el futuro.
Se esperaba que la Amisom fuera reemplazada por la propuesta fuerza multinacional de la ONU.
Pero ante la ausencia de un contingente del foro mundial, Ban le pidió a los estados miembro que reforzaran la Amisom con más soldados, fondos y equipos. Sin embargo, la respuesta hasta ahora ha sido decepcionante.
En un informe al Consejo de Seguridad el miércoles, el secretario general señaló que existía una "urgente necesidad de efectivos adicionales para la Amisom, de forma que alcance su fortaleza autorizada, especialmente ante la carrera de continuos ataques contra el gobierno por parte de insurgentes".
El informe también señala que uno de los principales grupos insurgentes, Al Shabaab, ha confirmado la presencia de combatientes extranjeros dentro de sus filas y ha señalado abiertamente que trabaja con la red radical Al Qaeda en Mogadiscio para derrocar al gobierno del presidente jeque Sharif Sheik Ahmed.
"Tengo una fuerte razón para creer que hay combatientes extranjeros, que están mejor organizados y mejor disciplinados", dijo por su parte Ould-Abdallah a periodistas.
El informe del secretario general señala que muchos de los combatientes proceden de Afganistán y Pakistán.
"Han sido vistos usando capuchas, dirigiendo operaciones contra las fuerzas del gobierno en Mogadiscio y regiones vecinas", indicó.
Ould-Abdallah admitió que Somalia es un "caso difícil", pero señaló que los desafíos siempre existen y no hay razones para la inacción.
"La comunidad internacional nunca debería rendirse ante su obligación para con el pueblo" de Somalia, añadió.