SALUD MATERNAL: UNA INVERSIÓN INTELIGENTE PARA TIEMPOS DIFÍCILES

La crisis financiera que comenzó en los países ricos se ha profundizado y convertido en una recesión mundial que amenaza con revertir los logros alcanzados en la educación y la salud en los países en desarrollo. Las mujeres y los niños están entre las principales víctimas de esta crítica situación y por ello el tema del Día Mundial de la Población de este año, a celebrarse el 11 de julio próximo, pondrá su énfasis en el incremento de las inversiones a favor de las niñas y las mujeres con el fin de impulsar una recuperación económica y un crecimiento equitativo a largo plazo.

Incluso antes de la crisis ellas representaban la mayoría de los pobres del mundo, pero ahora están cayendo más profundamente en la miseria y aumentan los riesgos en su salud, especialmente si están embarazadas.

Actualmente, las complicaciones relacionadas con los embarazos y los partos son las principales causantes de muertes de mujeres en el mundo en desarrollo. Alrededor de 200 millones de mujeres que desean espaciar sus partos no tienen acceso a métodos contraceptivos seguros y efectivos. Y la mortalidad maternal representa la mayor injusticia en materia de salud: el 99% de las muertes maternales ocurre en los países menos desarrollados y alcanza a más de medio millón de mujeres cada año. Esta brecha en el sector de la salud entre países ricos y pobres y dentro de los propios países tenderá a ampliarse a menos que se emprenda una fuerte acción para incrementar las inversiones sociales, extender los progresos en la salud pública y ampliar las respuestas para salvar las vidas de más mujeres.

Hoy en día, el mundo pierde, según se estima, 15.000 millones de dólares anuales en productividad porque muchas mujeres y niños mueren durante el embarazo o en el parto. La mayor parte de esas muertes pueden ser prevenidas y evitadas. Hay intervenciones de probada eficacia y sabemos que funcionan. En países y comunidades en las que las mujeres tienen acceso a servicios de salud reproductiva, tales como la planificación familiar, la atención especializada en el parto, emergencia obstétrica y cuidado neonatal, las tasas de supervivencia son altas y las muertes maternales y de recién nacidos son raras.

Estos servicios, en particular los de salud maternal y de planificación familiar, ayudan a las mujeres a evitar embarazos no deseados o tempranos, abortos inseguros y las discapacidades vinculadas al embarazo. Y los servicios de salud reproductiva también ofrecen a las mujeres y adolescentes un mayor control sobre sus propios destinos y les proporciona oportunidades para superar la pobreza.

El gasto en la salud reproductiva es una inversión ventajosa para la sociedad especialmente cuando lo comparamos con los recientes rescates financieros. Cada dólar invertido en servicios contraceptivos hace ahorrar 4 dólares en gastos de salud pública y tanto como 31 dólares a largo plazo en otros servicios sociales tales como la educación, la vivienda y el saneamiento. Se estima que sólo con la planificación familiar se puede reducir el número de muertes maternales en un 40%.

Nuestro mundo actual es demasiado complejo e interconectado como para considerar aisladamente los problemas. Cuando muere una madre, cuando un niño huérfano no tiene ni los alimentos ni la educación que necesita y cuando una joven crece sin tener oportunidades las consecuencias negativas se extienden mucho más allá de sus propias vidas. La sociedad en su totalidad queda disminuida y lo mismo ocurre con las oportunidades para la paz, la prosperidad y la estabilidad.

En mis viajes alrededor del globo he visto cuan increíblemente fuertes y resistentes son las mujeres en tiempos de crisis y como se prodigan para proteger la salud y el bienestar de sus niños. No sólo mantienen unidas a las familias y a las comunidades sino que también son agentes económicos vitales. En gran parte del mundo en desarrollo las mujeres efectúan la mayor parte del trabajo agrícola y participan en pequeñas empresas que ayudan a sostener las economías de sus países.

La actual crisis proporciona una ocasión para usar los recursos mundiales, la tecnología y los conocimientos para ocuparse en primer lugar de la gente, en especial de las niñas y las mujeres. La protección de la salud y de los derechos de las mujeres creará el marco no sólo para una recuperación económica sino también para un crecimiento económico que reduzca la injusticia y la pobreza. No hay una inversión más inteligente que esta en tiempos difíciles. (FIN/COPYRIGHT IPS)

(*) Thoraya Ahmed Obaid es Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

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