En una reunión de ministros de Salud de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Uruguay y Paraguay, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) pidió modificar el control de la pandemia de gripe A en la región para dejar de centrarse en la cantidad de víctimas y pasar a observar la respuesta sanitaria.
En una carta, la directora de la OPS, la argentina Mirta Roses, explicó a los ministros reunidos en Buenos Aires que el registro de afectados "cada vez refleja menos la situación real" de la enfermedad y sólo indica "las fortalezas de los sistemas de vigilancia, las capacidades de laboratorio y la transparencia en la información".
Para la OPS, las pruebas de laboratorio "deben servir ahora para confirmar infecciones en nuevas áreas, para comprobar la existencia del virus en casos graves y en los fallecidos, y para monitorear la co-circulación del virus pandémico y otros virus respiratorios", precisó.
Las recomendaciones llegaron a la reunión de ministros, convocada para analizar la rápida expansión de la pandemia en el cono sur de América y dentro de cada país, intercambiar criterios para combatirla e informar sobre su evolución.
La principal inquietud era conocer por qué en Argentina se han registrado más muertes que en los países vecinos.
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En vísperas del encuentro ministerial, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, había manifestado su disconformidad con el listado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que informa periódicamente sobre el número de contagiados y muertos en cada país e inclusive sembró dudas sobre los datos que entregan otros países.
"Nosotros sí damos los datos. Argentina es el país que da a conocer realmente todas las cifras", remarcó Fernández para justificar que este país es el que acusa mayor número de muertos en la subregión. "Es apresurado hacer evaluaciones sobre si estamos primeros, segundos o terceros" en la lista de fallecidos, cuestionó.
El Ministerio de Salud informó esta semana que son 137 los muertos por influenza A/H1N1 y unos 120.000 los contagiados. Pero datos brindados por las provincias en los últimos días elevan el número de muertes a 145, en definitiva cifras superiores a los 124 registrados en México, uno de los países donde se originó la pandemia.
La mortalidad en Argentina contrasta con la de sus vecinos. En Chile se cuentan 33 fallecimientos, en Uruguay 15, en Bolivia y en Brasil, cuatro y en Paraguay, tres.
En los últimos días se especuló incluso con que el virus podía haber mutado a una variante más virulenta en este país, pero los ministros descartaron de plano esa posibilidad en la reunión, y en la rueda de prensa conjunta posterior.
Para explicar las diferencias, el ministro de Salud de Argentina, Jorge Manzur, explicó que en este país se notifican en forma obligatoria todo el conjunto de "enfermedades tipo influenza" y que actualmente se estima que 90 por ciento de los cuadros gripales son provocados por el virus A/H1N1.
Manzur señaló que cada año en Argentina la notificación de enfermedades tipo influenza es de más de 1,1 millones y el promedio de muertes por infecciones respiratorias agudas es de 18.000 al año. Sólo por complicaciones de la influenza estacional común, dijo, mueren cada año entre 4.000 y 4.500 personas.
"Nosotros no discriminamos una enfermedad pulmonar obstructiva crónica de los casos severos de gripe A, sino que la incorporamos en el total de influenza", precisó.
Los demás ministros no aclararon si en sus países la notificación de los registros de gripe A incorpora o no todos los casos de influenza.
Uruguay adoptó en junio la recomendación de la OMS de no proseguir el esfuerzo de analizar en laboratorio cada caso sospechoso y sólo estudia de esa forma los contagios en personas con riesgo, en los cuadros graves y en los fallecimientos por complicaciones respiratorias. La ministra de Salud, María Julia Muñoz, dijo la semana pasada que podía haber varios miles de contagios.
Esta semana, las autoridades uruguayas informaron que de todos los casos registrados en el país, 80 por ciento corresponderían a la influenza A, por lo que ésta ha reemplazado en buena medida a la gripe estacional.
La jefa de la División de Prevención y Control de las Enfermedades de Chile, Cecilia Morales, sostuvo que "no es que haya diferencias sustanciales en la forma de notificar y confirmar los casos" y pidió ir más allá de los números y adoptar "una mirada más cualitativa" de la pandemia, como sugiere la OPS para esta etapa.
Los ministros, según Manzur, intercambiaron diagnósticos de la pandemia, analizaron el patrón de conducta del virus "que es nuevo", remarcó, la provisión de antivirales y las posibilidades de acceso a la vacuna, que si bien podría aparecer pronto en el mercado, su producción está casi completamente "reservada", dijo.
En diálogo con IPS, el médico Javier Meritano, de la organización no gubernamental Médicos del Mundo, explicó que la curva ascendente de casos en la subregión se explica por la estación invernal. Mientras disminuyen los casos en Estados Unidos y México en primavera, en el sur del hemisferio, con la llegada del invierno, aumentan.
Meritano coincidió en la necesidad de poner los números en contexto, como pidió el ministro Manzur. El médico sostuvo que en Argentina se registra cada año una tasa de mortalidad "elevada" por influenza y también por otras afecciones respiratorias agudas como la bronquiolitis, que cobra la vida de 600 menores de dos años por año.
El médico admitió que lo nuevo en la actual epidemia son los fallecimientos de personas de entre 15 y 40 años, aparentemente sin antecedentes de enfermedades crónicas. En pocas horas los cuadros derivan en una infección respiratoria aguda y esos casos tienen mayor riesgo, explicó.
El médico consideró necesario destacar que en Chile "hay un sistema sanitario de prevención y promoción de la salud" que, estimó, podría explicar en parte el menor número de casos fatales en ese país.
En tanto, un sanitarista consultado por IPS que prefirió el anonimato, sostuvo que "el virus de la gripe A está ocupando el nicho ecológico de la influenza estacional". De ahí que consideró que el porcentaje de personas contagiadas y de muertos podría ser, a mediano plazo, asimilado al de la gripe común.