PALESTINA: Dudas sobre el futuro de Fatah

El futuro de las conversaciones sobre la unidad palestina es mucho más complejo que la amarga rivalidad, el derramamiento de sangre y las divisiones que abren un profundo abismo entre el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) y el más moderado Fatah.

Fatah tiene cuestiones serias que resolver. Tras dos décadas de luchas por el poder dentro de la organización, el Consejo Revolucionario de Fatah accedió a realizar su sexta conferencia general el 4 de agosto en la ciudad cisjordana de Belén.

Fundado en 1964, Fatah es el partido del presidente palestino Mahmoud Abbas, titular de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que controla Cisjordania.

La conferencia, a la que se prevé asistan unos 1.500 miembros, es significativa por cuanto es la primera que se realizará en Palestina.

Hasta ahora, Israel les prohibió a los líderes regresar a los territorios palestinos.
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El liderazgo palestino en el exilio, antes basado en Túnez, realizó su última conferencia en 1989 en ese país, tras ser expulsado de Líbano.

Pero aún más relevante es el hecho de que los miembros del partido han podido ponerse de acuerdo sobre quién asistirá y dónde se llevará a cabo la conferencia. Las luchas internas y las discrepancias hicieron que a las facciones que integran Fatah les llevara 20 años acordar esos aspectos.

La conferencia será un indicador de si el fragmentado Fatah es o no una fuerza política en decadencia y un mero pie de página en la historia de la lucha por la liberación nacional palestina. También sentará las bases para las conversaciones sobre la unidad con su archirrival Hamás y para negociaciones de paz con Israel.

La agitación palestina interna a menudo se ha reducido a la lucha militar y política entre la ANP en Cisjordania y Hamás en Gaza. Sin embargo, la realidad en el terreno no es tan negra. Dentro de ambas organizaciones hay luchas de poder, agendas diferentes e ideologías contradictorias.

Actualmente, Fatah y la ANP generan poco respeto, tanto en Cisjordania como en Gaza, debido a las continuas acusaciones de corrupción, nepotismo y amiguismo.

La popularidad de Hamas, reconocido como austero y más honesto, ha aumentado desde que la organización islámica triunfó en elecciones libres y limpias en enero de 2006.

Fatah está fragmentada según varios criterios. Las discusiones entre la "vieja guardia" y la "más joven" se destacan entre varios puntos polémicos.

La vieja guardia, compuesta por muchas personas en el entorno de los 65 años, abarca a los miembros fundadores de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). El difunto Yasser Arafat (1929-2004) fue uno de los muchos arquitectos de esa entidad. Fatah es el sector más grande de la OLP, mientras que Hamas no es parte de ella.

La guardia más joven fue formada por palestinos de los territorios palestinos que nacieron a la vida política durante la primera Intifada (levantamiento), desatada en 1987. A esta membresía se unieron activistas palestinos durante la segunda Intifada, que estalló en octubre de 2000, tras la provocadora visita del ex primer ministro israelí Ariel Sharon al tercer templo más sagrado del Islam, la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, pese a advertencias de los servicios de seguridad israelíes.

Ambos levantamientos tuvieron lugar sin mediar ninguna directiva del liderazgo de la OLP, tomando a la organización por sorpresa.

Tras los acuerdos de paz de Oslo, en 1993, entre Israel y la OLP, algunos de los miembros de la vieja guardia regresaron a los territorios palestinos y llevaron un estilo de vida hedonista a expensas de una sociedad palestina azotada por la pobreza.

Esto alienó a la joven guardia, también indignada por la negativa de la vieja guardia de compartir el poder con ella o de dar lugar a sangre nueva en la dirigencia de Fatah.

La corrupción dentro de Fatah fue uno de los motivos detrás de la arrasadora victoria de Hamas en 2006. Muchos partidarios de Fatah, entre ellos varios palestinos cristianos, votaron a Hamás no porque apoyaran su ideología, sino en protesta contra el nepotismo endémico de la OLP.

La ANP está integrada por palestinos nacidos en Cisjordania, a algunos de los cuales se acusa de poner su prestigio personal, poder e intereses empresariales por encima de la liberación nacional.

Pero las divisiones en Fatah van más allá de cuestiones generacionales y de responsabilidad. La fragmentación ha surgido en torno a la influencia, la historia compartida, la geografía y la política exterior.

Hay miembros de fatah que apoyan el proceso de paz, mientras que otros exigen volver a la resistencia armada. Algunos quieren que la ANP, que se formó luego de Oslo, sea desmantelada. Otros no.

Muchos palestinos están desilusionados con una falta de democracia y derechos humanos en Cisjordania bajo el liderazgo de Abbas. Esto es exacerbado por la decepción con un proceso de paz que para muchos parece no ir a ninguna parte.

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