ISRAEL-PALESTINA: Mucho más que un cartel

Una guerra de letreros se ha desatado en Jerusalén occidental, parte de Israel desde su creación como Estado en 1948. Es que tras el nombre de una calle hay historia, ideología y nacionalismo.

Hace 10 años, un tribunal israelí ordenó que todas las ciudades israelíes con una población compuesta tanto por judíos como por árabes agregaran el nombre en árabe en los carteles que designan las calles, encima de los nombres en hebreo e inglés.

En las últimas semanas, judíos nacionalistas pintaron con negro sobre las letras en árabe que figuraban en esas señales.

"En Jerusalén hay muchos judíos nacionalistas que no aceptan si quiera la existencia de los árabes. Quieren que los judíos tengan el monopolio de Jerusalén, mientras que los carteles en árabe les hacen sentir que el país se está volviendo binacional", dijo Sammy Samoha, sociólogo de la Universidad de Haifa.

Otros judíos jóvenes —tanto ciudadanos israelíes como estadounidenses que promueven una visión de un Israel más pluralista— organizan acciones para contrarrestar a los nacionalistas y restaurar los nombres en caligrafía árabe.
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Preocupados, activistas por los derechos civiles sostienen que la policía israelí no está haciendo nada por frenar el vandalismo. "La gente no es disuadida porque no se responsabiliza" a nadie, dijo a periodistas Abeer Baker, abogado de la organización árabe Adalah, que originalmente presentó una petición ante tribunales para incluir los nombres en árabe.

Desde que asumió en marzo su segundo mandato como primer ministro israelí, el derechista Benjamín Netanyahu ha diseñado su propia cartelería de vía pública. Ésta subraya la naturaleza judía del Estado.

Netanyahu destaca que este énfasis ha ganado el respaldo unánime de los ciudadanos judíos, pues subraya la rotunda negativa de Israel a permitir, en un eventual acuerdo de paz, el regreso de los cientos de miles de palestinos refugiados tras la guerra de 1948, o a sus descendientes.

Eso también pone de relieve los temores profundos de la mayoría de los israelíes judíos.

Uno de cada cinco ciudadanos israelíes es árabe. El hebreo y el árabe son los dos idiomas oficiales. Pero la mayoría de los judíos ven a su Estado en el contexto de la "señalización" de Netanyahu.

El Ministerio de Transporte de Israel dio a conocer un plan para librarse de los nombres en árabe y en inglés para ciudades y pueblos en los carteles que figuran en las calles de todo el país, manteniendo solamente los nombres en hebreo.

Actualmente, Jerusalén es identificada como "Yerushalaim" en hebreo, "Al-Quds" en árabe y "Jerusalem" en inglés. En el marco de la nueva política, la ciudad se identificará únicamente como Yerushalaim, incluso en árabe e inglés.

De modo similar, Nazaret ("Al-Nasra", en árabe) será identificada como "Natzrat", su nombre en hebreo. Y Jaffa (Yafa en árabe) será designada solamente "Yafo".

Cesarea, sitio bíblico que posee célebres vestigios del Imperio Romano, se la identificará como "Keisaria", en hebreo.

Los israelíes árabes están indignados por lo que consideran un intento flagrante de eliminar su idioma y patrimonio, que antecede al Israel moderno.

"El gobierno está equivocado si piensa que al cambiar unas pocas palabras puede borrar nuestra existencia o nuestra identidad", dijo a IPS Ahmad Tibi, miembro árabe del parlamento israelí (Knesset).

"Esta nueva política de cartelería es pura provocación", agregó.

El ministro de Transporte, Israel Katz, rechazó las acusaciones en la televisión pública israelí: "Simplemente queremos enmendar la falta de uniformidad en las señales de las calles, lo que causa mucha confusión a los conductores, judíos y árabes por igual, así como a los visitantes extranjeros".

Katz pertenece al derechista partido Likud, el mismo de Netanyahu. La gobernante coalición de derecha del primer ministro incluye al ultranacionalista Israel Beiteinu, el tercer partido más fuerte electo bajo un eslogan dirigido contra los israelíes árabes: "Sin lealtad no hay ciudadanía".

Los 1,2 millones de ciudadanos árabes de Israel se quejan de que son marginados y discriminados por la mayoría judía.

Israel dio nombres hebreos, a menudo de origen bíblico, a muchas aldeas, pueblos y áreas que antes eran hogar de los palestinos pero que quedaron bajo su control tras la guerra de 1948, y que poblaron los judíos..

Pese a negativas anteriores, Katz reconoció que puede haber un motivo político oculto en ese plan. "Algunos mapas palestinos todavía se refieren a pueblos y aldeas israelíes por sus nombres previos a 1948, como Bisan en vez de nuestro Beit Shean. Quieren retroceder el tiempo", dijo.

"Este gobierno, y ciertamente este ministro, no permitirán que nadie convierta a la Jerusalén judía en la Al-Quds palestina", aseguró.

Katz dijo enfáticamente que sus enmiendas no se aplicarán a pueblos y aldeas árabes, sino solamente a aquellas que tienen población judía. También, algunas áreas de la Cisjordania ocupada, donde Israel ejerce el control, mantendrán sus carteles de vía pública existentes, en árabe. Así, la mayor ciudad cisjordana de Naplusa se llamará "Nablus", en árabe, y no se convertirá en Shjem, como se conoce en hebreo.

En cualquier caso, lo que sugiere la disputa por la señalización es que ponerse de acuerdo en los nombres de las calles puede ser tan difícil como resolver el propio conflicto.

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