EEUU-IRÁN: Esperando que la polvareda se asiente

Estados Unidos sabe que la actual crisis política en Irán no derivará en prontas reformas al régimen islamista, si es que ellas ocurren. Pero cree, además, que no le sobra tiempo si quiere frenar el programa nuclear en ese país.

El presidente Barack Obama está sometido a intensas presiones desde diferentes grupos. En Washington la alternativa parece ser entre sentarse a esperar el resultado de la crisis o promover ya "sanciones atroces" contra el régimen.

Por ahora, el gobierno declara públicamente su intención de alentar negociaciones, transacciones y eventuales acuerdos con el régimen, al menos hasta septiembre, priorizando la cuestión nuclear.

Pero la mayoría de los expertos estadounidenses en cuestiones iraníes, incluso aquellos que han promovido el acercamiento con la República Islámica, proponen que Washington espere aun más allá para lanzarse resueltamente al diálogo, hasta que el polvo se asiente.

"Cero a seis", dijo la semana pasada el legislador estadounidense Gary Ackerman. Se refería a la constatación de que todos los panelistas que participaron en una audiencia sobre Irán en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes preferían la opción de dejar las gestiones hacia el diálogo en suspenso.
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Pero tres de los seis panelistas profesan la ideología neconservadora y hace mucho tiempo se han opuesto a negociar con Irán. Otros dos han apoyado el diálogo, si bien de manera bastante inconsistente. De cualquier manera, todos ellos se opusieron a los contactos directos, al menos en el corto plazo.

Mientras la oposición iraní se mantenga en pie de lucha contra los resultados oficiales de la reelección del presidente Mahmoud Ahmadineyad en los comicios del 12 de junio, habrá esperanza de que el régimen se reforme desde adentro.

La represión puso fin a las protestas callejeras e invisibilizaron a la oposición, que volvió a estar en foco el viernes 17, cuando el ex presidente y destacado líder religioso de la disidencia Alí Akbar Hashemi Rafsanyani pronunció un sermón en la mezquita de la Universidad de Teherán.

Expertos temen que un diálogo con las actuales autoridades de Irán, encabezadas por Ahmadineyad y por el líder supremo (máxima autoridad religiosa del régimen islamista), el ayatolá Alí Jamenei, legitimaría la cuestionada victoria electoral del presidente.

A su vez, eso socavaría la fuerza del aún innominado "Movimiento Verde", que lidera el candidato reformista más votado, Mir Hossein Musavi.

"La cuestión nuclear en Irán no se resolverá a menos que allí se instaure un sistema democrático", dijo uno de los panelistas de la audiencia en el Congreso legislativo estadounidense, Abbas Milani, profesor en el conservador Instituto Hoover de la Universidad de Stanford.

Un "compromiso creativo" sería de gran ayuda para el movimiento democrático que quedó de manifiesto con la salida a la calle de cientos de miles de personas para protestar contra lo que creen un escrutinio fraudulento que pone en riesgo el rasgo republicano del régimen otrora incuestionado, según Milani.

Pero, con el tic-tac del reloj nuclear y las advertencias neoconservadoras sobre un ataque israelí, el desarrollo de la energía atómica y de un eventual arsenal de la misma naturaleza muchos procuran un plazo más concreto para trocar las propuestas de acercamiento hacia Teherán a sanciones más duras e incluso a un ataque militar.

Uno de los que formulan esa línea es el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.

El plazo de septiembre, formulado por halcones de Estados Unidos e Israel, es "arbitrario" e irracional a la luz de las protestas en Irán, dijo Milani. "Es improbable que nada sustancial suceda hasta entonces", advirtió.

También el neoconservador Patrick Clawson, del neconservador Instituto de Washington para Políticas en Cercano Oriente (WINEP, por sus siglas en español), sostuvo que Estados Unidos deberá esperar los acontecimientos en Irán antes de formular una respuesta.

"Aguardaría una llamada telefónica de parte de ellos", dijo Clawson en la audiencia. "La pelota está en su cancha. No deberíamos apresurarnos."

El presidente del Comité, Howard Berman, criticado por citar a la audiencia a neoconservadores y a otros expertos que apoyan una guerra contra Irán, pasó buena parte del tiempo promoviendo un proyecto de ley que establece sanciones a compañías petroleras que le vendan combustible refinado al régimen islamista.

Pero la experta Suzanne Maloney, de la Institución Brookings, dijo que era demasiado pronto para imponer sanciones, las cuales tendrían un efecto negativo en las protestas y darían a las autoridades otra excusa para reprimirlas.

"No hemos escuchado que la oposición iraní pidiera sanciones, como sí habíamos escuchado a la sudafricana" durante el apartheid (régimen racista que concluyó en 1994), recordó.

Pero "muchos opositores y la población están empezando a valorar" las sanciones, al contradijo Karim Sadjadpour, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional.

Maloney y Milani dijeron no creer en la eficacia de las sanciones. "Son los niños en las calles los que sufrirán" las consecuencias, según Maloney.

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