Lo que queda de los derechos civiles palestinos está siendo rápidamente erosionado por los gobiernos respectivos que controlan la Franja de Gaza y Cisjordania.
Los civiles palestinos están pagando el precio del enfrentamiento entre Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), que controla la Franja de Gaza, y el partido secular Fatah, que gobierna Cisjordania.
"No tenemos un estado policial aquí en Palestina. Tenemos dos estados policiales. Uno en Gaza y otro en Cisjordania", señaló Rabie Latifah, de la organización de derechos humanos Al Haq.
"El abuso a civiles palestinos tanto por las fuerzas de seguridad de Fatah como las de Hamas se ha hecho sistemático y ya no es una excepción a la regla", dijo Latifah a IPS.
Misteriosos atentados con bomba, asesinatos cometidos por hombres enmascarados, detenidos a los que se les niega acceder a sus abogados, torturas y muertes en centros de detención, arrestos de periodistas y prohibiciones a realizar manifestaciones pacíficas son algunas de las violaciones a los derechos humanos que se cometen en los territorios palestinos.
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Campañas de arrestos por motivos políticos son dirigidas hacia civiles sospechosos de simplemente simpatizar con la oposición.
"Hemos sufrido más de 40 años de ocupación y de abusos a los derechos humanos por parte de los israelíes, y ahora lo estamos haciendo nosotros mismos", dijo Raji Sourani, director del Centro Palestino para los Derechos Humanos. "Nuestro centro sigue presionando a las autoridades en Gaza y en Cisjordania para que resuelvan el problema de los abusos a los derechos humanos perpetrados bajo sus respectivas autoridades. La situación no ha mejorado", dijo Sourani a IPS.
"Está claro que los dos gobiernos palestinos están más interesados en consolidar su poder que respetar los derechos civiles" de la población, agregó.
Periodistas cercanos a la oposición siguen siendo el principal objetivo de las fuerzas de seguridad de Hamás y de Fatah.
Los Servicios de Seguridad Preventiva (SSP) de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), controlados por Fatah, han sido acusados de muertes por torturas a varios miembros de Hamás.
Los SSP en le septentrional ciudad cisjordana de Qalqilia se han negado a liberar a Mustafa Sabry, periodista de 43 años miembro de Hamás y del concejo municipal, a pesar de una orden de la Suprema Corte de la ANP en Ramalah.
Los jueces de la Corte Suprema concluyeron que los militares no tenían autoridad para detener a Sabry por ser civil. No es la primera vez que los SSP se han negado a aceptar un veredicto de la justicia de la ANP.
Grupos de derechos humanos han expresado alarma sobre la situación de palestinos condenados a muerte por tribunales militares en los que no habrían recibido un juicio justo.
"Las actuales cortes civiles y penales en la ANP no pueden implementar la pena de muerte. Las sentencias fueron hechas por tribunales militares", dijo el juez Thuraya Judi Al Wazir, de la ANP.
"Tenemos un problema con esto, y queremos limitar la jurisdicción de las cortes militares y regresar los juicios a civiles acusados de traición, y de otros delitos que pueden recibir la pena capital, a los tribunales civiles. Un proyecto de ley a ese efecto está en manos del presidente Mahmoud Abbas, que gobierna Cisjordania", dijo Wazir a IPS.
Las operaciones en Cisjordania del canal panárabe Al Jazeera, con sede en Qatar, fueron prohibidas luego de que divulgara una entrevista a Farouk Qaddoumi, miembro de Fatah en el exilio, en la que acusó a Abbas de haber estado involucrado en un intento de envenenar al fallecido presidente palestino Yasser Arafat.
Al Jazeera ahora espera el fallo de la justicia. El primer ministro de la ANP, Salaam Fayyad, también amenazó con demandar a la cadena.
Al mismo tiempo, los Servicios de Seguridad Interna (SSI) de Hamás han arrestado a varios periodistas y cerrado varios periódicos partidarios de Fatah.
"Los periodistas están pagando el precio de la tensión política entre las diferentes facciones palestinas", señaló Reporteros Sin Fronteras en una declaración de prensa. Los dos gobiernos palestinos siguen negándole a los grupos de oposición el derecho a celebrar protestas pacíficas, y policías antidisturbios disuelven por la fuerza cualquier tipo de manifestación.
Mientras, se han perpetrado varios asesinatos extrajudiciales de sospechosos de colaborar con Israel. "Seis hombres enmascarados entraron en nuestro hogar, le ataron las manos y taparon los ojos a mi hermano delante mío, y se lo llevaron en un auto", recuerda Ighlas Ghanem, cuyo hermano Haider fue ejecutado en diciembre, durante la última ofensiva israelí en Gaza.
"Al otro día recibimos una llamada diciéndonos que Haider estaba muerto y que su cadáver había sido localizado. Recibió disparos en las rodillas y codos antes de ser ejecutado con un disparo en la cabeza", dijo Ighlas a IPS.