CAMBIO CLIMÁTICO: China reacia a reducir emisiones

China apoya la decisión de Washington de encabezar la lucha mundial para disminuir las emisiones de gases invernadero, pero teme sufrir una mayor presión que perjudique su crecimiento económico.

"Disminución de emisiones de dióxido de carbono y política verde son las palabras típicas del nuevo discurso político", remarcó un editorial del periódico China Business Journal.

Pero "la iniciativa de Estados Unidos en materia de cambio climático supone un desafío para China, que en tanto potencia en desarrollo debe responder de la misma forma", añadió.

Este país gozó de mayor libertad en los debates durante el gobierno de George W. Bush (2001-2009), quien se negó a aceptar metas y cronogramas mientras la obligación no fuera la misma para las naciones en desarrollo y las desarrolladas.

En tanto que único país industrializado en no haber ratificado el Protocolo de Kyoto, Estados Unidos fue muy criticado por socavar los esfuerzos internacionales para revertir los efectos de recalentamiento global.
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El convenio de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), acordado en esa ciudad japonesa en 1997 y en vigor desde 2005, obliga a 37 países industriales a reducir sus emisiones de gases invernadero en al menos 5,2 por ciento para 2012, respecto de los niveles de 1990.

Hasta hace poco, Estados Unidos era considerado el mayor emisor de gases invernadero y a China la acusaban de contribuir en gran medida al recalentamiento global. La respuesta de Beijing era que las naciones industrializadas debían hacerse cargo de la lucha contra el cambio climático.

Ambos países son responsables de 42 por ciento de los gases invernadero liberados a la atmósfera como consecuencia directa de la actividad humana.

Estados Unidos sigue siendo el país con mayor proporción de emisiones por habitante, pero ahora China es el mayor emisor, en términos absolutos, de gases invernadero.

Tras la asunción de Barack Obama, Washington se comprometió a hacer frente al problema del cambio climático y a presionar a China para que siga su ejemplo.

Altos funcionarios estadounidenses visitaron este país la semana pasada para tratar de mejorar la cooperación entre ambos estados en materia de cambio climático y energía. Su objetivo fue tratar de convencer a las autoridades chinas de la necesidad de limitar las emisiones, entre otros asuntos.

A menos que disminuyan los gases invernadero liberados a la atmósfera, el aumento del nivel del mar desplazará a más personas en China que en cualquier otro país, señaló el secretario (ministro) de Energía estadounidense Steven Chu, en conferencia en la Universidad de Tsinghua.

Por su parte, el secretario (ministro) de Comercio, Gary Locke, insistió en la Cámara de Comercio Estadounidense que China comparte una responsabilidad especial con Estados Unidos en materia de recalentamiento global.

Con Obama, Estados Unidos está más dispuesto a aceptar reducir las emisiones de gases invernadero, un cambio notorio respecto del gobierno de Bush.

A Washington le interesa que China asuma un compromiso similar al suyo, pero Beijing está en desacuerdo.

El gobierno chino insiste en que éste es un país en desarrollo que no puede comprometerse a reducir las emisiones si eso pone en riesgo su crecimiento económico. Las naciones industrializadas tienen una mayor responsabilidad en reducir los gases invernaderos.

El argumento de que es un país en desarrollo "no es de la incumbencia de la madre naturaleza", señaló Locke. "No escuchará la explicación de que los pecados del futuro corresponden a los pecados que cometieron otros en el pasado", arguyó.

Habrá más presión de la comunidad internacional sobre China para que iguale los esfuerzos de Estados Unidos en el combate contra el recalentamiento global, según la activista Wang Ying.

"Es verdad que la cantidad de dióxido de carbono liberada a la atmósfera por habitante es menor en China y que esta nación no es responsable de las emisiones acumuladas históricamente por los países industrializados", señaló.

"Pero China lleva la ‘corona’ de mayor emisor de gases invernadero del mundo", remarcó. "En el nuevo contexto político, habrá una presión sin precedentes sobre este país para que tome medidas equiparables a las de Estados Unidos".

Ya hay algunos indicios de esa presión.

El Congreso legislativo de Estados Unidos aprobó el 26 de junio la ley de Energía Limpia y de Seguridad que faculta al gobierno a sancionar a un socio comercial que no cumpla con los estándares de ese país en materia de emisiones.

"Aplaudimos los últimos cambios positivos en la política de Estados Unidos en materia de cambio climático", declaró el portavoz de la cancillería de China, Qin Gang, en alusión a la aprobación de la norma, pero añadió que China espera que Estados Unidos asuma el grueso de la carga de responder al cambio climático.

China y otras naciones en desarrollo deben ayudar a "pagar" la disminución de las emisiones de gases invernadero, señaló Locke esta semana. En anteriores declaraciones el secretario de Comercio había reconocido que la mayor responsabilidad recae sobre Estados Unidos.

Beijing se niega aceptar un límite obligatorio de emisiones de gases invernadero. Su estrategia de lucha contra el cambio climático se basa sobre la mejora de la eficiencia energética y la inversión en energías renovables.

China pasó a ser en 2007 uno de los países que más capital volcó a las tecnologías verdes como la energía solar y la eólica y a la construcción de vehículos eléctricos, entre otras iniciativas.

A numerosos especialistas chinos les preocupa el énfasis que la comunidad internacional ha puesto en proyectos de captura y almacenamiento de dióxido de carbono porque, arguyen, esa tecnología no fue probada en los países ricos. China no debe ser un "laboratorio de energías limpias" del Norte industrializado.

La cumbre del Grupo de los Ocho países más poderosos, realizada en 2007, señaló a China como principal beneficiaria de esa tecnología que permite capturar el dióxido de carbono liberado por las centrales de generación de energía eléctrica que funcionan con combustibles fósil para almacenarlo y evitar que sea liberado a la atmósfera.

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