Aunque Australia sigue comprometida en ayudar a las seis naciones de la Iniciativa del Triángulo de Coral para proteger sus ecosistemas marinos, su estilo de manejo de esa zona no funcionará, según un prestigioso científico de Melbourne.
"No hay una sola receta sobre cómo manejar bien un arrecife, y el modelo de la Gran Barrera de Coral no es exportable a un país pobre", dijo el profesor Terry Hughes, director del muy respetado Centro de Excelencia para los Estudios de los Arrecifes de Coral, del Consejo Australiano de Investigaciones.
El Centro es una asociación de varias importantes universidades y organismos ubicado en la Universidad James Cook.
El futuro de la Gran Barrera de Coral de Australia es incierto: el recalentamiento planetario amenaza con devastarla, mientras que también existen otros peligros como la contaminación, la pesca excesiva y el turismo. No obstante, el bioma sigue en buenas condiciones, comparado con muchos otros sistemas coralinos del mundo.
Para esto es crucial que la Autoridad del Parque Marino de la Gran Barrera de Coral lleve a cabo una amplia protección del lugar.
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Este organismo asesora al gobierno en cuestiones relacionadas con este ecosistema y es responsable de su preservación mediante la delimitación de zonas y planes de manejo, la evaluación de los impactos ambientales y la realización de investigaciones.
Hughes dijo a IPS que la capacidad de Australia de manejar esos entornos marinos lo diferencia de las naciones en desarrollo.
"Australia es en buena medida un país afortunado en lo relativo a tener los recursos para manejar arrecifes y pagar (investigaciones) científicas", señaló.
"Hay un enorme contraste entre las inversiones australianas en ciencia y manejo de arrecifes en comparación con casi cualquier otra parte del mundo, porque la mayoría de los países con arrecifes de coral en los trópicos son países en desarrollo, y simplemente no tienen los recursos que nosotros tenemos", agregó.
Pero la declaración sobre Arrecifes de Coral, Pesquerías y Seguridad Alimentaria de la cumbre de la Iniciativa del Triángulo de Coral realizada en mayo en Manado, Indonesia, sostiene que, donde existe voluntad política, las naciones más pobres también pueden adoptar acciones para proteger sus ambientes marinos para beneficio de las generaciones actuales y futuras.
Indonesia, Filipinas, Malasia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y las islas Salomón —a quienes se llama los Seis del Triángulo del Coral (CT6)— se han comprometido a cooperar para preservar el biodiverso y altamente poblado Triángulo, que abarca unos 5,7 millones de kilómetros cuadrados en Asia sudoriental y Melanesia.
Aunque representa apenas uno por ciento del área de la superficie de la Tierra, el Triángulo alberga a 76 por ciento de las especies coralinas que mantienen la mayor diversidad mundial de vida marina.
Los CT6 han impulsado un Plan Regional de Acción de 10 años para cubrir el manejo de las zonas marinas, las reservas pesqueras y otros recursos, establecer áreas marinas protegidas, introducir planes para adaptarse a los efectos del cambio climático y mejorar el estatus de las especies amenazadas, incluyendo corales, manglares, tortugas marinas, aves y tiburones.
Sin embargo, los ecosistemas coralinos dentro de "la Amazonia de los mares" están bajo una severa presión, como expuso un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la Universidad de Queensland.
La presentación de este informe coincidió con la reunión de la Iniciativa en Manado, que hizo énfasis sobre el impacto del cambio climático en el Triángulo de Coral.
El reporte describe los efectos perjudiciales sobre los entornos marinos del Triángulo causados por la deforestación costera, la pérdida de humedales con fines de desarrollo urbano, prácticas pesqueras destructivas y la mala calidad del agua derivada de la acuicultura, agricultura, saneamiento y otros contaminantes.
También identifica al recalentamiento planetario —que se manifiesta en un aumento de las temperaturas marinas y de la acidificación oceánica— como una importante amenaza para la biodiversidad del Triángulo.
Como los recursos del área son vitales para la supervivencia de 150 millones de personas que residen en las regiones costeras y aledañas del Triángulo de Coral, WWF ha urgido a Australia a apoyar plenamente la Iniciativa.
"Australia ha alcanzado una pericia considerable en materia de conservación, investigaciones científicas y manejo de los arrecifes de coral, y puede jugar un rol importante en la creación de infraestructuras en los países del Triángulo de Coral para proteger estos ambientes marinos fundamentales", dijo Gilly Llewellyn, directora de conservación en el capítulo australiano de WWF.
Actualmente Australia está comprometida en la investigación de ecosistemas marinos en el Triángulo y en la región del Pacífico. El Centro de Excelencia para los Estudios de los Arrecifes de Coral ya trabaja en Filipinas, Indonesia, las islas Salomón y Papúa Nueva Guinea.
"La Iniciativa es nueva y es maravilloso verla, pero los científicos australianos ven esto como una oportunidad para acelerar un compromiso existente. No es como si estuviéramos empezando de cero", dijo Hughes.
Además, de la actual serie de 155 estudiantes de doctorado del Centro, 95 son de la región. Australia fue rápida en comprometerse con una suma inicial de dos millones de dólares australianos (1,6 millones de dólares estadounidenses) para financiar proyectos vitales dentro de la Iniciativa.
Parte de los 300 millones de dólares estadounidenses serán aportados por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), el Banco Asiático de Desarrollo, Estados Unidos y otros socios.
El gobierno del primer ministro Kevin Rudd describe la primera fase de esto como un "plan en marcha" para respaldar al CT6.
"Esta inversión se centrará en áreas donde podemos hacer la mayor contribución, al compartir nuestro conocimiento y apoyar directamente la creación de infraestructura en conservación de biodiversidad marina, reservas pesqueras sostenibles, (así como) proteger a especies marinas vulnerables y dar poder a la comunidad", dijo el ministro de Ambiente Peter Garrett.
El rol de Australia en materia de apoyo al CT6 se origina en una solicitud que le envió el presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono en una reunión de la Iniciativa que tuvo lugar en diciembre de 2007 en Bali.
En esa ocasión pidió asistencia técnica australiana para ayudar a proteger el Triángulo.
Hughes expresó a IPS que Australia tiene que actuar. "Posee una capacidad que la obliga a ser un importante actor en la región del Triángulo de Coral", dijo.
Aunque apoya el punto de vista de que la amenaza que enfrentan los habitantes de las áreas costeras del triángulo requieren un enfoque multilateral, la diversidad de los entornos marinos dentro del Triángulo de Coral significan que no es viable una solución general para el manejo.
"Hay que hacer el estilo de manejo a medida para que funcione en las diferentes regiones", sostuvo Hughes.