MINERÍA-VIETNAM: Alarma por plan de extracción de bauxita

Mientras inversores y críticos se pelean por un ambicioso plan para extraer bauxita en las tierras altas del centro de Vietnam, la vida de los agricultores de té y café de la zona ya se ha vuelto mucho más complicada.

«Las aplanadoras ya pasaron por unas 50 hectáreas de colinas donde había plantaciones de té para ubicar el proyecto de bauxita», informó en abril el periódico estatal Tuoi Tre, desde la central provincia de Lam Dong, lugar de una de las minas.

«Lo mismo ocurrió en las colinas cafetaleras de la (sudoriental) provincia de Dak Nong, pero a mayor escala: la obra puede extenderse a 200 hectáreas», dijo Tuoi Tre sobre el segundo sitio minero.

El plan del gobierno de extraer bauxita para producir aluminio preocupa a ambientalistas y científicos vietnamitas.

«En los últimos años, las tierras altas centrales se dedicaron a las plantaciones agrícolas, pero sus resultados económicos han sido limitados y la vida de los habitantes locales es difícil, con infraestructura de mala calidad y bajo nivel cultural», dijo Nguyen Manh Quan, director del departamento de industrias pesadas del Ministerio de Comercio e Industria (MCI), a los 50 científicos reunidos en un seminario sobre el tema realizado en Hanoi.
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«La bauxita ha sido definida como una fuerza importante para el desarrollo socioeconómico de la región», señaló.

Estos comentarios fueron los últimos de una serie formulados por altos funcionarios del gobernante Partido Comunista desde que el primer ministro Nguyen Tan Dung aprobó una directiva para permitir la extracción y el procesamiento de bauxita a fines de 2007. Se cree que Vietnam tiene la tercera mayor reserva de bauxita del mundo, estimada en 5.500 millones de toneladas.

La directiva permitió que el estatal Grupo de Industrias del Carbón y Minerales de Vietnam (Vinacomin) se sumara a una empresa de riesgo compartido con una compañía china para construir una fábrica de aluminio y abrir operaciones mineras de gran envergadura en las dos provincias del fértil centro del país.

«Cada proyecto producirá 600.000 toneladas de aluminio, creando unos 2.000 puestos de trabajo y generando entre 150 y 200 millones de dólares por año», dijo el presidente de Vinacomin, Doan Van Kien.

Pero muchos científicos, ambientalistas y expertos advierten sobre los impactos negativos de la minería. También alegan que el gobierno está exagerando sus beneficios económicos.

«Ambos proyectos pueden sufrir enormes pérdidas económicas. Un pequeño aumento en los costos o una caída del precio internacional (del aluminio) podría volverlos no rentables muy fácilmente», dijo Nguyen Van Ban, ex director de Vinacomin.

«No sé cuál es la lógica de explotar bauxita ahora y no en los años 80. El gobierno ha dado dos razones económicas: el aumento de la demanda interna de aluminio y su precio cada vez mayor en el mercado mundial», dijo en una entrevista Nguyen Xuan, un estudiante que se especializa en ambiente en la Universidad de Ho Chi Minh.

«Vietnam importa apenas 100.000 toneladas de aluminio al año. El metal siempre está disponible, y su precio, por lo tanto, no puede aumentar significativamente», sostuvo.

Pero el más conocido crítico de los planes ha sido el general Vo Nguyen Giap, uno de los fundadores del Partido Comunista de Vietnam.

En una carta abierta presentada en el seminario, pidió al gobierno que cancelara el proyecto de bauxita.

«Para los intereses nacionales de desarrollo sustentable a largo plazo, la explotación de la bauxita tendrá efectos críticos en materia ambiental, social y de seguridad», señaló allí.

En una misiva dirigida al primer ministro a comienzos de este año, Giap dijo que a principios de los años 80 había controlado un estudio sobre la minería de bauxita en la región junto con expertos soviéticos. En ese momento, los expertos aconsejaron no realizar el proyecto a causa del «riesgo de serio daño ecológico», señaló.

Otros han alegado que la minería destruirá vastas áreas boscosas y cultivadas, y creará montañas de residuos tóxicos.

Los cultivadores de té de la provincia de Lam Dong ya han atestiguado los impactos negativos de los proyectos mineros.

«No sé qué clase de beneficio obtendré del proyecto, pero es lamentable mirar estas colinas despojadas de plantaciones de té», dijo a los periodistas Vu Van Bay, un agricultor local cuyas tierras fueron tomadas para la mina.

El buscó otra zona adecuada para cultivar, pero «no es fácil, porque aquí el agua es muy escasa».

El área tiene un gran lago del que los agricultores bombean agua para irrigar sus plantaciones de té y café.

La empresa que explotará la bauxita planea usar el lago para almacenar «lodo rojo», nombre de los desechos tóxicos de esta minería.

«No habrá más lago. Nuestros socios chinos dragarán el lago y lo convertirán en un depósito de lodo rojo», dijo a la prensa Le Viet Quang, director de Lam Dong Bauxite, una subsidiaria de Vinacomin, que se encarga de la extracción del mineral.

Nguyen Thanh Son, experto en minería y director de Red River Energy, otra subsidiaria de Vinacomin, es uno de los más feroces oponentes al plan de la bauxita de su grupo.

«¿Por qué estamos convirtiendo un área económicamente productiva en una mina a cielo abierto?», planteó Son. Para las inversiones planificadas, la renta esperable de la minería de bauxita es mucho menor que la del cultivo de café, sostuvo.

«Luego que se extraigan los minerales de bauxita, el suelo ya no será adecuado para cultivar» sin una amplia remediación, agregó.

Representantes de Vinacomin alegan que estos impactos negativos serán minimizados por el uso de moderna tecnología china, pese a que explotaciones con el mismo equipamiento fueron clausuradas por el gobierno de ese país, por razones ambientales.

Son dijo que la minería de bauxita y la producción de aluminio requerirán mucha agua, y que se contaminarán los recursos hídricos de la región, que ya carece de agua suficiente para sus cultivos industriales.

Los expertos creen que las fuentes de agua subterránea en las tierras altas son limitadas, y que ya han caído significativamente en la última década debido a la intensa irrigación.

«El lodo rojo es muy peligroso para el ambiente porque 70 por ciento es hidróxido de sodio. La única solución es enterrarlo o guardarlo en depósitos cerrados», dijo Son.

Las colinas de las tierras altas centrales suman dificultades para ese tipo de confinamiento. Una gran cantidad de residuos puede colapsar cualquier depósito y convertirse en un desastre ambiental.

«Si no hay una forma segura de guardarlo, el lodo rojo puede desbordarse y filtrarse en el suelo, o ser arrastrado por las lluvias hacia los ríos de las tierras altas centrales y de allí bajar hacia la zona sur e Vietnam», señaló Son.

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