Tres proyectos de ley presentados en la Knseet, el parlamento unicameral de Israel, han causado indignación entre la minoría árabe.
"Revelan un obsceno y peligroso ataque a los derechos individuales y colectivos de los ciudadanos palestinos", señaló en un comunicado de prensa el Centro BADIL de Recursos para Derechos de Residencia y Refugio Palestinos en Israel.
Uno de los proyectos busca prohibir que se considere día de luto el aniversario nacional israelí, el 15 de mayo, y otro impedir que se niegue la existencia de Israel como Estado judío y democrático.
Un tercer proyecto requeriría a todos los ciudadanos israelíes, incluyendo a los árabes o de descendencia palestina, que firmen juramentos de lealtad al Estado, su bandera y su himno nacional, así como a realizar servicio militar o civil.
El primer proyecto pasó su primera prueba al ser aprobado por el comité ministerial de la Knesset, pero fue luego suavizado. El texto prohibía a los israelíes árabes conmemorar la Nakba, o "catástrofe", día de luto por la creación del Estado israelí. El castigo podría ser de hasta tres años de prisión.
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Cuando se creó el Estado de Israel en 1948, cientos de miles de palestinos fueron desplazados de sus casas y aldeas. Más de 500 localidades fueron arrasadas para construir ciudades o colonias judías.
En la Nakba, los palestinos en los territorios ocupados y sus hermanos árabes israelíes marchan en las aldeas destruidas en recuerdo de su expulsión étnica.
El proyecto de ley contra la Nakba fue formulado por el partido de ultraderecha Yisrael Beiteinu, del ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman. Este ministro ha sido criticado por haber defendido la expulsión de algunos árabes de las aldeas en el norte de Israel.
Después de que se tomaron en cuenta las consideraciones legales, el proyecto fue suavizado para prohibir que se destinen fondos estatales para organizar celebraciones de Nakba.
El proyecto desató la indignación del Comité Superior Árabe de Vigilancia, organización política que integra a miembros árabes de la Knesset, jefes de consejos locales y representantes de la comunidad árabe en general.
El Comité, que coordina las acciones políticas de varios organismos árabe-israelíes, realizó una reunión de emergencia y concluyó que el proyecto de ley aprobado y otros presentados "irían contra la libertad de expresión y agravarían el extremismo, así como la división de los ciudadanos israelíes entre judíos y descendientes de árabes".
El pleno del Knesset también dio su aprobación inicial a un proyecto que convertiría en delito negar públicamente el derecho de Israel a existir como Estado, y que podría ser castigado con hasta un año de prisión.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP), que controla Cisjordania, los ciudadanos árabes israelíes y la Liga Árabe han reconocido al Estado de Israel, pero arguyen que reconocer su carácter judío va contra las legítimas aspiraciones civiles de las minorías y de los refugiados palestinos a volver a su tierra.
Otro proyecto, que hubiera requerido a todos los ciudadanos israelíes jurar lealtad a los valores sionistas del Estado, fue desechado por el comité ministerial de la Knesset.
El Comité Superior Árabe calificó estas iniciativas de "propuestas racistas y fascistas contra el público árabe en Israel".
"Los proyectos requieren a la minoría árabe que niegue su historia y su identidad, por un lado, y que se identifique con los valores sionistas y niegue su identidad nacional, por otra", escribió el presidente del Comité, Mohammad Zeidan, en una carta de protesta al gobierno israelí.
Los esfuerzos para aprobar estas leyes discriminatorias llegaron en el marco de una campaña ultraderechista por presentar a la comunidad árabe como una "bomba de tiempo demográfica".
Yuval Diskin, director del Servicio de Seguridad General de Israel, sostuvo que las demandas de igualdad de las minorías constituían un "peligro estratégico para el Estado" que debía ser frustrado "incluso si su actividad es realizada a través de medios democráticos".