IRÁN: Furia represiva contra disidentes y la prensa

Once días después de las elecciones en Irán, cuyo resultado oficial es disputado en las calles por la disidencia, el gobierno del reelecto presidente Mahmoud Ahmadineyad se dedica a arrestar a opositores, periodistas y activistas de derechos humanos.

Cadena humana de mujeres contra las fuerzas represivas del régimen iraní Crédito: faramarz/flickr/creative commons
Cadena humana de mujeres contra las fuerzas represivas del régimen iraní Crédito: faramarz/flickr/creative commons
Los espacios públicos de Teherán, la capital, y de otras ciudades fueron el lunes escenario de más choques violentos entre manifestantes y fuerzas de seguridad del gobierno y milicias oficialistas.

La plaza teheraní Haft-e Tir fue ocupada por las fuerzas armadas y milicianos de civil del Basij, cuerpo paramilitar del régimen, montando motocicletas. Este panorama dio aliento a especulaciones sobre un golpe militar de Estado en ciernes.

Diversas versiones que circulan en la capital indican que se intensifica la lucha interna entre clérigos y entre facciones políticas del régimen islamista, mientras figuras políticas del ala reformista son sometidas a arresto, así como cientos de simples manifestantes.

Las restricciones a la actividad de la prensa tornó casi imposible verificar de manera independiente los incidentes de violencia y las detenciones.
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Fuentes del gobierno indicaron que 475 personas han sido arrestadas hasta ahora. Pero Radio Zamaneh, que emite sus programas en farsi desde Holanda y a través de Internet, elevó esa cantidad a 800, basándose sobre versiones publicadas en propios medios de prensa iraníes.

Entre los arrestados se ha identificado a 28 dirigentes reformistas, 20 de ellos pertenecientes a las campañas de dos candidatos presidenciales derrotados, el ex primer ministro Mir Hossein Mousavi y el ex presidente del Majlis (parlamento) Mehdi Karroubi.

Las autoridades también detuvieron a estrechos colaboradores del ex presidente Mohammed Jatami (1997-2005), del campo reformista, incluido el ex vicepresidente Mohammad Ali Abatí, el alto funcionario electoral de ese periodo Mostaza Tayzadeh, y Saied Hayyarian

Antiguo asesor de Jatami, Hayyarian sufre una grave parálisis desde que desconocidos intentaron asesinarlo en 2000 y requiere atención médica continua.

También habría sido detenido el ex gobernador de la provincia de Kurdistán Abdolah Ramezanzadeh, así como 18 dirigentes del principal sector reformista, el Frente de Participación, y 20 dirigentes del nacionalista Movimiento Libertad

Informes conocidos en Teherán dan cuenta del arresto de 114 activistas políticos y 100 estudiantiles en las grandes ciudades del interior, como Tabriz y Qazvin.

La lista de detenidos incluye también activistas muy conocidos en Irán, como el presidente del Sindicato de Profesores, Alireza Hashemi, el abogado de derechos humanos Abdul-Fatah Soltani y los periodistas independientes Keyvan Samimi y Reza Tajik.

Soltani, Tajik y Samimi participan en el Centro de Defensores de los Derechos Humanos que lidera la premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi, y que fue clausurado por las autoridades, y también en el Comité sobre Detenciones Arbitrarias creado por varias organizaciones de derechos humanos.

"Las voces de Soltani y Tajik son muy importantes en la comunidad de los derechos humanos. Sus arrestos tienen el evidente objetivo de impedir que informen" al exterior, dijo Hadi Ghaemi, de la Campaña para los Derechos Humanos en Irán con sede en Nueva York.

"Ahora, con tantos detenidos incomunicados, tememos que sufran torturas y maltrato", advirtió Ghaemi.

Ebadi y sus compañeros sufrían un intenso acoso aun antes de las elecciones. La oficina de su organización fue requisada y clausurada por agentes de seguridad en diciembre pasado.

La abogada promovía la creación de mecanismos que aseguraran la transparencia en las elecciones del 12 de este mes.

Luego de anunciados los resultados oficiales de los comicios, el Centro de Defensores de los Derechos Humanos llamó a convocar de nuevo a la ciudadanía a las urnas, tal como había reclamado poco antes Mousavi, el principal candidato opositor.

"El gobierno intenta frenar el libre flujo de información y noticias", dijo Reza Moini, de la organización defensora de la libertad de prensa Reporteros sin Fronteras, con sede en París. "Por eso expulsan a los periodistas extranjeros y encarcelan a los iraníes."

Desde el día 13 fueron arrestados 23 periodistas, aseguró Moini. Entre ellos figuran Mohammad Ghoochani, director del diario Etemad-e Melli, y los independientes Ahmad Zeidabadi, Mahsa Amrabadi, Jila Baniyaghboub y Bahman Ahmadi Amoui. Etemad-e Melli está vinculado con Karroubi y con Rajab Ali Mazroui, presidente de la Asociación de Periodistas de Irán.

La ola de arrestos no se limita a la capital. Mojtaba Mohsen Pour fue detenido en Rasht, Ruhollah Shahsavar en Mashad y Mashallah Heydarzadeh y Hamideh Maahozi en Bushehr.

También sufrió arresto el periodista iraní-canadiense Maziar Bahari, colaborador de la revista estadounidense Newsweek, quien cubría las elecciones.

"Algunos de estos periodistas están sometidos a severas presiones en la cárcel y su situación es extremadamente preocupante", alertó Moini. "Los funcionarios judiciales y en la cárcel de Evin no son confiables y no brindan a las familias información sobre la situación de los detenidos."

Muchos arrestos fueron efectuados por oficiales con vínculos poco claros con las agencias de seguridad del Estado. En muchos casos no presentaron órdenes de detención. Los funcionarios judiciales y carcelarios no hacen esfuerzos por explicar los arrestos o de asumir las responsabilidades de cada caso.

Las viviendas de muchos detenidos han sido registradas y requisadas propiedades personales, entre ellas computadoras.

"Los arrestados no han sido sometidos a proceso judicial y carecen de acceso a abogados y de contacto con sus familiares. Eso demuestra de que está en curso un proceso extrajudicial que puede derivar en desastrosas violaciones de derechos humanos", advirtió Ghaemi. La ex legisladora reformista Fatemeh Haghighatjoo, hoy exiliada, dijo a IPS que los activistas son arrestados "porque son vistos como los organizadores de las protestas" cuyo fin pretenden, y "para que confiesen haber actuado como agentes de poderes extranjeros que intentan voltear al gobierno islámico".

Las primeras acusaciones de interferencia extranjera tras las elecciones fueron emitidas el viernes por el líder supremo, ayatolá Ali Jamenei, en un sermón en la Universidad de Teherán. La televisión estatal y funcionarios cercanos al presidente Ahmadineyad hicieron acusaciones similares.

Pero activistas disidentes e incluso algunos destacados clérigos rechazan esas acusaciones, a las que califican de insulto a los manifestantes.

En lo que pareció una levemente velada crítica al discurso de Jamenei sobre una "intervención extranjera" para anular las elecciones, agregó: "Cuán injustos son quienes, en pos de sus metas triviales, atribuyen el milagro de la Revolución Islámica a una conspiración concebida y diseñada desde el exterior, una 'revolución de terciopelo'."

"Si la alta proporción de fraude electoral, que socavó la confianza del pueblo, es mencionado como confirmación de transparencia electoral, la concepción republicana del Estado será socavada, y quedará confirmada la creencia de que el Islam y la república no pueden coexistir", advirtió Mousavi.

Esas palabras parecían aludir a las de Jamenei, quien en su discurso del viernes sostuvo que la diferencia de 11 millones de votos entre Ahmadineyad y Mousavi, según el escrutinio oficial, constituía una evidencia sólida de la transparencia y justicia del acto electoral.

Faezeh Hashemi, hija del ayatolá Ali Akbar Ashemi Rafsanjani, ex presidente y rival de Jamenei, fue, según versiones coincidentes, arrestada brevemente junto con otros cuatro miembros de su familia.

Rafsanjani preside la Asamblea de Expertos y el Consejo de Conveniencia, dos poderosos cuerpos clericales del régimen islamista, y desde la ciudad sagrada de Qom, sede de ambos órganos, intenta consolidar la oposición de los imanes a Jamenei.

La Asamblea de Expertos de 86 miembros, todos ellos líderes religiosos de gran predicamento, es la encargada de nombrar al líder supremo y, en teoría, tiene poder suficiente para destituirlo.

El arresto de la hija de Rafsanjani fue diferente de los otros, "con los que se pretende frenar las protestas y el disenso". "La detención de Faezeh Hashemi es un toque de alerta para Rafsanjani", sostuvo Haghighatjoo.

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