La calidad de vida de los niños y niñas de Estados Unidos se deteriorará para 2010 debido al impacto de la crisis financiera, alerta un informe de la Fundación para el Desarrollo Infantil.
Según el estudio, los avances en la calidad de vida de ese sector de la población de Estados Unidos han fluctuado desde 2002, y comenzaron a decaer en 2008, a consecuencia de la recesión.
El Índice de Bienestar de Niños y Jóvenes es una medida anual de tendencias que se elabora en base a evidencias recabadas en un cierto periodo. Hace un seguimiento de los cambios producidos, en comparación con valores de 1975.
Abarca a niños y niñas desde su nacimiento hasta los 18 años, y lo realiza la Fundación para el Desarrollo de la Infancia y el Proyecto Índice de Bienestar de Niños y Jóvenes de la Universidad de Duke.
Este año, el Proyecto también produjo un informe especial con proyecciones sobre el impacto de la recesión en el bienestar infantil hasta 2010, en base al análisis de crisis anteriores.
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En este sentido, "Estados Unidos está haciendo un trabajo realmente malo respecto de otros países", dijo Reihan Salam, de The New America Foundation.
Según el Índice, presentado el miércoles, aunque se pronostica que la recesión finalizará en 2010, no se prevé que el bienestar de los niños mejore durante ese periodo.
Se avizora que la relación de niños y niñas que viven en la pobreza llegará a un máximo de 21 por ciento, y que más de ocho millones, o 27 por ciento, tendrán por lo menos a uno de sus padres trabajando a tiempo completo durante todo el año en 2010.
El estudio también prevé que el ingreso anual familiar pase de 59.200 dólares en 2007 a unos 55.700 dólares en 2010. Para las familias donde la mujer es jefa de hogar, el ingreso medio anual se reducirá de 24.050 dólares a 23.000 dólares.
El impacto más severo lo padecerán las familias donde el jefe de hogar es el hombre. Allí, el ingreso medio anual disminuirá de 38.100 dólares a 33.300 dólares. Esto puede atribuirse a la mayor pérdida de puestos laborales masculinos durante la recesión, según Kenneth C. Land, coordinador de proyecto del Índice.
Los niños estadounidenses pobres pertenecientes a las comunidades negra y latinoamericana serán más afectados por la crisis económica que sus pares blancos.
Aunque se espera que el efecto general de la recesión sobre el bienestar infantil sea similar al causado por crisis previas, la actual generará varias tendencias únicas, según el Índice.
Durante las recesiones, la movilidad residencial de los niños normalmente se reduce. Pero a raíz de la severidad de la crisis de viviendas asociada a la actual, habrá un aumento de la movilidad de las familias de bajos ingresos, que al perder su casa se mudan o quedan sin techo. Por esta causa, se verán perjudicadas las relaciones sociales de los niños con sus pares y con el resto del vecindario.
También, se prevé que se dispare la obesidad infantil, que ha aumentado durante varios años, dado que la recesión lleva a los padres a depender de alimentos más baratos, de elaboración rápida, que a menudo no son sanos.
Como en las crisis se recorta el presupuesto asignado a controles policiales y prevención del delito juvenil, el estudio pronostica que la seguridad de los niños y su comportamiento empeorarán, debido a un aumento de los delitos violentos donde los jóvenes serán tanto víctimas como perpetradores.
Se prevé un incremento de los suicidios de niños y niñas entre los 10 y 19 años, pero Land señaló que esto se contrarrestará con un aumento de la participación en los servicios religiosos y de la importancia de la fe, lo que ha sido característico de recesiones pasadas.
El Índice está basado en una combinación de 28 indicadores clave de bienestar, como la proporción de pobreza, mortalidad, puntajes en pruebas de lectura y asistencia semanal a servicios religiosos.
Estos factores están agrupados en siete dominios relativos a la calidad de vida, que incluyen bienestar económico, salud, seguridad, logros educativos, vínculos comunitarios, relaciones sociales y bienestar emocional y espiritual.
El informe actual contiene actualizaciones de casi todos los indicadores para 2006 y 2007, y hay tres disponibles para 2008.
Al año 1975, base del estudio, se le da el valor de 100. A los años posteriores se les asignan valores según cambios en los indicadores clave. En 2007, el Índice parcialmente proyectado fue de 103,17, mejorando en comparación con el 102,20 de 2006. Para 2008, se espera una reducción a 103,07.
El indicador relativo a los seguros de salud será el menos perjudicado por la crisis económica. El informe pronostica que la cantidad total de niños con esos seguros permanecerá justo por debajo de 90 por ciento en 2010, debido a que las políticas de seguros de salud del gobierno brindarán una red de seguridad pública para los niños con probabilidades de perder la cobertura privada.
Algunos tienen esperanzas de que el gobierno del presidente Barack Obama —quien parece centrarse en el bienestar y la educación de los niños— revierta esta tendencia.
"Es importante recordar que por primera vez en mucho tiempo tenemos una persona que lo comprende", dijo Barbara Bowman, asesora de la Secretaría de Educación de Estados Unidos, elogiando a Obama por entender "la importancia de los cuidados y la educación en la primera infancia".
Sin embargo, "hay una continua reticencia a ver a los niños pequeños como educandos", advirtió.
Esto ha hecho que "el sistema educativo piense que la vida comienza a los nueve años", generando resistencias a "invertir las clases de recursos que necesitamos en la educación y los cuidados en la primera infancia", sostuvo Bowman.
El Índice predice que la conexión que los niños tienen con sus comunidades será perjudicada por un declive en las inscripciones en escuelas preescolares que atienden a un público de entre tres y cuatro años.
"Actualmente, los niños son una especie amenazada en la sociedad estadounidense", opinó Ruby Takanashi, presidenta de la Fundación para el Desarrollo del Niño.
Menos de 30 por ciento de las familias estadounidenses tienen hijos menores de 18 años, agregó.
Si la recesión actual resulta como las anteriores, habrá una postergación de la maternidad, lo que causará una reducción aún mayor en la cantidad de niños, según Salam.