El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la secretaria de Estado (canciller), Hillary Rodham Clinton, y el enviado especial a Medio Oriente, George Mitchell, trabajan firmemente desde enero en su estrategia para lograr un completo y sostenible acuerdo de paz entre árabes e israelíes.
Y ahora cuentan además con el apoyo de una influyente figura: el ex presidente Jimmy Carter (1977-1981). Como Mitchell, acaba de regresar de una intensa gira por Medio Oriente.
IPS pudo saber que, el jueves, Carter hizo una reseña a funcionarios del gobierno de Obama sobre los resultados de su visita.
A diferencia de Mitchell, Carter visitó Gaza, donde pudo ver de primera mano los grandes daños causados por la última ofensiva israelí en diciembre y enero.
El ex mandatario se reunió con líderes en Gaza, Cisjordania y Siria, mientras que en Israel se entrevistó con el gabinete de seguridad y con el prominente líder colono Shaul Goldstein.
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A nivel oficial, la secretaria Clinton se mantuvo notablemente firme esta semana en la demanda a Israel para que congele la construcción de asentamientos en los territorios palestinos ocupados, rechazando las sugerencias de funcionarios israelíes de que debía haber una excepción para lo que consideran "crecimiento natural" de colonias.
El jueves también se divulgó la noticia de que, a fines de mayo, el gobierno de Obama envió una firme y formal "nota diplomática" a Israel protestando por el severo cerco que mantiene sobre los 1,5 millones habitantes de Gaza, y exigiendo que se permitiera el ingreso de más artículos esenciales.
Un periodista del diario israelí Haaretz informó que la nota estadounidense pedía la entrada de alimentos, medicinas y dinero a Gaza, así como materiales de construcción básicos que se necesitan urgentemente para reconstruir las miles de casas y otras estructuras destruidas en la última guerra.
La campaña de Washington contra la construcción de nuevas colonias judías ha sido sostenida y clara desde hace algunos meses, aunque críticos señalan que el discurso aún no ha sido acompañado por medidas para hacer responsable a Israel.
Al añadir la situación de Gaza a su lista de expresas preocupaciones, Washington pareció en mayo acercarse a un gran diferendo con el gobierno israelí sobre el proceso de paz.
Un ex alto funcionario estadounidense que por muchos años presionó para una mayor acción de su país en Medio Oriente dijo a IPS que Obama debió haber actuado más rápido y avanzado aun más para vencer al "gran" desafío de un acuerdo de paz final entre Israel y sus tres vecinos árabes con los que mantiene serios conflictos: Palestina, Siria y Líbano.
Pero la fuente sostuvo que el mandatario seguramente había juzgado más conveniente un enfoque "lento y firme".
"De hecho, el buen respaldo con el que cuenta el presidente en su país por su política árabe-israelí parece afirmarse e incluso crecer. Entonces, quizás su estrategia está funcionando bien después de todo", admitió.
Carter ha también trabajado incansablemente durante décadas por una paz árabe-israelí. El miércoles, el ex presidente de 84 años culminó una extenuante gira de dos semanas por Líbano, Siria, Israel, Cisjordania y Gaza.
Un día después de su regreso, se reunió con funcionarios de Washington. Ese encuentro marcó el cambio de la relevancia y del estatus de Carter en la era de Obama. Las visitas que hizo a Medio Oriente durante el gobierno de George W. Bush (2001-2009) fueron apenas toleradas por esa administración, con la que se mantuvo distante.
En su última visita a Líbano, el ex mandatario presidió un equipo de 60 observadores enviados por el Centro Carter, que fundó y aún preside, para seguir de cerca las elecciones en ese país la semana pasada.
Robert Pastor, asesor del Centro Carter, dijo a IPS que tanto la misión de observadores como las propias elecciones funcionaron correctamente. "Si todos los partidos aceptan el resultado de una votación, eso la hace exitosa", indicó.
Pastor, quien ha organizado y presidido decenas de misiones de observación en elecciones de todo el mundo durante 25 años con el Centro Carter, dijo a IPS que ahora está plenamente convencido de que el chiita Hezbolá (Partido de Dios) "está más comprometido con el proceso político libanés que con mantener sus hostilidades contra Israel".
En Siria, Carter y Pastor se reunieron con el presidente Bashar al Assad y con otros funcionarios. Pastor sostuvo que esos encuentros, como los de Mitchell con el mandatario sirio poco después, ayudaron a identificar las vías para mejorar las dañadas relaciones entre los dos países. Pero fue en las reuniones que Carter tuvo en Damasco con el jefe de Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica), Khaled Meshaal, y en Gaza con el electo primer ministro Ismail Haniyyeh, también de ese grupo, donde se trataron los temas más polémicos de todo su itinerario.
El ex presidente estadounidense se había reunido antes con Meshaal en Damasco al menos dos veces. Luego, en 2006, él y Pastor encabezaron una misión del Centro Carter para supervisar las elecciones parlamentarias palestinas en Cisjordania y Gaza.
Esas fueron las primeras elecciones palestinas en las que participó Hamás, que al igual que Hezbolá aún integra la "lista de terroristas" del Departamento de Estado. Todos los equipos de observadores concluyeron que los comicios habían sido libres y justos, y que Hamás había ganado.
Sin embargo, Israel y la administración de Bush se negaron a negociar con el gobierno electo. Los israelíes, con fuerte respaldo de Washington, impusieron su cerco a Gaza.
En abril de 2008, Carter y Pastor sirvieron de nexo para importantes mensajes entre Hamás e Israel que ayudaron a promover un acuerdo para un cese del fuego de seis meses y que entró en vigencia dos meses después. Se mantuvo exitosamente hasta noviembre, pero no ha sido renovado.
* Helena Cobban es una experta analista y escritora sobre Medio Oriente. Su blog es: www.JustWorldNews.org