El argentino Pablo Dreyfus, quien viajaba en el avión accidentado de Air France, era uno de los más reconocidos especialistas internacionales en control ciudadano de armas de fuego, en particular en la creación de líneas de investigación y modelos de aplicación en América Latina.
Dreyfus, a quién IPS entrevistaba seguido como fuente ineludible cuando el asunto tratado era desarme o contrabando de armas, era uno de los 228 pasajeros del vuelo 447 de Air France que el domingo cayó en el océano Pacífico tras partir de Río de Janeiro con destino a París.
Coordinador de investigaciones del programa de desarme de la organización no gubernamental Viva Río, viajaba junto a su esposa, la socióloga brasileña Ana Carolina Rodrigues, que también se dedicaba a proyectos de prevención de violencia en la misma institución.
La llegada de Dreyfus a Brasil no fue casual. Alertado de que este país es uno de los más violentos del mundo, "nos buscó en Viva Río para decirnos que quería poner su conocimiento al servicio de reducir la violencia aquí", recuerda en entrevista con IPS Antonio Rangel, coordinador del Programa de Control de Armas de esa organización.
Rangel, quine además de colega de trabajo era amigo de Dreyfus, recuerda que su trabajo fue "fundamental en Brasil para reducir la violencia ciudadana".
Con uno de los mas altos índices del mundo en cantidad de muertes por armas de fuego, que llegan a 94 por día, el gobierno del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva impulsó en el Congreso legislativo la aprobación de un Estatuto de Desarme, considerado uno de los más avanzados del mundo.
En vigor desde 2003 y después de una larga batalla que movilizó a la sociedad civil brasileña, el estatuto restringió el porte de armas sólo para profesionales de la seguridad pública y de las Fuerzas Armadas, además de funcionarios de empresas privadas que transportan valores y a entidades deportivas que disputan competencias de tiro.
Según Rangel, la colaboración de Dreyfus fue "decisiva" para la elaboración de ese estatuto que tomó como base "artículos enteros escritos por Pablo".
"Su teoría fue muy importante para el Congreso brasileño, porque Pablo tenía de hecho conocimientos muy avanzados sobre la cuestión de cómo enfrentar el trafico ilícito de armas, por ejemplo", destacó Rangel.
Cientista político como graduación inicial y con un doctorado en Suiza sobre el tráfico de drogas y armas en América Latina, Dreyfus dominaba un tema que según Rangel lo hacen pocos, "porque la cuestión de la violencia urbana y la preocupación con armas es un fenómeno reciente.
En ese sentido, el aporte del experto de origen argentino fue también "importantísima" en la campaña de canje voluntario de armas de fuego en Brasil.
Gracias a esa campaña, que estipuló un precio a cambio de cada arma entregada, el gobierno, y previa amnistía decretada, recogió medio millón de armas entre 2004 y 2005.
Y según Rangel, los argumentos que convencieron a muchos brasileños a participar de esa campaña fueron "generados por los estudios de Pablo".
"Pablo iba a la televisión de Brasil a explicar el riesgo que es tener un arma en su hogar. Uno piensa apenas en el aspecto de defensa de la familia, pero se olvida como el arma se presta mucho más a suicidios, accidentes con hijos, crímenes pasionales…", observa Rangel.
Según datos oficiales, el estatuto de desarme, combinado con la campaña, se evitaron unas 6.000 muertes en los últimos cinco años.
"Pablo convencía porque se basaba en datos científicos en sus investigaciones", recuerda Rangel
"Él fue la persona que hizo posible esas medidas tan avanzadas, más que muchos países de Europa y de América del Norte inclusive, porque confrontaba todo ese romanticismo, esa visión antigua que se tiene sobre las armas en los países rurales, al de una realidad avanzada, de una sociedad urbana en que el arma se convierte más en un factor de riesgo que de protección", agregó.
El estatuto de desarme, según Viva Río, se convirtió en un ejemplo para el mundo. Inclusive llama la atención que la campaña brasileña de canje de armas inspiró "mucho" a la realizada en Argentina.
Rangel destaca que paralelamente a su trabajo en Brasil y en otros países de la región, como Paraguay, Dreyfus "tampoco se olvidó nunca de Argentina".
El responsable del programa de desarme de Viva Río lo acompañó personalmente en toda una investigación que realizó un año atrás en la oriental provincia argentina de Buenos Aires, donde asesoró al gobierno local sobre la situación del tráfico ilícito y desvío de armas.
También se preparaba para asesorar al gobierno de Angola para combatir la proliferación de armas oriundas de la guerra civil, y realizaba estudios sobre el tema en América Central.
"Es decir que ha hecho todo un estudio que ha sido publicado en Argentina, para orientar a la policía sobre como enfrentar el tráfico ilícito", puntualiza.
Dreyfus, quien era miembro de la International Action Network on Small Armas Control (Inasa) viajaba precisamente en el vuelo 447 de Air France, inicialmente como escala para conexión a Zurich, porque en Suiza se publica la principal publicación de armas del mundo, Small Arms Survey, y el era uno de los principales editores.
"Es una publicación que sale todos los años como la Biblia de los que quieren entender la cuestión de armas y municiones, explicó Rangel.
Dreyfus conocía muy bien París pues era de origen francés y, según recuerda Rangel, descendiente de Alfred Dreyfus, el militar judío víctima de un caso de discriminación al punto de que lo llevó a la cárcel y que hiciera célebre el escritor Emile Zola.
"Él estaba muy cansado, trabajaba de manera ininterrumpida y a la vuelta me había dicho que quería pasar unos días en París para descansar y hacerle conocer la ciudad a su esposa. Esa fue la motivación de su viaje", dice al considerar la tragedia "una ironía".
Aunque no se tienen informaciones definitivas al respecto, la posibilidad de que haya supervivientes de la tragedia aérea es prácticamente nula. Por eso Viva Río quiere homenajear a su colega con la difusión dentro de 10 días de una investigación realizada por Dreyfus y su equipo, su último trabajo.
Se trata de una investigación "muy importante", realizada a pedido del Ministerio de Justicia de Brasil, con un ranking sobre la aplicación en cada uno de los 27 estados brasileños de la Ley de Armas.
La investigación determina que gobiernos provinciales y cuales no están cumpliendo la ley, para posteriormente orientar al gobierno federal como orientar sus recursos de seguridad en cada estado.
"Es un modelo creado por él mismo que ya copian otros países", que precisamente Rangel presentaría en Barbados, en una reunión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y cuyo viaje postergó porque fue el mismo día que se conoció la desaparición del avión en que viajaba Dreyfus.
"Precisamente, la importancia del trabajo de Pablo está en esto", analiza el experto de Viva Río.
"Es un área de investigación muy reciente, con muy poca metodología y él la estaba inventando, estableciendo maneras de permitir que el gobierno controle mejor las armas, y maneras de combatir el tráfico ilícito de armas y la criminalidad, y en esto era muy original", añade
Actualmente hay 20 proyectos en tramitación en la Cámara de Diputados que intenta flexibilizar la ley de armas.
En homenaje a Dreyfus y su mujer, las organizaciones pro desarme como Viva Río piden mas movilización de la sociedad civil para impedirlo
Estudios de la ONU de 1998, dicen que, aunque Brasil responde aproximadamente por tres por ciento de la población mundial, al mismo tiempo responde por ocho por ciento de las muertes de armas de fuego en el mundo
Otros estudios del Instituto de Estudios Religiosos y Sociales (ISER) estima que el número total de armas en circulación en Brasil sea de de 17,5 millones.
Apenas 10 por ciento de esas armas pertenecen al Estado, o sea 90 por ciento está en manos de civiles.
Su esposa Ana Carolina Rodrigues, con quien estaba casado hace dos años y según Rangel "quería tener muchos hijos", estaba terminando su doctorado de sociología. Ella en Viva Río se dedicaba a rescatar jóvenes que estaban involucrados en crímenes en las favelas (barrios hacinados) de Río de Janeiro, "a proteger a los jóvenes de la violencia".
Rangel recuerda que Rodrigues coordinaba un trabajo con mas de 1.000 jóvenes que estaban en situación de riesgo para alentarlos "a salir del crimen, volvieran a estudiar.
Dos jóvenes según destaca "idealistas y ejemplares, dedicados a crear un mundo mejor".
