SRI LANKA: Urge ayuda humanitaria y reconciliación, alerta ONU

Asistir a las personas desplazadas por el conflicto de Sri Lanka e impulsar la reconciliación con los insurgentes Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE) son los principales objetivos fijados por la ONU en ese país asiático.

Un grupo de funcionarios del foro mundial, entre los que estaba el secretario general, Ban Ki-moon, regresaron de Sri Lanka el martes, donde mantuvieron reuniones con autoridades e inspeccionaron la zona de conflicto.

El 17 de este mes, el gobierno anunció la derrota de los insurgentes Tigres tamiles, tras 26 años de guerra civil y de casi dos de campaña intensa por parte de las fuerzas regulares del gobierno.

Sri Lanka tiene unos 21 millones de habitantes, alrededor de 74 por ciento de los cuales pertenecen a la etnia cingalesa, la mayoría budista, y 18 por ciento a la etnia tamil, proveniente del sur de India y que practica el hinduismo.

El equipo de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) visitó los campamentos donde actualmente residen al menos 300.000 civiles, quienes acudieron en masa en busca de refugio tras el anuncio de la derrota del LTTE, que luchaba por la autonomía territorial en el norte y este de ese país insular.
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"Ahora tenemos que asegurarnos de cubrir lo mejor posible las necesidades de los civiles desplazados", señaló el coordinador de la asistencia de emergencia de la ONU, John Holmes.

Las tiendas de campaña están hacinadas, y es necesario subsanar de forma inmediata la falta de agua y de saneamiento, según el equipo de la ONU. La comida disponible cubre los requisitos alimentarios básicos, pero por poco.

"Las condiciones del campamento no se ajustan a los estándares de la ONU, pero esperamos que mejoren", indicó Holmes.

Él y otros funcionarios no quisieron mencionar la cantidad de personas que hay en los campamentos.

Uno de los problemas más importantes es la dificultad de desplazamiento de los trabajadores de la ONU y de otras organizaciones. El personal humanitario puede ingresar a los campamentos sin problemas, pero no sus vehículos.

El hecho esconde una situación delicada a juzgar por las dificultades que tuvo el subsecretario general para asuntos políticos, Lynn Pasco, para explicar las causas. Al parecer, las objeciones son varias, desde la contaminación y el polvo que generan los camiones de la ONU hasta acusaciones de que fueron usados para sacar personas del campamento de forma ilegal.

"El asunto es cuántos vehículos pueden ingresar y en qué condiciones, pero los trabajadores humanitarios no pueden hacer su trabajo de forma adecuada sin libertad de desplazamiento", añadió Holmes.

Se propuso la alternativa de usar bicicletas y motocicletas para atender los problemas de contaminación, pero el equipo de la ONU no quiso hacer comentarios al respecto.

La población local asegura que el gobierno detiene a personas que no residen en la zona del conflicto para investigar si son miembros del LTTE. Además, trabajadores humanitarios indicaron que niños y niñas tamiles fueron secuestrados por fuerzas pro-gubernamentales.

Holmes sólo indicó que no era posible detener a personas que no fueran de la zona de conflicto porque "toda el área era una zona de conflicto", pero no dio más detalles "Por ahora concedemos al gobierno el beneficio de la duda".

No hay "pruebas concretas" de que las autoridades sean responsables de desapariciones o de abusos de menores tamiles, indicó Pasco.

Sin embargo, él y Holmes se mostraron preocupados por la excesiva militarización de los campamentos.

Nuestra principal preocupación, indicó Pasco, es que las personas retornen rápido a sus casas. El objetivo fijado es que 80 por ciento de los civiles abandonen los campamentos antes de fin de año. Más optimista, el gobierno se propuso que 100 por ciento de los desplazados regresen a sus hogares en 180 días.

Las conversaciones entre Ban Ki-moon y el gobierno de Sri Lanka versaron sobre el papel que desempeñará la ONU para poner un fin definitivo a la prolongada guerra e iniciar un proceso de reconciliación.

"En lo político, queda claro que la parte militar terminó, pero resta atender cuestiones de asistencia y reconciliación", remarcó Pasco. "Llevará tiempo y quedará en manos del gobierno de Sri Lanka, pero la comunidad internacional puede participar en cierta forma".

El equipo de la ONU también se interesó por la situación de los trabajadores humanitarios y los periodistas detenidos que, según informaron, ya fueron liberados, aunque siguen presos tres médicos que se desempeñaban en la zona del conflicto, acusados de divulgar información sobre las víctimas.

Analistas indicaron que la elección de la central ciudad de Kandy, sagrada para los budistas, como escenario del diálogo fue una demostración simbólica del apoyo de la ONU al gobierno, que pertenece a esa religión, en contra de la oposición hindú tamil, pero ello fue rápidamente negado por varios portavoces del foro mundial.

"Es importante que todas las partes de la sociedad srilankesa se integren y trabajen por un mejor futuro", remarcó Pasco.

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU convocó a una sesión especial para la semana próxima a fin de investigar las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el gobierno y el LTTE.

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