EEUU-ISRAEL: Discrepancias marcan nueva relación

Los asentamientos judíos en Cisjordania son motivo de enfrentamiento entre Estados Unidos e Israel. De nada sirvió para aplacarlo la primera cumbre, hace apenas una semana, entre el presidente Barack Obama y el primer ministro Benjamín Netanyahu.

La reunión del 18 de este mes no fue una instancia amistosa entre un nuevo presidente y un nuevo primer ministro de la alianza de países más duradera y sólida de Medio Oriente.

Luego de la cumbre en la Casa Blanca, el jefe del gobierno israelí confió a algunos adinerados conservadores estadounidenses su "malestar" por la dirección que ha tomado el gobierno de Obama, dijeron a IPS fuentes de la delegación que lo acompañó en Washington.

Desde su regreso a Israel, Netanyahu se ha esforzado en mostrar una imagen de valentía, lindante, incluso, con la bravuconada. Pero su conmoción ante la postura de Obama es evidente.

No tanto por las nuevas medidas políticas de Estados Unidos respecto de Medio Oriente. Lo que más altera a Netanyahu es lo que Obama dijo sobre los asentamientos y las implicancias futuras de esa posición.
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La preocupación volvió a quedar de manifiesto en la reunión semanal del gobierno israelí, el domingo.

Al abrirla, Netanyahu informó a los ministros sobre el reclamo de Obama congelar totalmente los asentamientos, lo cual incluye no construir más viviendas en los ya existentes para acomodar lo que, en el discurso oficial, Israel denomina su "crecimiento demográfico natural".

Netanyahu intentó manejar el enojo con suavidad. No se construirá ningún asentamiento nuevo, pero la expansión de los ya existentes debería continuar, dijo al gabinete. "No atender el crecimiento natural es, sencillamente, injusto", sostuvo.

Un cercano aliado político de Netanyahu, el ministro de Transporte Israel Katz, agregó que "la agenda del gobierno no puede parecer una caza de brujas contra los colonos".

El ministro de Defensa, Ehud Barak, se alineó detrás de Netanyahu.

"Es inconcebible que se le diga a una familia que no puede construir dos habitaciones para sus dos hijos en su apartamento porque llegó una orden de Estados Unidos. Eso es ilógico", dijo Barak.

Es improbable que la posición israelí satisfaga a Estados Unidos. Netanyahu parece plenamente consciente de que esto puede ser el comienzo de una disputa importante con su principal aliado.

El primer ministro parece estar buscando maneras de eludir el congelamiento de los asentamientos, en especial para mantener los pequeños puestos establecidos en los márgenes de los ya existentes y destinados a consolidar el control israelí sobre territorio palestino.

El día en que volvió Netanyahu, el ejército demolió uno de esos puestos, pero los colonos judíos lo reconstruyeron en unas pocas horas. Sin embargo, el Ministerio de Defensa confirmó un plan para desmantelar 23 puestos instalados desde 2001 sin aprobación del gobierno.

La estatal Radio Israel citó fuentes de la oficina del primer ministro para confirmar que Netanyahu se alineará firmemente detrás del ministro de Defensa Ehud Barak en un eventual enfrentamiento con los colonos radicados en esos sitios, a los que sí se ha calificado de "ilegales".

Y el gobierno lo hará incluso cuando se arriesga a una disputa dentro del gabinete, que abarca partidos nacionalistas, religiosos, conservadores y de centroizquierda.

"Primero y por sobre todo, estamos obligados a respetar la ley", insistió Netanyahu ante los ministros el domingo.

Obama urgió a poner fin a la construcción de asentamientos a fin de reanudar el diálogo de paz.

Pero el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, ha dicho que no tiene sentido reunirse con Netanyahu a menos que frene esas construcciones y acceda a considerar sobre la independencia de un estado asentado en territorio árabe ocupado.

Sucesivos gobiernos israelíes aprobaron la instalación de 121 asentamientos judíos en territorio palestino. Los propios colonos instalaron otros 100 pequeños puestos desde principios de los años 90. La población total de esas construcciones ronda las 280.000 personas.

Cada vez es más claro que el enfoque del gobierno de Obama es aceptado por la vasta mayoría del Congreso legislativo estadounidense, a pesar de que se trata de un tradicional bastión del apoyo a Israel.

Tras reunirse con funcionarios israelíes el domingo en Jerusalén, cinco miembros del Subcomité sobre Asuntos de Medio Oriente y Asia Meridional de la Cámara de Representantes estadounidense se declararon "escépticos" sobre la capacidad del gobierno de Netanyahu de ayudar a Obama en el avance del proceso de paz.

El subcomité manifestó su preocupación sobre la insistencia de los funcionarios en la necesidad de construir para mitigar el "crecimiento natural" en los asentamientos existentes.

Luego de su visita a Obama, allegados a Netanyahu incluso recordaron un acuerdo informal al que llegaron en 2007 su predecesor Ehud Olmert (2006-2009) y el entonces presidente estadounidense George W. Bush (2001-2009) sobre la construcción de asentamientos judíos.

"Los entendimientos a los que llegó Olmert sobre el derecho al 'crecimiento natural', contienen cláusulas sirven de base a entendimientos con Obama", dijo un funcionario de la oficina del primer ministro.

Pero un crítico de Netanyahu, el ex ministro y activista Yosi Sarid, se preguntó en una columna periodística titulada "Diplomacia para la paz": "¿Todavía hay necesidad de una aclaración?"

"Aunque Netanyahu simula no comprender, ¿acaso no fueron aclaradas las disputas para su propia satisfacción? Desde todos los techos de Washington —la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Congreso—, los pájaros cantan la política estadounidense. El panorama diplomático no podría ser más claro. No necesitamos realmente un plan de paz detallado porque ya está listo aquí, sobre la mesa", escribió Sarid.

"No es simplemente un plan estadounidense, sino un plan global aceptable para todos menos para este gobierno israelí. Netanyahu continúa solo su batalla en la retaguardia, arrastrando una y otra vez esta tragedia épica israelí. Solamente queda un tema sin aclarar: ¿Puede tener éxito Obama donde sus predecesores han fracasado? ¿Puede mantenerse firme donde el poder estadounidense ha flaqueado durante décadas?", concluyó.

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