Cada vez más gobernantes reclaman acciones urgentes contra el cambio climático pese a la recesión económica mundial, pero muchos aprovechan los paquetes de rescate financiero para aumentar los subsidios a la industria de los combustibles fósiles.
Europa se comprometió seriamente a reducir las emisiones de dióxido de carbono, uno de los gases de efecto invernadero, considerados por la mayoría de la comunidad científica como responsables del recalentamiento global.
Sin embargo, en los últimos cinco años, Europa destinó 8.000 millones de dólares de fondos públicos a las empresas petroleras, en especial a las que trabajan con gas natural.
El Parlamento Europeo aprobó este mes una partida adicional de 3.350 millones de dólares para su plan de recuperación económica, originalmente de 225.000 millones, según la última investigación de Amigos de la Tierra Europa, "Fondos públicos para los combustibles fósiles en la Unión Europea".
"Se supone que los europeos encabezamos la lucha mundial por una nueva economía verde, pero volcamos miles de millones de euros al sector de combustibles fósiles, lo que nos lleva en sentido contrario", dijo a IPS desde Bruselas Darek Urbaniak, de Amigos de la Tierra Europa.
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"Es totalmente hipócrita", remarcó.
Quizá fue por eso que los participantes de la Cumbre Empresarial Mundial sobre Cambio Climático, realizada en Copenhague el lunes y el martes, llamaron a los gobiernos a "esforzarse por poner fin al actual sistema perverso de subsidios a las grandes empresas emisoras, como las del sector energético y de transporte".
La Cumbre fue organizada por el Consejo Climático de Copenhague en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros organismos internacionales.
"Seguir volcando billones de dólares a la industria de hidrocarburos es como invertir en préstamos de alto riesgo", señaló el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en la ceremonia de apertura.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) recomendó emplear un tercio de los 2.500 billones de dólares de los paquetes de estímulo globales a impulsar una economía "verde", que ayudará a "sacar al mundo de la recesión".
Sin embargo, el Parlamento Europeo decidió que los 5.360 millones de dólares destinados a nuevos proyectos energéticos se dividieran, por lo que la fuente del problema, la industria fósil, recibió 3.350 millones de dólares, mientras que las alternativas como la eólica, la solar y la de biomasa, sólo 2.000 millones, según el análisis de Amigos de la Tierra Europa.
"La energía eólica recibió sólo medio millón de euros (670 millones de dólares), en tanto se destinan 1.250 millones de euros (1.670 millones de dólares) a la investigación sobre captura y almacenamiento de carbono", señaló Urbaniak.
Canadá dedicó más dinero a subsidiar la industria de hidrocarburos que a sus programas para contener el cambio climático en los últimos tres años, indicó Albert Koehl de la organización no gubernamental local Ecojustice.
Desde que este país suscribió el Protocolo de Kyoto en 1997 gastó más de dos dólares en subsidiar la industria petrolera por cada dólar destinado a respetar el acuerdo.
El Protocolo de Kyoto de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, acordado en esa ciudad japonesa y que entró en vigor en 2005, obliga a los 37 países industrializados que lo ratificaron a reducir sus emisiones de gases invernadero en al menos 5,2 por ciento para 2012, respecto de los niveles de 1990.
"Es una ventaja imprevista para la industria de gas y petróleo. Los contribuyentes pagan por la contaminación industrial", dijo Koehl a IPS desde Toronto.
"Tratamos de crear una nueva economía verde, pero la mayor parte de nuestro dinero termina en la industria de los dinosaurios", apuntó.
Además, la provincia canadiense de Alberta prometió 1.750 millones de dólares más a la investigación de la captura y el almacenamiento de carbono, según John Dillion, de la organización canadiense Karios.
Es evidente que a Canadá no le interesa, pues gasta 13,7 veces más por habitante en energía renovables que Estados Unidos, indicó.
Sin llegar a la recomendación del Pnuma, el gobierno estadounidense de Barack Obama destinó 70.000 millones de dólares de su paquete de estímulo económico, que asciende a un total de 787.000 millones de dólares, para apoyar esfuerzos ambientalistas.
De ese monto, 32.000 millones se destinaron a la producción de energía limpia, incluidos al menos 4.400 millones de dólares para investigar y desarrollar la captura y el almacenamiento de carbono, según la organización no gubernamental Taxpayers for Common Sense (contribuyentes por sentido común), con sede en Washington.
Fue un sorpresivo cambio de política. Hasta George W. Bush (2001-2009), partidario de los combustibles fósiles, se rindió tras gastar miles de millones en proyectos como FutureGen, asociación público privada para construir la primera planta de energía del mundo libre de emisiones de gases invernadero.
Todavía no se ha investigado si hay más subsidios a la industria de los combustibles fósiles en los paquetes de rescate, presupuestos y nueva leyes, indicó Janet Larson, directora de investigación del Earth Policy Institute, una organización no gubernamental con sede en Washington.
Taxpayers for Common Sense tampoco analizó el proyecto legislativo de estímulo de 1.500 páginas. Pero señaló que en el paquete de rescate al sector financiero de 700.000 millones de dólares, aprobado en el otoño boreal pasado, se exoneró a la industria del gas y de petróleo de pagar 2.200 millones de dólares en impuestos hasta 2013.
Por supuesto, tampoco hubo una disminución significativa de los subsidios, pese a que sí está previsto en el presupuesto del presidente Obama para 2010.
"El proyecto de ley del paquete de rescate tiene una enorme cantidad de dinero", dijo Larson a IPS. Las energías alternativas recibirán algo. Pero hay un hecho que es claro: "Ese sector nunca equiparará el monto que recibe la industria de lo combustibles fósiles".