BRASIL: Bosque Atlántico perdió 100.000 hectáreas en tres años

Ubicado a lo largo de 17 estados brasileños, en una región de alto desarrollo agrícola e industrial, el Bosque Atlántico (Mata Atlântica en portugués) perdió más de 100.000 hectáreas en los últimos tres años, sobre todo por la expansión urbana y económica.

El "Atlas de remanentes florestales de la Mata Atlântica", divulgado el 26 de este mes por la Fundación SOS Mata Atlântica y por el Instituto Nacional de Estudios Espaciales (INPE), se refiere a 10 estados evaluados.

El estudio sostiene que en el período analizado, 2005-2008, se talaron 102.938 hectáreas, manteniendo el ritmo de deforestación del trienio anterior, es decir unas 34.121 hectáreas de tala por año.

De ese total, indica el Atlas, sólo 59 casos correspondieron a superficies mayores de 100 hectáreas, que sumaron 11.276 hectáreas, mientras 76 por ciento de los casos fueron talas menores a 10 hectáreas.

Mario Mantovani, director de movilización de SOS, atribuyó la pérdida de cobertura boscosa a la expansión urbana. En los estados analizados viven unos 112 millones de personas, casi 61 por ciento de la población nacional de unos 189 millones, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.
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Esa población esta distribuida en 3.222 municipios, 58 por ciento de todos los existentes en Brasil.

Para los técnicos, de la masa forestal original del Bosque Atlántico hoy queda apenas 11,4 por ciento.

Ese remanente está distribuido en áreas cada vez más fragmentadas, cada vez más aisladas unas de otras.

El informe, presentado en una conferencia de prensa a través de Internet, llama la atención sobre tres estados que considera "campeones de la deforestación".

Uno de ellos es Minas Gerais, que en primer lugar destruyó 32.700 hectáreas de floresta. Los técnicos del Atlas mencionaron como causa el crecimiento agropecuario y la especulación inmobiliaria, dos actividades altamente deforestadoras que se suman a la extracción de carbón y a la industria siderúrgica en ese estado del este del país.

Originalmente, el Bosque Atlántico cubría 46 por ciento de Minas Gerais, de los que restan apenas 9,68 por ciento. Flavio Ponzoni, del INPE, subrayó que esa cobertura permanece casi restringida a la cima de los cerros.

Según Marcia Hirota, directora de gestión de conocimiento de SOS Mata Atlântica, urge fortalecer el Instituto Brasileño de Medio Ambiente para impedir el avance de la deforestación.

"Es urgente hacer que las personas entiendan que nuestra vida depende de la floresta y participen de este esfuerzo en pro de la protección de este bioma tan amenazado", observó Hirota.

Por eso se requiere "la acción efectiva del poder público", alertó Hirota, coordinadora del Atlas, al explicar por qué a partir de ahora el estudio se presentará cada dos años.

Santa Catarina, en el sur del país, es el segundo estado más deforestador, con 25.900 hectáreas perdidas. En ese caso, los ambientalistas atribuyen la tala a lo que llaman "desobediencia civil", pues las autoridades de ese estado no se atuvieron a cumplir las reglas ambientales nacionales para preservar las áreas protegidas.

Los estados de Bahia, en el noreste y Paraná, en el sur, aparecen en tercero y cuarto lugar, con 24.100 hectáreas y 9.900 hectáreas desforestadas, respectivamente.

El informe destaca que esos estados son los más "críticos" porque "son los que poseen más bosque en su territorio y por eso tienen grandes áreas taladas en números absolutos".

El ministro de Medio Ambiente, Carlos Minc, anunció que en los últimos días de este mes, en ocasión de la Semana del Bosque Atlántico se promulgará una ley tramitada hace 15 años en el Congreso legislativo, y finalmente aprobada, para proteger este bioma.

Entre otras acciones, la medida será el marco para establecer pautas de urbanización e impedir, por ejemplo, la construcción de caminos que contribuyan a deforestar más.

Se tratará de una negociación difícil en cada caso, según Minc, porque se trata de regiones con grandes concentraciones urbanas e intereses económicos.

Es el caso del sureño estado de São Paulo, también con remanentes del Bosque Atlántico, donde se teme que los cañaverales, asociados a la producción a gran escala de etanol, ocupen áreas destinadas a otras actividades como agropecuaria y reforestación, que a su vez se expandan hacia zonas boscosas, según Mantovani.

Frente a lo que es visto como un avance "preocupante" de la tala en el Bosque Atlántico, varias organizaciones ambientalistas, empresas y autoridades acordaron un "pacto" para recuperar 15 millones de hectáreas hasta 2050.

El área a reforestar equivaldría a cerca de 10 por ciento de la cobertura original. El Bosque Atlántico es considerado uno de los biomas más ricos en diversidad de este país. Sesenta por ciento de sus especies están amenazadas de extinción.

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