¿Cuántos hombres vemos cuidando niños en guarderías públicas? ¿Cuántos días de licencia por paternidad tienen los trabajadores? ¿Cuántos proyectos oficiales contra la violencia machista incluyen a los hombres violentos como parte del tratamiento?
La respuesta, según los participantes de un congreso internacional sobre equidad de género, está todavía en la cancha de los gobiernos.
Según Marcos Nascimento, codirector del no gubernamental Instituto Promundo, el I Simposio Global: Involucrando a Hombres y Niños en la Equidad de Género, que se celebra desde el lunes hasta el 3 de abril, surgió precisamente a partir de ese silencio oficial.
Más de una década después de determinar que la participación masculina es fundamental para "superar las desigualdades" de género, los gobiernos no parecen haber asumido totalmente ese compromiso, dijo Nascimento en entrevista con IPS.
Nascimento es parte de una red de organizaciones no gubernamentales que abordan la masculinidad a partir de una perspectiva feminista y de género.
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Cualquier iniciativa en ese sentido "tiene un alcance mayor" si es reforzada por una política pública, destacó el responsable del Instituto Promundo, que promovió el simposio junto al también brasileño Instituto Papá, The White Ribbon Campaign, con sede en Canadá, la organización internacional Save the Children, Men Engage Alliance, una coalición de entidades no gubernamentales y agencias de la ONU, y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Promundo, por ejemplo, promueve la aprobación legislativa de un proyecto que amplíe la actual licencia laboral de paternidad, de cinco días, a por lo menos un mes. Las trabajadoras brasileñas ya tienen derecho a una licencia maternal de seis meses.
Este es un beneficio laboral esencial para comenzar a incluir al hombre en el cuidado de sus hijos, papel tradicionalmente atribuido a la mujer, afirman activistas.
"Si una familia tiene ejemplos positivos de atención de sus padres, eso puede generar un futuro hombre más equitativo", reflexionó Nascimento.
El simposio contó con la participación de representantes de 80 países, y busca establecer un diálogo entre diferentes actores para proponer grandes líneas de acción y conocer y aprender de todas las iniciativas ya aplicadas.
Se trata de una "corresponsabilidad", que "hoy es una palabra clave", según remarcó la ministra Nilcea Freire, de la Secretaría Especial de Políticas para las Mujeres del gobierno de Brasil.
"Involucrar al hombre en la discusión de la equidad de oportunidades entre hombres y mujeres significa diferenciar la responsabilidad, donde los cuidados y tareas no sean exclusivamente de las mujeres", dijo la ministra a IPS.
Freire lanzó un proyecto piloto en ese aspecto en la inauguración del simposio.
La iniciativa de "Educación y responsabilidad de los hombres autores de violencia contra mujeres", desarrollada como parte de las políticas públicas para enfrentar la violencia de género, es la primera en su tipo en este país sudamericano de 189 millones de habitantes.
Con sede en Nova Iguaçu, un municipio pobre de Río de Janeiro con elevados índices de violencia contra la mujer, el proyecto atiende inicialmente a 46 hombres agresores, y se extenderá hacia otras regiones.
Sin sustituir las penas establecidas en la legislación brasileña para enfrentar la violencia de género, las actividades del nuevo centro incluyen dinámicas de grupo, talleres y ámbitos de reflexión sobre ideas y valores que pueden conducir a la violencia.
"La idea es promover el compromiso de los hombres para desarrollar nuevas formas de relaciones interpersonales, evitar y prevenir actitudes violentas en el medio familiar", explicó en el simposio el autor de la iniciativa, Fernando Acosta.
"Si los hombres son parte del problema de la violencia contra la mujer, tienen que ser parte de la solución", dedujo Nascimento.
Un informe presentado por la Secretaría de la Mujer señala que en 2007, unas 5.760 mujeres fueron agredidas en este país. La mayoría de las agresiones fueron protagonizadas por hombres.
Los debates del simposio giran también en torno de otras líneas consideradas estratégicas para la promoción de la equidad de género, como el compromiso de hombres en asuntos como la salud sexual y reproductiva y la prevención y el tratamiento del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
Investigaciones presentadas por el UNFPA indican que las construcciones sociales de la masculinidad están muy asociadas a comportamientos arriesgados, lo que crea un ambiente en el cual correr riesgos es aceptable e inclusive estimulado entre los "verdaderos" hombres.
Una encuesta realizada en nueve países de América Latina reveló que hombres y jóvenes de entre 10 y 24 años "están mucho más preocupados en conquistar y en preservar su masculinidad que en su salud".
Ese sondeo, según el UNFPA, confirma que "la ideología que gobierna actitudes masculinas puede resultar en una iniciación sexual precoz y en más (cantidad de) compañeras sexuales, menos intimidad en las relaciones amorosas y recelo de usar preservativos".
"Tenemos que repensar nuestras perspectivas a propósito de la masculinidad, no sólo porque el comportamiento de hombres y niños afecta a mujeres y niñas, sino también porque hombres y niños tienen que liberarse de las expectativas opresivas y estereotipadas sobre cómo comportarse, que perjudican su salud y su vida, así como la salud y las vidas de sus compañeros y compañeras", dijo la directora adjunta del UNFPA, la india Purnima Mane.
Esas conductas comienzan en casa, con decisiones de los padres como atribuir a las niñas tareas "femeninas" —lavar los platos, cocinar, limpiar, cuidar a los niños— y otras "masculinas" a los niños: cortar el césped, "utilizar las herramientas de papá" y salir más temprano a la calle.
Según la española Inés Alberdi, directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Mujer (Unifem), esas actitudes deben incluirse como parte de la reflexión sobre la masculinidad, un concepto tradicionalmente planteado "en relación a la inferioridad de las mujeres".
Alberdi, que visita por primera vez América Latina, lanzó en Río el informe "Progreso de las mujeres en el mundo". Para estimular estos nuevos conceptos de masculinidad "positiva" en hombres y mujeres, es necesario reforzar la reflexión de niños y adultos hombres en la paternidad vista bajo la óptica "del cuidado, la cercanía, el cariño", dijo a IPS.
Una legislación vigente en España establece que todo hombre que tenga biológicamente un hijo o lo adopte, tiene derecho a una licencia de paternidad, a decidir con su compañera, de hasta 12 semanas, además de las cuatro semanas otorgadas a la madre, describió Alberdi.
La directora de Unifem consideró que otra de las maneras en que el Estado debe "rendir cuentas" ante las mujeres es mediante lo que llamó "presupuestos con perspectiva" de género, para reorientar los gastos públicos.
La funcionaria citó como ejemplos las políticas de salud, educación, crédito popular, agricultura y saneamiento, especialmente dirigidas a mujeres.
Alberdi también subrayó la importancia de contar con datos, estadísticas e indicadores oficiales "por género" para generar futuras acciones afirmativas a partir de esos datos.
En términos políticos, laborales y empresariales, la directora de Unifem destacó que es necesario adoptar políticas de "cuotas" de participación femenina, como medidas transitorias destinadas a promover "el equilibrio de poder y responsabilidad" entre hombres y mujeres.
Apenas 18,4 por ciento de escaños son ocupados por mujeres en los parlamentos de todo el mundo, lo que, de continuar el mismo ritmo de avances, podría insumir 40 años para alcanzar la proporción "ideal de equilibrio", que es entre 40 y 60 por ciento, dijo.
"El cambio espontáneo es lento", analizó la directora de Unifem para reforzar la necesidad de medidas transitorias como las cuotas, para alcanzar ese equilibrio en menos tiempo.
Esas mujeres en cargos de poder reforzarán a su vez en el futuro la aplicación de políticas públicas de género para crear una sociedad más igualitaria, sostuvo. El círculo virtuoso de una sociedad menos machista.