PALESTINA: Reconstrucción de Gaza tiene precio político

Una conferencia celebrada esta semana en Egipto sobre la reconstrucción de Gaza logró recaudar más de 5.000 millones de dólares de donantes internacionales. Pero algunos críticos señalan que el proceso es usado como medio para aislar a Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica).

"Los esfuerzos de reconstrucción están siendo explotados para debilitar aun más a Hamás, así como para obligarlo a cambiar su posición sobre la ocupación sionista", dijo a IPS Essam Al Arian, uno de los líderes de la Hermandad Musulmana, el mayor movimiento de oposición egipcio.

El lunes, representantes de alto nivel de más de 70 países se reunieron en el balneario egipcio de Sharm El Sheikh donde prometieron dinero para la reconstrucción de la Franja de Gaza, asolada por una devastadora ofensiva militar israelí en enero, que dejó más de 1.400 palestinos muertos y miles de casas y edificios gubernamentales destruidos.

En la conferencia, países donantes prometieron más de 5.000 millones de dólares tanto para reconstruir Gaza como para sacar de las cenizas a la economía palestina. Tras el encuentro, el canciller egipcio Ahmed Aboul Gheit dijo que este monto, casi el doble de lo que habían solicitado los palestinos, iba "más allá de las expectativas".

Pero hay un inconveniente. Los principales donantes, incluyendo Estados Unidos y la Unión Europea (UE), insisten en que los fondos deben ser distribuidos a través de los programas de ayuda ya existentes operados por instituciones multilaterales como la Organización de las Naciones Unidas y el Banco Mundial.
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No es coincidencia que todos esos programas son administrados en coordinación con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), presidida por Mahmoud Abbas, que gobierna Cisjordania y es rival de Hamás.

"El mecanismo usado para distribuir el dinero es uno que representa a la ANP", dijo el jefe de la diplomacia de la UE, Javier Solana, tras la conferencia.

En Sharm el Sheikh, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Clinton, prometió una ayuda de 900 millones de dólares para la ANP, con 300 millones destinados a la reconstrucción de Gaza. Pero subrayó que ninguna parte de esos fondos iría a Hamás, organización que Washington y la UE consideran "terrorista".

"Hemos trabajado con la ANP para adoptar salvaguardias que garanticen que nuestros fondos sólo sean usados donde y por quienes está previsto, y que no terminen en manos equivocadas", declaró.

"Ya están en funcionamiento mecanismos pre-existentes" para distribuir ayuda y fondos a los palestinos, dijo el canciller egipcio al diario independiente Al Dustour. "Todos esos mecanismos se coordinan con la ANP".

Portavoces de Hamás, movimiento que aunque gobierna Gaza no fue invitado a la conferencia, condenaron lo que calificaron de "politización" del proceso de reconstrucción.

"Celebramos todos los esfuerzos árabes o internacionales por el bien de Gaza", dijo el portavoz de Hamás, Fawzi Barhoum. "Pero rechazamos toda inversión politizada en la reconstrucción, de lo que fue destruido en primer lugar por la ocupación (israelí), a expensas del pueblo palestino y de sus derechos nacionales".

"Eludir a las legítimas autoridades palestinas en el Franja de Gaza es un paso en la dirección incorrecta y busca dañar la reconstrucción", añadió.

Hamás y la ANP, gobernada por el movimiento Fatah, de Abbas, han desarrollado una fuerte rivalidad especialmente luego de que el movimiento islamista ganó las elecciones legislativas en Gaza a comienzos de 2006. Ese enfrentamiento llegó a su punto más alto en el verano boreal de 2007, cuando Hamás le arrancó a la ANP el control de Gaza por las armas.

Ahora, Hamás y Fatah negocian con intermediación egipcia los términos de un gobierno de unidad nacional. Aunque las conversaciones celebradas el 28 de febrero en El Cairo fueron consideradas "positivas", hay pocas señales de avance.

Según Al Arian, los donantes internacionales explotan el proceso de reconstrucción para fortalecer a la ANP, que está a favor de negociar con Israel, a expensas de Hamás, que no reconoce al Estado judío.

"Los grandes donantes se niegan a liberar fondos para Hamás debido a su compromiso con la resistencia a la ocupación sionista. Es una continuación de la larga política sionista, ahora implementada por la así llamada comunidad internacional, destinada a hacer que los palestinos abandonen la resistencia", sostuvo.

"Es casi una extorsión política", añadió Al Arian. "El pueblo palestino no debe ser castigado por las decisiones que toma en elecciones democráticas".

Al Arian también sugirió que el gobierno de Hamás en Gaza tenía un más amplio mandato público y político que la ANP, sobre todo después de la última ofensiva israelí.

"Hamás ha gobernado Gaza por más de dos años y goza de más apoyo popular que nunca. La legitimidad de Abbas, por el contrario, es transitoria, y llegará a su fin tan pronto como se celebren nuevas elecciones presidenciales", afirmó.

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