El deporte puede ser una vía para aliviar el sufrimiento de miles de niños y niñas víctimas de conflictos armados en todo el mundo. El príncipe Faisal bin Al Hussain de Jordania, también presidente del Comité Olímpico de su país, está convencido de ello.
En 2007, Faisal, hermano del rey Abdalá II, creó el Comité para la Paz a través del Deporte, bajo la autoridad del Consejo Olímpico de Asia, del que también es presidente. El objetivo de este grupo es promover la paz en todo el continente asiático.
El mismo año fundó Generaciones Para la Paz (GFP, por sus siglas en inglés), organización que capacita a jóvenes en zonas de conflicto para usar el deporte como herramienta unificadora. El príncipe habló con IPS sobre este trabajo.
IPS: ¿Puede explicar cómo funciona Generaciones Para la Paz?
PRÍNCIPE FAISAL: Nuestro principal objetivo es capacitar a jóvenes voluntarios en zonas de conflicto de todo el mundo para usar el deporte como herramienta que una a los niños y niñas, así como para unificar comunidades divididas.
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Encontramos a nuestros futuros pioneros de la paz a través de organizaciones no gubernamentales o comités olímpicos regionales. Tras completar un estricto proceso de selección, que incluye varias entrevistas, los invitamos a un campamento de la paz. Uno de los pilares de estos campamentos es un programa intensivo práctico y teórico que toca varios temas, como la construcción de la paz, la resolución de conflictos y la administración, además de la lucha contra la discriminación, la protección infantil y, por supuesto, el entrenamiento deportivo.
Después de completar el currículum, los jóvenes trabajadores deben crear sus propias organizaciones de base concentradas en construir la paz a través del deporte. Los apoyamos dándoles financiamiento, ofreciéndoles asistencia para bosquejar su proyecto y los planes de presupuesto, y ayudándolos a administrarlos.
Mantenemos contacto permanente, seguimos de cerca su progreso y evaluamos los programas. Aparte de trabajar con niños, los jóvenes deben compartir su conocimiento con otros miembros de las comunidades y capacitar a otros 20 jóvenes por año. Nuestro objetivo con el programa de capacitación es hacer que participe el mayor número de personas posible.
IPS: ¿Cómo puede el deporte contribuir a una sociedad más pacífica?
PF: Creemos que el deporte tiene el poder de unir a las personas, más allá de su raza, religión, tribu, casta o contexto socioeconómico. El deporte es uno de los pocos lenguajes que todos entienden, sin importar de dónde eres. Por tanto, enseña tolerancia, respeto, juego de equipo, entre otras cosas. Estos elementos son cruciales para unificar a las personas.
Trabajamos con niños porque, en general, son más flexibles que los adultos. No están aferrados en su mentalidad, y tienden a concentrarse más en las similitudes que en las diferencias.
Prevemos que, jugando juntos, los niños en forma lenta pero segura aprenderán a verse entre sí como iguales, como individuos, compañeros de equipo y amigos, no como "los otros" o el enemigo. Esta mentalidad pasará con suerte a sus hijos y nietos.
IPS: ¿Qué pasa si los padres no permiten a sus niños jugar entre sí?
PF: Esto es parte del desafío que enfrentamos. Para superar este obstáculo, ponemos un poco de esfuerzo en capacitar a nuestros pioneros de la paz sobre cómo pueden hacer que los padres estén más dispuestos a hacer que sus hijos interactúen.
Uno puede hacer eso, por ejemplo, involucrando a líderes tradicionales. Sin embargo, en general, la mayoría de los padres de hecho permiten a los niños jugar juntos, aun cuando no les guste mucho la idea.
Un lindo detalle es que las competiciones deportivas entre los niños a veces llevan a una mayor interacción entre los adultos que alientan a sus hijos e hijas. Por supuesto, nos damos cuenta que siempre hay familias que no están dispuestas a superar sus prejuicios. Esto no significa que uno deba dejar de intentar.
IPS: ¿Han tenido historias de éxitos?
PF: Sí, hubo algunas. En 2007, después de nuestro primer campamento por la paz, delegados sudaneses crearon un grupo de trabajo en su Comité Olímpico nacional.
Poco después, como parte de las celebraciones del tercer aniversario del tratado de paz en Sudán, organizaron un partido de básquetbol femenino entre un equipo del norte y uno del sur. El encuentro se realizó en un gran estadio y fue presenciado por miles de seguidores de ambos bandos. Fue un gran éxito. Algo como esto antes era considerado imposible.
IPS: Hay unas pocas iniciativas que usan el deporte como herramienta para la construcción de la paz. ¿Qué hace diferente a GFP?
PF: La diferencia clave entre GFP y otras organizaciones es el efecto cascada. Por ejemplo, vea nuestro programa de capacitación. Usted puede comenzar con una persona trabajando con niños y enseñarles sobre el deporte y la paz, y crecer a 20 capacitadores en un año.
Somos una organización muy sustentable. No repartimos dinero y dejamos que los proyectos de base se establezcan por sí mismos. Siempre estamos involucrados.
Las personas me preguntan a veces por qué hago esto, ya que hay muchas iniciativas de paz. Yo de hecho creo que no tenemos suficientes proyectos de esta clase. Creo que cualquier proyecto que una a las personas y promueva la paz, el entendimiento y la tolerancia es necesario, especialmente en estos días y en esta época en la que sólo tienes que encender tu televisor para ver toda la violencia en el mundo.
La crisis económica mundial desatará más violencia. Por lo general, cuando la situación se pone difícil, las personas tienden a culpar a otros de sus problemas. La gente se pone menos tolerante, menos respetuosa. Esto por lo general deriva en la violencia. Es por eso que necesitamos redoblar nuestros esfuerzos para combatir esta tendencia.
Es exactamente por esto que necesitamos hacer que más gente participe en hacer del mundo un mejor lugar promoviendo la paz. Juntos podemos hacer una diferencia. Finalmente llegaremos.
