DEFENSA-ONU: Privatización todavía distante

Funcionarios de la ONU aseguran que no está en los planes emular la práctica de Estados Unidos de contratar empresas privadas de seguridad y defensa. Pero observadores sostienen que la privatización de las fuerzas de paz podría concretarse en un futuro.

El principal argumento para apoyar la privatización es la noción de que la mayoría de los gobiernos no están dispuestos a arriesgar sus propios soldados en operaciones de paz internacionales.

En un reciente panel de discusión celebrado en la sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Jean-Jacques Roche, jefe del Instituto Superior para Armas y Defensa de la francesa Universidad Pantheon-Assas (París II), mencionó el propagado uso de firmas privadas en actividades civiles y militares en Iraq como evidencia de un consenso entre funcionarios estadounidenses y el público en general sobre la privatización.

"Lo que es legal a lo interno debe naturalmente volverse natural a lo exterior", sostuvo, indicando que el uso de servicios de seguridad privados en Estados Unidos es algo muy común.

Rocher sostuvo que la protección de civiles en el exterior sería mejor a cargo de empresas privadas, ya que las bajas de mercenarios son más aceptadas por el público que las de soldados.
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Pero no todos comparten su opinión. "Ésta es una tendencia peligrosa", dijo Jim Paul, director ejecutivo del Foro de Políticas Globales, centro de estudios independiente que sigue de cerca las políticas de la ONU y su implementación.

Paul sostuvo que, en vez de considerar esas opciones, el foro mundial debía concentrarse en medidas para mejorar el financiamiento y el entrenamiento de los soldados de paz. Sugirió un mayor involucramiento de Estados Unidos y de otras potencias que actualmente no envían soldados a las operaciones.

La ONU realiza misiones de mantenimiento de paz en unos 17 países, y la mayoría de los soldados provienen de las naciones más pobres del Sur en desarrollo.

Washington se ha negado a contribuir con soldados en las operaciones de paz de la ONU desde 1993, cuando 18 de sus efectivos murieron y algunos de sus cadáveres fueron arrastrados por las calles de Mogadiscio, Somalia.

Desde entonces, Estados Unidos ha incrementado su dependencia de mercenarios en los sitios más conflictivos del mundo, particularmente en Afganistán e Iraq. Actualmente, las principales firmas involucradas en las operaciones militares estadounidenses son BAE Systems, Lockheed Martin, Blackwater USA, y Northrop Grumman.

BAE, que fabrica vehículos militares, provee además antropólogos al ejército estadounidense para estudiar el comportamiento de la resistencia en Afganistán. Lockheed entrena a soldados en África. Blackwater estuvo en los titulares por varios incidentes. En 2004, cuatro de sus empleados fueron asesinados y sus cadáveres exhibidos en público en la central ciudad iraquí de Faluya, y, en 2007, mercenarios de esa empresa mataron a 17 civiles iraquíes.

Todas estas compañías privadas firmaron contratos por cientos de millones de dólares con la administración de George W. Bush (2001-2009).

Pero, considerando las opiniones de los diplomáticos representantes del Sur, es poco probable que las firmas hagan negocios similares con la ONU.

"No aceptaremos este tipo de cosas. Necesitamos soldados de paz, no mercenarios", dijo a IPS un diplomático del norte de África.

Actualmente, el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de Paz de la ONU (DPKO, por sus siglas en inglés), con más de 100.000 uniformados, la convierten en la segunda fuerza militar más grande del mundo, detrás de la de Estados Unidos. Sus operaciones en África, el Caribe, Medio Oriente, Europa y Asia cuestan unos 5.000 millones de dólares anuales, fondos que provienen en su mayoría de las naciones ricas del Norte.

Sin embargo, el foro mundial tiene dificultades para realizar sus tareas de paz debido a que uno de sus principales donantes no ha cumplido. Observadores y funcionarios señalan que muchas de las operaciones de la ONU se ven afectadas porque Washington no ha entregado contribuciones pasadas que ascienden a más de 1.000 millones de dólares.

No obstante, parecen optimistas sobre el futuro, ya que el nuevo gobierno de Estados Unidos, del presidente Barack Obama, ha prometido trabajar más cerca del foro mundial, incluso con apoyo a las misiones de paz.

"Creo que las cosas van a ir mejor", dijo un funcionario de la ONU cercano al secretario general, Ban Ki-moon.

Mientras, una fuente cercana al aparato de seguridad del foro mundial dijo a IPS que sería mejor depender más de individuos que de grandes compañías.

"Las corporaciones privadas no pueden tener intereses profundos en el mantenimiento de la paz. Su objetivo es ganar dinero. Lo que quieren hacer es fortuna, no la paz", dijo.

Funcionarios de la ONU reconocen que el debate sobre reemplazar los "cascos azules" con soldados privados podría cambiar las cosas, pero muchos insisten en que es una posibilidad distante.

"El DPKO no emplea al sector privado, ni tenemos ningún plan de hacerlo", dijo a IPS el portavoz de ese departamento, Nick Birnback. "No usamos contratistas privados. Creemos que los valores militares deben ser provistos por estados miembros".

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